Capítulo 9

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Hola bebito.

El mayor dio una patada a la puerta, cerrándola de golpe.

Harry se acercó a el, con la mirada gacha mientras jugaba con los dedos de sus manos, nervioso.

—L-louis, ¿qué haces aquí?

—¿Qué no es obvio? Vine a verte.

El mayor tomó el mentón del rizado con sus dedos, haciéndo que lo mirara, en sus ojos se reflejaba el miedo a la extraña actitud del castaño a lo que éste sonrió.

—P-pero, dijiste que no deberíamos seguir juntos.

El rizado temblaba bajo su toque, extrañaba tanto su tacto, suave pero firme.

—Y es verdad, no debemos.

Los ojitos del rizado empezaron a cristalizarse, le dolía escuchar esas palabras, intentó zafarse del agarre del ojiazul pero éste lo detuvo tomándolo por las caderas con fuerza, pegándolo a el.

El mayor se acercó a sus labios, tentando al rizado, éste fue acercándose más, hasta que sólo le faltaban milímetros para tocarse, pero en el último momento dirigió su boca al oído del menor, justo como el día que lo acorraló en los casilleros, el día que habían empezado su aventura.

—Pero no pienso permitir que nadie más te toque, he visto como te abraza el rubio y créeme que no estoy muy feliz al respecto.

El menor soltaba suspiros con cada roce de los labios del ojiazul en su oreja, las manos del mayor habían bajado hasta sus muslos, los apretaba haciéndo que sus cuerpos hagan fricción.

—Pero Niall es sólo un amigo.

—Me importa un carajo, tu eres mío y nadie más puede tocarte, sólo yo, ¿sabes por qué?

—¿P-por qué?

—Porque soy tu Daddy.

El menor soltó un gemido cuando el ojiazul empezó a atacar su cuello, lamia y succionaba dejando varias marcas rojizas que tardarían en quitarse, dejando claro que Harry tenía dueño y ése era Louis.

—Ah ah, Daddy, para.

—Ni lo creas, te follaré todo lo que resta del día para que te quede claro que eres mío.

El ojiazul tomó al más pequeño en brazos para dirigirse a su habitación, al llegar lo tiró a la cama sin cuidado, posicionándose sobre el, volviendo a atacar su cuello.

—Ah, ah ah, para, por favor.

El mayor hizo caso omiso, separándose un momento de el para despojarse de su camisa.

Harry no sabía que hacer, éste no era Louis, su Daddy era más gentil, a ésta persona la desconocía por completo y eso le daba miedo.

—Quítate la ropa.

Ordenó el mayor, con un tono de voz que te pondría los pelos de punta.

El rizado asintió, quitándose su camisa lentamente con las manos temblorosas, al igual que sus pantalones, quedando sólo en boxers.

—Todo.

El rizado lo miró con las mejillas fuertemente sonrojadas, se sentía incómodo.

Tomó el elástico de su boxer con ambas manos, bajandolo hasta quedar completamente desnudo, sin apartar su vista de los ojos del mayor, éste lo miraba lascivamente con una media sonrisa.

Baby Boy [l.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora