Entre Patines

4.

Eran seis meses ya... Y en ningún momento se animó a hacerse una ecografía para saber el sexo. Se hizo una en cuanto supo de su embarazo y por lo que le dijeron estaba muy bien.

Pero debía hacérsela, saber si estaba todo bien con el bebé y de paso saber si era una niña o niño.

Estaba en la sala de espera, acariciando su vientre, no había podido no encariñarse. Simplemente lo quiso desde el primer momento y porque lo quería iba a soltarlo.

-Abreu.- Dijo la ginecóloga, y ella simplemente se levantó.

La saludó y entró a su consultorio, luego de algunas consultas fueron a la sala de ecografías.

Pasó el gel frío por su vientre y luego el pequeño dispositivo.

-Esto que escuchas son los latidos de tu bebé.- Comentó la doctora con una sonrisa cálida.

Juliana sonrió, sus ojos se inundaron en lágrimas, era difícil caer en que dentro suyo crecía una vida... Tan viva como ella.

-¿Se puede ver el sexo ya, verdad?- Preguntó, limpiándose la cara.

-Si... Mm, por lo que veo vas a tener una bebita hermosa. Una compañera para mamá.

-Una nena...- Dijo para si, solo para asimilarlo...

Salió del consultorio con una gran sonrisa y la mano en su vientre.

Aunque esa felicidad no era para siempre.

Haría lo que pudiera para encontrarla, abrazarla... Hacerle saber cuanto la quería. Pero cada vez que creía estar cerca de una pista ésta se desvanecía.

Creía que Luna era su hija. Y sin embargo no resultó ser así, Luna era la hija de unos millonarios, muy oportuno.

No tenía sentido, a ella le dijeron que era popular en el Roller, Luna era la única adoptada, tenía coherencia pero ya no.

Lo peor es que ese día era uno de esos días dónde el dolor en su cadera era cada vez mas fuerte, sentía como si clavaran miles de cuchillos en ella. Y si, ella sabía lo que era ser apuñalada, esa cicatriz al costado de su seno izquierdo no era por nada, pero esa es una historia aparte.

Intentó moverse para la izquierda y no podía, el dolor no la dejaba. Menos mal que estaba en su cama, recién despertaba... Sin embargo no esperaba encontrarse con ese problema.

-Caderas de mier...- Se calló, no le gustaba decir groserías. Trató de levantarse y luego de varios intentos lo logró, se apoyó en su mesa de luz y localizó su bastón, lo tomó y caminó con él hacia la cocina.

Se hizo el desayuno y se lo llevó a la mesa, desayunó en completo silencio. Cuando terminó tomó su teléfono y le escribió a Rosales, su superior.

"Buen día. Le escribo para solicitarle el permiso para faltar hoy al trabajo en el Jam&Roller. El dolor constante que siento en mis caderas hoy me está imposibilitando caminar."

Se sentó en el sofá y tomó un libro para distraerse mientras esperaba respuesta. Minutos después la recibió.

"Buen día para vos también, Juliana. Lamentablemente no puedo concederte ese permiso, hoy es un día importante, se acerca la competencia interna entre parejas y que esté para presenciar y corregir los entrenamientos es primordial. Lo lamento, pero tendrá que ir al trabajo hoy..."

"Está bien, comprendo. En un rato estaré por allá."

Suspiró. No había que hacerle, se cambió y se fue para el Roller.

Hizo su jornada normal, aunque complicada porque sus caderas la estaban jodiendo, pero lo logró. Estaba por cerrar hasta que oyó un llanto que venía del camarín. Entró y la vio a Ámbar.

-Ey... ¿Qué te pasa?

-¿Yo? Perdón, ya me iba.- Se limpió las lágrimas.

-No, no era para que te vayas... ¿Querés contarme?

-No te quiero amargar.- Suspiró.

-...¿Es por Simón? Males amorosos...

-¿Qué? No, no es por Simón. ¿P-por qué lo sería?

-Ay vamos. No me vas a negar que te gusta.- Juliana esbozó una sonrisa.

Ámbar bufó.

-Un poco, pero no es por él.

-¿Entonces?

-Mi madrina, cada vez nos peleamos más y sus castigos son cada vez peores. Me hizo ayunar. 

-¿En serio?

-Sí...

Juliana salió del camarín y volvió con unos alfajores que sacó de la barra.

-Toma, come.

-No es necesario, Juliana...

-Lo es, come.

Por alguna razón era necesario, necesitaba verla comer. Sentía una gran necesidad de cuidarla. Era algo que le salía natural, sin embargo no sabía bien por qué. Había alguna especie de conexión entre ellas, eso era innegable, pero... 

¿Por qué?

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Holaaa pipol, acá Mar como siempre cagándose en ustedes y cambiando la portada cuando se le canta. Bueeeno, está inspirada en un álbum de mi banda favorita, hice el edit y quedó tan bien que no podía no usarlo.

Pero bueno, ignoren a la Mar, ya saben lo que dicen, ahre