Capítulo 4

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Para cuando aterrizamos ya estaba amaneciendo. El viaje había durado mas de lo esperado, pero logramos descansar lo suficiente. Salimos del aeropuerto y me sorprendí al ver una pequeña llovizna, la ignore y pedí un taxi. Increíblemente todos entramos.

Era hermoso poder ver toda la ciudad mientras el auto estaba en movimiento. Era como otro nuevo mundo al que acababa de entrar, aprendiendo todo sobre el y sentir como mis ojos se maravillaban por su belleza. Mientras mas avanzábamos, la llovizna dejó de caer y se pudo ver perfectamente el sol ascendiente.

No se exactamente cuanto tiempo paso, pero cuando el taxi paro me sorprendí al ver un enorme edificio con muchas ventanas iluminadas con la luz del sol. Todos nos bajamos y comenzamos a caminar hacia el edificio cuando el taxista nos grito que le pagaramos. Yo estaba encargada del dinero, así que me acerque a el y le di un billete. El se le quedó mirando y después dijo:

-Niña, yo no acepto esto -dijo devolviendomelo - necesito euros.

Me quede viendo el billete, preguntándome cual era la diferencia. Después me gire y ví a los demás, esperando que alguien tuviera alguna idea. Entonces Freya suspiro y camino hacia mi. Me paso y se acerco al taxista y se le quedo mirando, pero entonces le pego una cachetada. Me quede atónita al ver la reacción de Freya, pero entonces el taxista se giro, encendió el motor y se fue.

-¿Que hiciste? - pregunto en un tono fuerte pero no gritando.

-Un hechizo para que se fuera -dice ella - con el tiempo he aprendido a guardar reservas de magia en mi interior. Pero para transportar la magia tienes que tener contacto con la otra persona. Y fue muy rudo así que le pegue una cachetada, además tenia ganas de pegarle una cachetada a alguien.

Me quede sorprendida, pero no le respondí. Así que mire a Aramis y dije:

-Entonces ¿que le dijiste para que nos trajera aquí? - le dije refiriéndome al taxista.

-No lo se, lo único que dije fue Jorge y el nos trajo hasta acá.

Asentí, y sin darme cuenta ya estaba caminando hacia el edificio. Había una puerta de metal al lado de lo que parecía un garaje debajo del edificio. Me pare frente a la puerta de metal con todos atrás. Pero que se suponía que diría una vez que esa puerta de metal se abriera.

-¿Que digo? - dije volteandome a verlos.

-¿En serio estas haciendo esa pregunta? - dice Freya.

-Pues claro - digo - no solo puedo decir: "Hola soy la hermana que perdiste hace ocho años, no estoy muerta, me fui a otro mundo esos años y ahora monto un dragón" y esperar que me entienda.

-¿Pero porque no lo preguntas a nosotros? Es tu hermano - responde Aramis.

-Si pero - no termino la frase porque la puerta se esta abriendo.

Doy un paso hacia atrás mientras que un hombre sale de la puerta. Lo reconozco al principio. El siempre se ha parecido bastante a mi. No puedo contener las lágrimas, así que caen como dos cascadas. Lleva un traje, tiene barba, alto y esta hablando con alguien a través de algo que creo que se llamaba teléfono (no tengo muy buena memoria). Se ve tan maduro. Adulto. No puedo mas y digo su nombre, pero sale como un susurro. Así que vuelvo a intentar.

-Jorge - digo bastante recio.

Realmente estaba pensando que el me vería y me abrazaría feliz de ver a su hermana de nuevo y llorariamos juntos, pero se volteo con una ceja arqueada y dijo esto:

-¿Que es esto? - dijo con una pequeña carcajada en el medio - ¿Una convención de tu gente? Ya te dije que perteneces allá - dijo apuntando a un callejón entre este edificio y otro - vayanse a hacer lo que quieran a ese callejón, lo que sea que hagan los de tu gente ¿escarbar en la basura? ¿atrapar ratas? No lo se vayanse.

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