La vida es un sueño

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"Estoy aquí, sin nada más

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"Estoy aquí, sin nada más... no se por qué me siento así"

Aquel rubio se encontraba afuera de la gran mansión Nikiforov espiando por la ventana a cierto individuo poco carismático. Llevaba unos lentes con marcos azules, vestía unas ropas muy sencillas y sus ojos azabache se enfocaban en un libro cuyo contenido era la Literatura.

"Parece que esta vida no es real"

Luego de mirarlo por unos minutos decidió llamar su atención pero la cobardía era dueña de su cuerpo, así que siguió observando cada detalle del contrario.

Hasta que el azabache se dio cuenta de su presencia y se acercó a este.

—Yurio, que haces afuera por que no entras.— sonrió gentilmente mientras que el pequeño peli-rubio bajaba la cabeza.

—no creo que al calvo le agrade mi presencia.— bufeo molesto por el apodo que el mayor le había puesto.

 —vamos no seas tímido, Viktor no se encuentra así que puedes venir a hacerme compañia.— musito mientras se alejaba de este hacia la salida de la habitación. —te esperare en la puerta~.— y dicho esto salió de la habitación.

"Relámpagos, memorias... un fuego que me separó"

¿Cómo aquel hombre podía hacerlo sentir tan especial?, con solo nombrar el apodo que le había puesto hacia que su pequeño corazón rebosara de alegría; cosa que ni su abuelo lograba a hacer.

—Pasa, Yurio...

Le dijo una vez en la puerta permitiéndole la entrada al menor; éste se encontraba de lo más nervioso, pero a la vez felíz por estar al menos un poco de tiempo junto al mayor.

Cada que se encontraba con él le parecía el momento más felíz; fue desde que lo conocio esa amabilidad que solo su abuelo le daba otra persona se lo otorgaba fue ahí donde comenzaron las emociones hacia él. Normalmente no le importaban los demás, pero no fué así; aquellos momentos con el azabache fueron donde se percató de lo especial que era para él, a pesar de su fugaz relación con su ahora ex-amigo Otabek, con el cual llegó a ser muy cercano y tuvo algo que ver, pero se convenció de que a pesar de todo lo que pasara no podría sacar a Yuuri de su cabeza y mucho menos de su corazón.

A sus 15 años tenia un revoltijo en su pequeño corazón.

 "Quieren que yo pueda encontrar mi verdad"

Todos. Todos estaban al tanto de los sentimientos del rubio, o al menos lo intuían, todo éste tiempo trataban de convencerlo de confesarle lo que sentía por el japonés, pero el ruso sólo respondía con maldiciones y mandándolos al diablo ya que no era de su incumbencia.

Our song made history [YuuYu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora