CAPITULO #37

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° En el capitulo anterior °

Desperté de a golpe, respiraba rápidamente y mi cara estaba cubierta por una capa delgada de sudor. Todo había sido un sueño, pero ¿Cómo? Cada cosa en él había sido tan real. ¿O acaso estaba en el hospital por aquel accidente? No, no lo creo, pues si hubiera sido así yo estaría lastimada por tal choque, pero me encontraba en buen estado o al menos yo me sentía así.

Empecé a ver que había alrededor, pero era una habitación pintada de blanco, era como una habitación de hospital, tenía algunas cosas que encuentras en ellos.
Estaba confundida, no sabía que había pasado, pues si todo había sido un sueño ¿Por qué estaba ahí?
Me comencé a asustar, no dejaba de voltear de un lado a otro, quería salir de ahí y averiguar qué diablos había ocurrido, pero ¡no tenía ni la remota idea! ¿Había sido un sueño? Acaso ¿no lo había sido?

-¡(tn) ___! –Gritó Andrea entrando a mi habitación y regalándome un fuerte abrazo.-qué bueno que estas bien…-sonrió.-
-¿Dónde estoy? Andrea, dime que me pasó…-la miraba confundida.-
-es que ni yo lo sé. Entraste a la cabaña y escuché como instantáneamente te metiste a la cama, pero luego de unos minutos, más o menos entre unos 10 y 15, empezaste a hacer mucho ruido, por lo que volteé. Al hacerlo vi que te movías bruscamente en la cama. Te trataba de levantar, pero no podía, tus ojos estaban en blanco, lo cual me dio temor y lo siento por decirlo así, pero te retorcías de una manera que me asustabas.
-mis ataques.-susurré para mí misma aunque audiblemente.-
-¿Tus qué?-frunció el ceño la rubia.-
-Andrea, jamás le dije esto a nadie, ni Niall lo sabe.-le hable viéndola a los ojos.-pero yo tengo epilepsia.-confesé.-

La rubia al verme, se quedo paralizada, saben que es epilepsia ¿cierto? Bueno para las que no sepan les explicare, “epilepsia” es una enfermedad crónica –de toda la vida–la cual genera convulsiones. Las convulsiones, son ataques en los cuales, tus ojos se ponen en blanco, te muerdes la lengua y te agitas mucho. O bueno, en mi caso se presentaban así. Yo había heredado la enfermedad de mi padre, de chiquita tenía ataques muy seguidos, pero me daban pastillas anticonvulsivas, las cuales terminaron siendo de mucha ayuda.
No había tenido un ataque hacía 9 años, ¡nueve! No sé qué había pasado ahora, quiero decir, no me sentía diferente, porque, bueno algunos epilépticos, presentimos cuando tendremos un ataque, nos ponemos nerviosos y algo nos tiene como preocupados, y es cuando sabemos lo que pasara, pero ahora no había presentido nada.

-¿ti-tienes epilepsia?-me preguntó tartamudeando Andrea.-
-así es, pero no vayas a decir nada…por favor. -asintió con la cabeza.-ahora, quiero que me digas ¿Cómo me trajiste aquí? –Quise cambiar de tema.-
-no lo hice yo. Cuando te empezó a dar tu ataque, te trate de levantar, pero a los 30 segundos paraste de hacerlo. De nuevo intente que abrieras tus ojos, pero tampoco respondías, como si te hubieras desmayado. Tenía miedo a que te sucediera de nuevo, por lo que llame a Niall con tu celular y le dije que viniera. Cuando llego, le explique rápido lo que había pasado por lo que te cargo hasta acá, a la enfermería.

-bien.-hice una pausa analizándolo todo.-y ahora ¿Dónde está el rubio?-le pregunté.-
-no lo sé, te trajo hasta acá, y cuando la enfermera nos informo que dormirías por un rato más, se fue corriendo avisándonos que volvería, que tenía que ir por algo.-me explicó.-
-de acuerdo.-musité todavía algo confundida, no procesaba todo bien aun.-
No quería decirle a nadie de lo que tenía, no querían que me tuvieran más lastima o miedo de lo habitual. La epilepsia en mi vida había sido horrible, mi último ataque lo había tenido a los 8 años, había sido el peor de todos los que me habían dado.

Recuerdo que estaba haciendo mi tarea cuando sucedió. Mi mamá no estaba ahí en ese instante, por lo que casi moría ¿Por qué? porque además de que algunas convulsiones pueden ser tan fuertes como para causar la muerte, también pueden ser ligeros, pero si no hay nadie cerca para ayudarte, tú mismo te puedes ahogar con tu misma saliva.
Ese día había tenido suerte, pues me ayudó Zayn a ponerme en una posición recta, y auxiliándome a no fallecer, pero había sido espantoso.
No quería que todo se repitiera de nuevo, desde antes de los 8 años, había que estarme tomando pastillas anticonvulsivas para ayudarme. Por esa razón mi mamá siempre había sido aprensiva, por eso no me dejaba sola, pues no quería que me sucediera algo malo. ¡Todo eso había hecho de mi infancia una porquería!

" Mas Que Amigos " ( Niall Horan Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora