Secreto de sangre "Alanso"

✖•uno•✖

-Meri, no me hagas mas difícil esto, por favor.
-Es que enserio me saldrás de nuevo que no la conoces.
-Meri amor, sabes que no te engañaría lo sabes bien.
-Entonces quien era? -dijo la pelirroja algo enojada y con lágrimas en los ojos-
-Para que te miento, es mi mejor amiga -sonrió-
-Eso dicen todos, ya! Navarro dime de una buena vez quien es? -dijo gritando-
-Meri baja la voz por favor.
-Por qué? Te da vergüenza -grito una vez más -
-Meri estamos en una plaza lugar publico, los niños te miran como una loca.
-Qué? Acaso sus padres no pelean?, y que te de vergüenza por qué tú fuiste el causante de esto. -Grito por milésima vez -
-Meri ya calláte quieres? -dije enojado esta vez-
-A mi no me callas navarro -dijo retadora -
-Lo estoy haciendo ahora, y terminare con esto de una vez. No soporto tus estúpidos celos, es solo una mejor amiga captas, terminamos con este infierno.
-Te odio navarro, oíste te odio. -dijo llorando y se fue -

Alan
Meri es una loca, no soporto sus celos ya quería terminar con esto cada vez que le sonrió a alguien me pregunta (La conoces?, Qué es tuyo?) y eso lo odiaba, no quería soportarlo más.

Alonso

-Hay meri, tu celos no mantuvieron a mi hombre cerca de ti, es hora -sonrió-

Esa chica no tiene ni idea de lo que le espera, alan sufría a su lado y como sufría no tiene mi perdón, tal vez el de alan pero el mio no.

..... Martes 11:42 p.m .....

-Hola, meri cierto?
-A sí, soy yo, se te ofrece algo? -sonrió la chica -
-No nada, solo alan me dijo que te llevara a su cita de.. Perdón -Sonreí-
-Cita de perdón? -pregunto -
-Si así lo llamo él, ahora sigue me, te has de estar diciendo en tu cabeza (eres un desconocido no lo are capas y eres un violador, secuestrador.) pero no lo soy un asesino menos, soy pacifista. Y aparte si lo fuera, como es que me sé el nombre de alan.
-Nombre completo?.
-Alan Omar Leyva Navarro
-Bien -sonrió- llevame con él.
-Bien, cortáremos camino entrando por este callejón, no te preocupéis, ya pase por ahí y miradme sigo vivo -reí -
-Y por qué él no vino por mi -pregunto con su insoportable voz -
-Por qué dijo, que no quería que vieras su oufit perfecto -empecé a reír-
-Claro él siempre tan perfecto -sonrió -

Al entrar al callejón.

-No te preocupes linda, lo are rápido -Sonreí-
-El qu...... -no pudo terminar su frase, ya que alonso la apuñaló en el estómago haciendo que la chica caiga llorando de dolor, al momento de que alonso la miró en el piso la apuñaló una otra y otra vez, hasta que dejo de escuchar sus lloriqueos, pidiendo piedad y sus gritos agudos fallidos. La chica tirada en el suelo desangrándose y muerta, mientras alonso sonreía, con sus manos llenas de sangre el color favorito de alonso sonrió paso su mano por su frente manchándose de un poco de sangre.
-Buen trabajo alonso -se dijo así mismo, se puso una sudadera negra y se puso la capucha con la obscuridad y esa capucha que cubría la mitad de la cara, no podían decir que él la asesinó, para cubrir sus manos llenas de sangre se puso unos guantes negros aparte de meter sus pequeñas manos en la sudadera salio del callejón pero al salir tres hombres con apariencia "peligrosa" fumando y tomando se encontraban casi frente a él.
-Hey niño -dijo uno de aquellos idiotas-
-Me hablas a mi? -Volteó sin quitar se la capucha - por que si lo haces, no soy un niño okay tengo diecinueve años.
-Uyy -Dijeron los demás -
-Crees que das miedo enano -lo empujó y empezó a reír -
-No, no causo miedo, pero ustedes a mi tampoco -sonrió por la poca luz se logro ver esa sonrisa psicópata -
-No te hagas el valiente, sabemos los que causamos en ti -empezó a reír -y para que es eso, para ocultar tu dulce cara de niño -empezó a reír con los otros dos -
-Si, exacto para eso, y que no reconozcan que soy un asesino -se quito por fin la capucha -
-Tú?, asesino -se echo a reír igual que los demás-
-Si asesino -sonrió y se acerco a aquel hombre - un asesino - sonrió y le enterró la navaja moviéndola hacia la derecha, cortando su abdomen y que todo lo que tiene en su interior saliera desangrándose el hombre callo de rodillas tomando con sus manos sus entrañas hasta que callo al suelo retorciéndose de dolor, pero duro poco así ya que murió al instante.
-Ustedes también -sonrió -
-Entrale enano -sonrió uno que al parecer se creía mas que el otro -

Alonso se acerco al otro y le hizo lo mismo, pero alonso sintió lo que sienten sus víctimas en la primera apuñalada, alonso sintió caliente en la parte en la que lo apuñalaron coloco su pequeña mano en su abdomen y con una mano y un poco debilitado pudo hacerle lo mismo a aquel hombre.

-Trio de idiotas -Dijo mientras gemía de dolor y detenía la hemorragia, se amarro su chaqueta en esa parte se quito los guantes fue a un parque y pudo lavarse las manos pero la apuñalada le dolía cada vez mas y mas lo bueno de esto era de que si iba al hospital nadie sospecharía, tiro los guantes saco una camisa de su mochila era color blanca para que vieran que fue víctima que solo se trato de un asalto al que él quiso negarse. Su antigua camisa la tiro al igual que los guantes en su mochila solo estaba su celular y algunas cosas que pudo robarle a meri y los tres idiotas pero no llevaban mas que porquería de drogas, tomo un taxi que lo llevo al hospital al llegar le pago alonso no pudo mas se dejo caer.
-Ayuda! Por favor -No pudo gritar mas fuerte ya que su abdomen le dolía en cuanto mas hablara o gritara le dolía como un infierno -por favor necesito ayuda -dijo en el piso, tal vez ese seria su castigo por tantos asesinatos alrededor de veinte asesinatos ni el mismo lo creía cuando asesino ala segunda persona una mujer se acerco asustada.
-Aver deja te ayudo, te vez muy mal -dijo la mujer asustada y ayudando a aquel pequeño para ella, pero ella no sabe lo que ese pequeño hacia-

Alonso podía sentir ese mareo y dolor tenia sed su boca y lengua estaban secas de tantos gemidos de dolor, quito su mano y miro que tenia demasiada sangre en su mano lágrimas empezaron a salir de sus ojos verdes la mujer le decía.

-Aguanta pequeño tu puedes, ya entramos -sonrió para calmarlo pero alonso solo pudo mirar cuando apenas iba a sonreír ya que sus párpados eran pesados y los cerro y ya no supo más solo podía escuchar y muy a duras penas la voz de aquella mujer que lo rescato.