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dos días para el inicio del nuevo curso escolar, escuché como la voz de mi hermana menor se hacía más audible a medida que bajaba las escaleras quejándose acerca de sus ropas, honestamente no sé por qué se preocupa si no es un día especial, es un viernes como cualquiera.

me encontraba sentado en el sofá de la sala de estar viendo una película en mi portátil con el pijama puesto.

- ¡dan, qué estás haciendo ahí sentado como si nada! - la voz de mi madre me exaltó.

- ¿exactamente por qué debería apresurarme? -
bajé el volumen del dispositivo.

- en un rato vendrán los nuevos vecinos.

con razón mi hermana menor hizo semejante drama.

- espera, espera, espera. - pausé la película - ¿los nuevos viejos vecinos de al lado, los blair? ellos llevan más de tres meses viviendo aquí, ya no son nuevos. - forme comillas con mis dedos en la palabra nuevos.

mi madre es amante de tener visitas y siempre que invita a la familia blair a cenar se excusa con un son nuevos vecinos y hay que mostrarles nuestra amabilidad, ellos son muy dulces, pero sus hijos no me agradan para nada, los gemelos hassan y heiko blair no son tan amables como quisiera, ambos tienen una mala costumbre de interrumpir a las personas mientras hablan, y nuestra relación no es buena, compartimos un mes de clases y no congeniamos muy bien; mi madre insiste en que seamos amigos, pero son tan maleducados y no tienen nada de graciosos que prefiero ignorarla.

- no, no, no, invité a los nuevos vecinos del frente, los hassle. - ríe.

recordé a la chica linda que hace unos días ví por la ventana de mi habitación.

subí a cambiar mi atuendo por algo más formal, cuando bajé me dispuse a seguir viendo la película que dejé inconclusa hace un rato, minutos después escuché el auto aparcarse en la cochera de la casa, la puerta se abrió y divisé la silueta de mi padre, rápidamente subió a cambiarse de ropa para la cena.

era muy largo

l. hassDonde viven las historias. Descúbrelo ahora