La noticia

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Me encontraba sentada en el mismo rincón de todas las noches con mis brazos rodeando mis piernas y mi cabeza hundida entre ellas. Las lágrimas seguían saliendo de mis ojos desesperadamente hasta bajar a mis mejillas, llorar ahora era una pasatiempo nocturno para mi. Levanté un poco la mirada, las lágrimas seguían saliendo y eso me impedía ver claramente pero aún así podía observar como mi habitación estaba llena de almas, todas mirándome con sus ojos fríos llenos de rencor, venganza y maldad. Era cómo si todas ellas estuvieran en mi contra y eso no era nada bonito.

El sudor se empezó a hacerse presente en mi frente, las lágrimas desaparecieron pero el miedo recorría mis venas y me empezaba a alterar. Mis ojos se clavaron esa niña que estaba parada a lado de mi armario, ella era diferente no era igual a las otras almas que había visto antes. Ella tenía los ojos rojos como la sangre, su cara más pálida de lo normal y unas cuantas heridas en ella, un vestido blanco rasgado y con machas de sangre traía puesto, su pelo largó y negro caía hasta su cintura. Una sonrisa cínica apareció en su cara y aquellos ojos rojos de antes ahora se estaban convirtiendo en unos ojos negros.

Un canto empezó a inundar mis oídos, el canto era suave pero espeluznante, sabía que era esa niña, lo raro era que puedo escucharla cantar y ella no movía ni un centímetro sus pequeños labios. El canto suave de antes ahora eran gritos horribles y desgarradores, lleve ambas manos a mis oídos apretándolos fuertemente, apreté mis ojos tratando de concentrarme para dejar de escuchar aquellos gritos pero todo era en vano. No sabía cuantos minutos han pasado y esto me esta matando poco a poco, pero por acto involuntario mi cuerpo se levantó de golpe del suelo frío, quite mis manos de mis oídos y abrí mis ojos.

-¡Cállate! -grite desesperadamente mientras veía a la niña- ¡Alejense de mi! ¡Todos ustedes déjenme en paz! - volvía a gritar señalando a todas las almas de mi habitación.

Corrí hacia mi cama y me acosté boca a bajó, las lágrimas volvían a salir de mis ojos mojando mi almohada. Los gritos de aquella niña habían parado y agradecía mentalmente por ello. Unos pasos se escuchaban a lo lejos, mis cabellos del cuello se pusieron de punta y el miedo se apoderaba de mi por segunda vez. Escuchaba los pasos cada vez más cerca de mi cuarto y me empezaba a desesperar por saber quien es. La manija de la puerta se movió indicándome que aquella persona o alma iba a entra, escuche el sonido de la puerta abrirse y los pasos cada vez más cerca de mi. Sentí mi colchón hundirse del lado derecho, voltee mi cabeza hacia ese lado para después encontrarme a mi papa sentado a mi lado.

- Summer ¿Todo bien? - preguntó

Asentí débilmente. Me senté a su lado y seco las lágrimas que habían caído hace unos momentos, dirigí mi mirada hacia mi armario tratando de encontrarme con la niña. Pero ella ya no estaba.

-Querida tenemos que hablar - dice mi papa sacándome de mis pensamientos.

-Y ¿De qué quieres hablar?

-De ti y tus poderes- suspiró - Summer todo esto se está saliendo de control, no puedes controlar tus poderes, has cambiado desde que te convertiste en lo que eres. Nunca sales en las noches, sólo lloras y lloras. No hablas con nadie que no seamos nosotros -agarra mi mano y la acaricia suavemente, dirige su mirada hacia mi, puedo observar sus ojos cristalizados y una mirada triste - Tu mama y yo hemos decidido que lo mejor será que te vallas a un internado donde te enseñen a controlar tus poderes.

Mis ojos se abrieron completamente y lo miro directamente a los ojos ¿Esta hablando enserio? ¿Un internado? Era tan necesario. Otra vez siento mis ojos aguarse, aquí vamos de nuevo las lágrimas vuelven a escaparse como siempre.

-¿Un internado? - pregunte atónita - pero no será tan malo ¿no? Digo voy a poder visitarlos ¿o no es así? - las lágrima salían de mis ojos sin ninguna buena razón, digo que te vallas a un internado no es tan malo pero siendo yo llorar siempre es una solución para mi, como para algunos la violencia es la solución a sus problemas la mía es llorar, llorar y llorar.

-Eso es lo que te quería decir Summer, el internado no es aquí - callo por unos segundos - es en Holanda, la capital de los mediums y almas.

-Estas bromeando ¿verdad? Todo esto es una jodida broma ¿no es así? - la desesperación se empezaba a presentar en mi cuerpo y junto con ella me empezaba a alterar - ¡esto es una jodida broma! ¡Dilo! ¡Di qué es una broma de una vez por todas! - grite, ahora la desesperación me había ganado - ¡Dilo de una puta vez! ¡Dilo! ¡Piensas que soy tan estúpida como para caer en eso! ¿O no es así? ¡Yo no voy a ir a ningún puto internado ¿oíste?! - grite mientras pasaba mis manos por mis cabellos y los alocaba, la frustración también era presente en este caso, la desesperación me ganaba y me esta haciendo perder la cordura.

- Summer tranquilízate - ordeno mi padre claramente enojado - no me importa que no quieras ir o no, vas ir ¿entendido? - dijo para después levantarse de la cama y dirigirse hacia la puerta pero antes de abrirla se volteó y dirigió su mirada hacia mi - Todo ya esta listo, tu vuelo sale mañana en la mañana así que es mejor que duermas. No tienes que preparar maleta ni nada luego te daré dinero para que salgas de compras o algo así. Hasta mañana - término y cerró la puerta de un fuerte portazo. Seguía enojado.

Solté un grito después de que mi padre salió de mi habitación. Estaba enojada. Agarré una almohada y la lance tan fuerte como pude provocando que esta chocará contra el armario para después caer al piso. Volví a gritar tratando de liberar todo el enojo que traía adentro pero me era imposible. Pero... Mi padre tenía razón estoy perdiendo la cordura, todo esto me esta sacando de quicio, hablo más con almas que con personas, veo a más almas que a personas, lloró más y sonrió menos. Y esto no era normal.

Las imágenes de la primera vez que vi a un alma recorrían mi mente, tenía tan solo ocho años para ese entonces. Las imágenes no eran muy claras, un poco borrosas y me evitaban identificar la cara de aquella alma, pero aquella pequeña platica que tuve con ella empezaba a aturdir mi mente acompañadas por un gran dolor de cabeza, las imagines de mi primera marca, el canto de la niña de hace pocos minutos, todo recorría mi mente en este instante. El dolor era inmenso me tire en mi cama con ambas manos en mi cabeza, cerré los ojos hasta escuchar por último "Una maldición de la cual no podrás librarte".

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Hola! Bueno esta es mi segunda novela, bueno primera y que la otra la elimine. Bueno espero que les gusté :)

Espero tener 20 vistas, 5 o 10 votos y ya!

"The curse" |N.h|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora