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Y allí quedaron mis esperanzas de que Lauren se la jugara por mí.

En fin, el día pasó rápido hasta la noche y mi cara comenzaba a expresar el sueño que tenía.

Después de que Normani se fue, salimos con Lauren afuera a la piscina y metí mis manos en ella midiendo su temperatura.
Lauren me veía extrañamente. Era raro porque suelo descifrar a las personas, pero este es un caso diferente al parecer.

-¿Qué haces? -pregunta.

Miro sus manos que se rozan continuamente.

-Admiro tu piscina -contesto simplemente-. ¿Tienes un incoveniente con eso? -pregunto amablemente.

-No realmente -sonríe.

No sé si Lauren suponga esto, pero, me derrito cuando sonríe o cuando sus labios forman una posición de beso.

Me levanté y dejé a mis piernas descansar un poco.

Miré a mis padres riéndose junto a los de Lauren, me vi con ella en la misma situación.

Si sólo ella pudiera ver...

-¿Te pasa algo Camila? -pregunta ella sacándome de la luna.

-¿Por qué lo dices? -siento su mano en mi frente, tal y como mi mamá hacía para ver si tenía fiebre cuando era chiquita. Sonrío.

-Estabas seria y tambaleándote, ¿segura que no quieres irte a mi cama a dormir un poco? -ofrece.

La miré esperanzada.

-Tengo sueño -agrega.

Asiento resfregando mi ojo. Realmente tenía sueño en ese momento, pero sólo quería pasar unos momentos con ella.

-Sígueme.

Toma mi mano y camina rápidamente por las escaleras sin soltarme. Llegamos a una habitación verde adornada por muchas plantas y pósters de INXS.

-¿Te gusta INXS? -pregunto mirando los discos de la banda encima de la mesa.

-Mucho. Pues bienvenida -ella extiende sus brazos para que siga con la mirada sus manos-. Si quieres acuéstate debajo de las sábanas. ¿Tienes frío?

No quiero ser descortés ni molestarla, pero sí y mucho.

Pienso dos veces antes de hablar.

-No te molestes tanto Lauren.

-Eso es un sí -enciende una estufa y sonríe, terca.

Veo la sutileza con la que presiona el botón de Power con sus manos pálidas y al parecer suaves, oh cielos, daría lo que fuera por tocarlas.

Lauren me enseñó su cama y desordenó su cubrecama sólo para que me acostara más cómodamente, mis pensamientos estaban imaginándose cosas que no estaban sucediendo, ilusionándome.

-Gracias -acomodé la tapa y cerré un poco mis ojos y de pronto sentí que estaban destapándome.

Era Lauren desnudándose y colocándose su pijama, tapándose con las sábanas.

-¿Qué pasa? -pregunté hipnotizada con su cuerpo.

-Sólo me coloco un pijama -aclara obviamente-. ¿Quieres uno? Tengo cinco.

Asiento.

Lauren sale de su habitación y luego de unos segundos trae cuatro pijamas más.

-¿Cuál?

Me sentía algo incómoda, como cuando te muestran tanto para comer y tienes que elegir una cosa para mostrar "educación".

Soy muy indecisa.

Ella lucía uno de unicornio blanco con detalles rosa y morado.

Mientras que yo, yo... quería un dragón.

-Dragón -murmuré mirando un pijama verde y con escamas de color verde más claro.

Lauren sacó su pijama de dragón y me lo pasó, dejándome para guardar la ropa restante y para vestirme. Dice:

-Te dejo, vístete. Me avisas cuando termines por favor -solicita. Asiento.

Me deja en su habitación y curiosamente, exploro la habitación buscando el baño.

Estoy acostumbrada a que desde pequeña, mis padres me decían que en casas ajenas debía usar el baño para cambiarme de ropa o para todo en realidad y no en las habitaciones.

-Bien, veamos qué hay aquí -digo para mi misma.

Abro la puerta y me encuentro a una Lauren en la ducha tocando su cuerpo lentamente al compás de "The Lazy Song". Dios, era una diosa meciendo su cuerpo.

Amaba el efecto de su cuerpo mientras se movía su cabello, pasaba sus manos por sus caderas, su trasero meneándolo. Oh, mi parte baja no puede resistir más. Lauren silbaba, giraba sus caderas, su voz ronca cantaba la canción... Realmente que el centro de mi cuerpo no estaba resistiendo...

Justo, Lauren se voltea y sus ojos casi se encuentran con los míos, por suerte alcanzo a desplazar mi cuerpo hasta el balcón abierto y suspiro aliviada. Ojalá que no me haya visto, si me vió, estoy jodida.

Me lanzo a la cama desesperadamente y cierro los ojos con reales intenciones de dormir.

- ¿Estabas viendo algo Camila? -pregunta maliciosamente Lauren.

Mierda, me vió.

-Fue un accidente, ¿ok? No sabía que estabas allí -me excusé, hablando rápidamente.

-Sin embargo -continúa, al parecer ignorando mi comentario-, no te fuiste del baño. Eso dudo que haya sido un aciddente, ¿No lo crees? -sonríe.

-¡Lauren! -grito sonrojada.

Lauren se acuesta a mi lado y sacude su cabello, supongo eliminando los restos de agua que usualmente quedan en el cabello. Como yo.



THE WEIGHT - camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora