Akira

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Akira estaba acostado en la cama, miraba decidido la fotografía de su amado, amado al cual no sabía porque no había conquistado. Estaba nulo, su juicio fue azotado con su llegada aun a pesar de los años seguía pensando solo en el castaño que una vez le robó el corazón y siguió haciéndolo.

-Akira baja a comer - su hermano abrió la habitación y miro el bulto en la cama - Hokona subirá si no bajas y sabes cómo es cuando está enojado.

-Sí, lo sé - divisó a su hermano, tan lindo y apuesto igual a su padre - ¿Cómo estás con Sora? - pregunto, se ponía una playera un sutil pantalón negro y sus converse.

- Bien, el tío Sai me lo pone difícil pero sé que le agrado - sonrió pensando en su hermoso doncel.

-¡¡Niños!! - Hokona apareció en la habitación, echaba fuego - si no bajan a comer se perderán de la mejor parte de todo- los arrastró a bajo y el pequeño doncel solo sonreía - los dejo, mi labor ya termino aquí, si salen avisen a sus padres no quiero que dejen a mi Mitsuki solo.

- Está bien, tío Hokona - el rosadito sonreía al sentir el calor del castaño- saluda a todos en casa y diles que pronto los iremos a visitar.

- Bueno cariño y se portan bien - el doncel salió y se dirigió a su hogar.

Los menores comían callados, no había novedades que quisieran contar no al menos por ese día, el celular de Mitsuki comenzó a sonar repetidas veces y contestó un segundo antes de que mandara a buzón.

-Sí, dime amor.

Akira y Nitsuki estuvieron alerta, de hecho siempre lo estaban si se trataba del vagó del novio de su hermano menor.

- Mis padres no están, pero si quieres puedes venir, no te preocupes llamo a papá enseguida y le digo que vienes - se despidieron tiernamente, sus hermanos iban a molestar al doncel pero la última vez que lo hicieron no se salvaron, Naruto tuvo que curar las heridas de sus pieles.

Siguieron cenando, luego de terminar Mitsuki llamó a su padre, quien le dijo que no lo quería allí y a lo lejos se escuchó decir a Naruto que tenía su permiso y una clara advertencia que esa noche no se escaparía. Claro muchas cosas más obscenas decidieron cortar la llamada, no quería experimentar más los afectos de sus padres por muy tierno que fuera.

-Saldré un rato. Me iré a encontrar con Sora - rascaba su cuello se sentía incómodo y con mucha angustia, como si lo que le fueran a decir o comentar fuera de vida o de muerte.

- Yo esperare a Nolan y le dejare algunas recomendaciones - sonrió y tranquilizo la angustia que sentía al dejar al doncel solo en casa con ese hombre el cual ni malo era.

Después de recibir la visita y de dar recomendaciones sobre qué hacer y qué no hacer, los iba a dejar solos, no sin antes tirar una cajita de protección a su hermano que moría de vergüenza y Nolan igual, en su vida jamás había pasado a segunda base con el doncel por ese motivo seguía vivo. Y hoy no quería romper esa regla.

Akira camino por las calles sin rumbo. Miraba como los jóvenes de su edad compartían momentos con otros sin importar lo que después pasaría quien hablaría o que daños causarían a sus vecinos.

-Hola, te sientes bien- toco su frente y miro directamente los hermosos ojos negros de este - lo siento - se avergonzó – Aah... Mi nombre es Frederick

- Eres extranjero.

-Sí, pero ¿acaso importa? estas bien - el chico era lindo tenía unos ojos azules iguales a los de su mami y que sin querer le daba calor a su corazón.

Esperando Por Ti...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora