Ya había pasado una eterna semana desde que Kacchan no sabía nada de Deku, los días pasaban lento, aunque el rubio era bastante popular en la escuela sentía que algo le faltaba y eso lo alteraba, nunca había pasado tanto tiempo sin su mejor amigo y lo que más le molestaba era que todas las veces que iba a la casa de él, las cuales no eran pocas porque pasaba en la mañana, en la tarde y en la noche la mama de Deku lo despedía de forma olímpica sin dejarlo ver al peliverde, el simple hecho de sentir que su amigo no lo quería cerca lo atormentaba y realmente pensaba mal de la situación, que él había hecho algo malo, que Deku ya no quería estar con él, analizaba mil veces todo pero simplemente no entendía por que Deku estaba en esa situación con él, ya que según el rubio ese era el motivo de que su cómplice de aventuras no fuera al colegio.
El domingo de esa semana Kacchan tenía ideado el plan perfecto para poder ver a Deku y simplemente no iba a dejar que la mama del peliverde lo impidiera, después de almorzar salió corriendo de su casa para ir directo a la de su compañero y ejecutar su plan. Se "tropezó" Accidentalmente cerca a la casa de Deku y lloro fuertemente frente al portón hasta que logro su cometido y salió la mama del de ojos esmeralda.
- ¡Oh dios mío!, ¡Bakugou-chan! Que te ha pasado – salió corriendo la madre de Deku al ver la rodilla del menor con un poco de sangre
- Me duele demasiado – Gimoteaba el de ojos escarlata con unas pequeñas lagrimas en los ojos
Inko al ver al niño tan adolorido lo cargo gentilmente mientras lo llevaba dentro de la casa y llamaba a los padres del menor para avisarles
- Espera acá por favor Bakugou-chan, llamare a tus padres para que sepan que estas acá –
El menor apenas vio que la madre de su amigo se iba a la cocina y lo dejaba solo en la sala corrió como pudo con su rodilla un poco lastimada al cuarto de su amigo, subiendo las escaleras con mucha velocidad encontró la puerta de la habitación de su amigo y abriéndola de golpe se sorprendió; encontró el cuarto hecho un desastre, las figuras de All might fuera de su estante lo cual era raro por que Deku cuidaba mas de esas figuras que de su propia vida, la ropa regada por varias partes del cuarto, el sonido de la computadora encendida reproduciendo continuamente la grabación del desastre donde All might realizo el "Debut" y por último a un pequeño peliverde debajo de las cobijas cubierto totalmente y titiritando absorto en su mente. El aspecto de Deku no era el mejor, estaba pálido, ojeroso se notaba no había comido bien y su aura emocional no expresaba nada agradable, a Kacchan se le estrujo el pecho al verlo así ¿realmente Deku estaba así por que no quería verlo?
- ¡Deku, No te preocupes por que ya estoy aqui! – Sin prestarle mucha atención a sus dudas se abalanzo el rubio exclamando la frase de la computadora a donde estaba el menor abrazándolo con mucha añoranza de por medio, realmente había extrañado a su mejor amigo
- Ka...cchan – Respondió inmediatamente el de pelo verde aun en estado de choque.
Con la piel helada al escuchar la voz de su amigo y los sentimientos hechos pedazos por el impacto de lo sucedido, a la ultima persona a la que quería ver la tenia justo al frente y lo tenia que afrontar en ese momento, miles de pensamientos surcaban la cabeza del de ojos esmeralda, - no quiero verlo, no quiero que me dejé, no quiero que se entere, no quiero que todo suceda así, no me odies, no te alejes de mi lado eres lo único que tengo – pensaba Deku, que por acto reflejo a sus pensamientos empujo al pequeño de ojos escarlata de su lado, con lagrimas en los ojos y su mano apretando el pecho tratando de sujetar el vació que sentía, inmerso en su propia decepción alzo un poco la cara y lo miró directamente a esos orbes color rubí.
¿Deku? – expreso el rubio con gran duda en su voz, no le gustaba lo que veía.
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Amor y Vida
FanfictionNo vivas esperando algo. Eso no es vivir, es esperar. Míralo, el chico más dulce del planeta, pero las decepciones lo hicieron perder las esperanzas en cumplir sus sueños. Ya no quiere besar más labios con sabor a falsas promesas, ya no quiere tocar...