Éxodo...o ¿Exodus?

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Ahora era el momento de vestirme para asistir a la fiesta de nuestros peores enemigos. Es que aún no puedo creer que yo, Sasha Santacruz Silva da Souza vaya a esa 'reunión' o como sea que se pueda llamar. Es que la sola idea de tener que volver a verle la cara a cualquiera de esos Batista (a excepción de Alessia claramente) me llena de rabia. Las cosas que ellos nos han hecho han sido imperdonables. Nos han tumbado varios de nuestros viajes y además han asesinado a varios de nuestros miembros más queridos. Ellos son además los únicos que le han dado un golpe prácticamente mortal a los Lucky Strike, un golpe que de no ser por la gran inteligencia de mi padre no hubiéramos podido solventar.

En uno de los cargamentos más grandes que nuestros miembros esperaban en la frontera de Nuevo México, en un sitio bastante específico al cual únicamente nuestros miembros tenían acceso, los Exodus pusieron una bomba que liquidó a más de 240 miembros de los Lucky; muchos de los miembros que murieron en dicha explosión eran de nuestra entera confianza, y de hecho, el miembro de más confianza de mi tío Thiago y de mi padre, Christian Alveida, murió.

Ese cargamento era de suprema importancia, así sellaríamos la alianza con los Gutiérrez, los cabecillas de la Estrella Sur, una Mafia mexicana que dominaba Texas y parte de las fronteras. Fue un golpe duro, los Gutiérrez estaban bastante molestos, porque parte de sus miembros también habían muerto en la explosión. Eso ocasionó que los diálogos de paz se detuvieran entre los Lucky y la Estrella Sur. Un golpe bastante duro, más que por los millones que perdimos, por las almas que partieron aquella vez.

En medio de un suspiro, agarré las bolsas de las compras que había hecho. Fabiana estaba aún arreglándose en el cuarto de al lado, se había puesto el vestido amarillo que había comprado horas antes, se puso un choker de diamantes y unos tacones altos con un bolso Moschino que le había pedido a mis padres.

Por mi parte, me puse los jeans rotos que había comprado con un bolso negro, una chaqueta negra, los tacones y la blusa verde olivo con una cadena de oro blanco que llevaba grabado mi nombre. Me maquillé, unos smokey eyes, un labial nude, unas cejas perfectas y unas candongas de oro blanco con mi cabello castaño claro largo y liso. Me gustaba mi cabello como era, no le veía necesidad a hacerle ninguna modificación, no como Fabiana. Esa chica le había hecho de todo a su cabello, ahora quería mantenerlo natural y a pesar de todo el daño que le había ocasionado a su cabello, se hizo una regeneración y le quedó como nuevo. 

Fabiana era una chica muy hermosa, bastante parecida a mi madre. Tenía el cabello largo, hasta la cintura, liso, con flequillo de un color castaño claro, ojos casi blancos (como los de todos en la familia) grandes, de pestañas prominentes, cintura pequeña, piernas largas, labios carnosos y una gran sonrisa. Su color favorito era el amarillo, y disfrutaba usar esos colores con su piel bronceada.

Por mi lado, era una chica alta, de labios gruesos, cejas de forma perfecta, cabello liso hasta un poco encima de la cintura, piel bronceada, ojos blancos, las pestañas más largas de toda la familia, nariz afilada y un carácter que sólo Dios era capaz de aguantar cuando estaba de pésimo humor.

Ya estaba lista y suponía que Fabiana también. Era hora de irnos, fui por Fabiana a la habitación, estaba lista y emocionada, cuando me vio sonrió y apagó la luz del cuarto para disponernos a salir. 

Fuimos a despedirnos de nuestros padres que se encontraban en la oficina de mi padre, Gonzalo y Ramiro ya se habían marchado para atender sus compromisos y Fabiana y yo estábamos a punto de hacer lo mismo; Fabiana le dio un abrazo y un beso a mis papás y se retiró, mientras mi padre besó mi frente y cuando me abrazó me susurró al oído que Camilo y Kobe estaban esperando afuera y que todo estaba cuadrado para nuestra salida. Abracé a mi padre y luego lo miré a los ojos haciéndolo entender que todo marcharía como debía ser. Me despedí de mi madre y con grandes dudas, cerré los ojos y me dispuse a salir con Fabiana hacia el exterior de la casa para encontrarnos con Camilo y Kobe.

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