Jamás creí llegar a este punto. En donde las vacas si vuelan y las nubes son de algodón. Recorro las calles buscándote sin embargo no necesito encontrarte; la melodía de mil violines se escuchan en el cielo, como gotas de lluvia que caen apresuradamente y derraman notas en el suelo.
Tropiezo pero no me caigo, siento una flores enredarse en mis manos empezando a consumirme, llenándome de colores y espinas.He cambiado, lo sé.
No logro ver a través de los colores, son intensos y segadores, después de unos minutos los violines paran y vuelven a iniciar pero esta vez con una melodía tranquila y melancólica. Las flores se deshacen en mi cuerpo dejando un brillo dorado como la escarcha. Siento una desesperación profunda y vieja.
De un momento a otro aparecen rostros de todos los tamaños y colores alrededor de mi, susurrando miles de cosas, un sonido inquietante.-Basta.
Las voces no callaron, ¡no cesaron!, sube de volumen hasta combinarse en un grito ensordecedor.
-He perdido lo que era, he perdido lo que soy...- No puedo aceptarlo.- NO!
No quiero vivir si esta es la vida que le espera al inútil!, ¿que será de mi si nunca logró recuperar mi arte?. Quiero vivir mi vida acorde al plan, cuál partitura más difícil o libro con final feliz. Que más seré yo si no puedo recordar quién era?.
Solo me queda recordar que las vacas no vuelan y las nubes no son de algodón. Pero, acaso no alguien dijo "llaman locos a los que bailan, quienes no pueden escuchar la música".
Pondré los pies en la tierra, aunque ésta parezca desvanecerse cada vez que lo intento. Dejaré que los violines suenen y que las flores crezcan. Descubriré como recuperar quién era, mientras invento quien soy.
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Midnight Short Stories
Krótkie OpowiadaniaPequeños retazos que he escrito durante la media noche, cada uno con algo diferente.