ii.

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DOUBT !

capítulo dos.


El ambiente era cálido, el calor de la fogata era algo que la rodeaba y la hacía sentir cómoda.

El rubio la abrazaba, sentado en un tronco mientras ella reposaba sentada en sus piernas; tomaba mechones de la cabellera ajena y fruncía el ceño mientras hablaba de vez en cuando. Podían escucharse algunas risas, las que más percibía era las del hombre Joseph; algo incomodas y secas, no como las que eran dedicadas a ella.

Estaban rodeados por algunas mujeres con pintas de cotillas, se les notaba, al hincarse en hablar con su hermano con curiosidad que no podía ser fingida. Mientras ella, sin prestar mayor atención mordisqueaba un trozo de pescado a la braza. Moría de hambre y aunque ese no era su platillo favorito, no pudo negarse a la sonrisa tan amena de Carol.

Aquella era una mujer canosa, con un tono de piel blanco particular y unos labios finos, acompañados de unos pómulos marcados. Se encontraba acompañada de Amy, Lori y la penetrante mirada del moreno extraño del bosque. Se le había olvidado su nombre, pero estaba ahí, jugando con una pistola entre sus manos y viendo fijamente en la dirección de su hermano y ella.

— ¿Acaso ella es tu hija? —. Carol preguntó con una media sonrisa. Le pareció una mujer tierna, no comparada con su esposo que les dedico una mirada de odio en su llegada y se encontraba encerrado en una carpa sin proferir palabra. Aún así Kalani profirió un sonido de indignación con tal cuestión.

—Oh, no —negó Josh, relamiendo sus labios. Correspondía la mueca de la castaña—. Ella es solo mi hermanita.

Amy tragó otro trozo de pescado, sonriendo específicamente al mayor y profiriendo un: — ¡Por eso se parecen a morir!

—Uy no, él es muy feo.

Y todas rieron de su comentario y entonación seria. La pecoso se sintió algo confundida, no lo quería decir de esa manera, solo quería molestar un poco a Joshua. Tal vez, avergonzarlo frente a la rubia que se había sonrojado de solo ver los característicos ojos azules que eran herencia de su madre.

Hasta ahora el grupo los había recibido bien, eso captaba su atención. De un momento a otro ya habían entablado conversación como uno más, la luna asomándose por el firmamento. Arribaron algo desconfiados, y aún ese gorgoteo de suspicacia estaba atascado en el pecho de ambos familiares. No solo el hombre moreno de aspecto latino se mantenía al pendiente de ellos. Dale poseía una escopeta y estaba sentado sobre su caravana, con ojos fijos en ellos, causándole escalofríos de ver aquellos orbes saltones pegados en su nuca.

También llegó a conocer a Sophia y Carl, un par de niños que bailaban entre su misma edad, tal vez uno o dos años mayores que no se notaban mucho gracias a su altura similar. La primera era una combinación de efusividad y constante timidez. Para la castaña era extraño y estaba claro, nunca conoció a alguien que se mantenía tan adherida a su madre. Luego estaba Carl. Sin palabras, solo eso. Tenía un gracioso corte hongo y unos ojos tan claros como el mar caribe. Su presentación fue extraña pues cuando él habló, su tono de voz descendió y sus mejillas se tiñeron de carmesí y su nombre sonó como un Clark. Kalani sonrió, y con gran alegría dijo el suyo, casi gritando.

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⏰ Última actualización: Oct 22, 2022 ⏰

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