Capítulo 16

172 9 0
                                    

Volví a voltearme y empecé a seguir el conjunto de hojas en el que iba mi pañuelo, cuando estaba cerca de agarrarlo se volvió alejar, caminé un poco más y pude ver que dejaban  de moverse, corrí hacia el lugar y me agaché a buscarlo, cuando levante la vista quedé helada ante lo que vi, sentí miedo, pero a la vez curiosidad. 

Apreté el pañuelo en mi mano derecha con fuerza. Parpadeé unos cuantas veces para ver si no lo estaba imaginando. Realmente no lo estaba imaginando. Di unos pasos hacia atrás sin apartar la mirada. Detrás de un gran arbusto con forma de rectángulo había un hombre, un hombre que al parecer nos estaba mirando. Su mirada era la mirada de un típico, sínico. De esos que vez alguna vez en tu vida y te dan escalofríos. El típico tipo de una película de terror, el que abusa de los niños o el que mata por diversión. Sentí su mirada en mí y un escalofrió me recorrió. Quería salir de ahí, pero no podía, algo me lo impedía. Nuestras miradas se cruzaron y me quede mirando sus ojos azules por un momento. Su rostro no representaba ninguna emoción. No entendía porque nos estaba vigilando, ¿tendría algo que ver con Melina? o incluso, ¿con James?

Parpadeé una vez más y pude reaccionar. Me di la vuelta rápidamente para ver a James, pero no lo veía. Volteé de nuevo y el hombre seguía ahí, mirándome y haciéndome sentir un miedo inexplicable. Mire una vez más sus ojos azules y sin más, comencé a correr. Corrí lo más rápido que pude, no encontraba a James por ningún lado. Me di la vuelta para ver si el hombre seguía ahí, y sí, lo estaba, salió de atrás del gran arbusto y se quedó a su lado, mirándome. Su expresión era otra, pero no tenía tiempo de averiguarlo, ni tampoco quería. Volví a girarme y pude notar la sombra de James a lo lejos. Corrí aún más fuerte hasta que choque con él.

-Eyy- Me miro- ¿Qué ocurre? 

-Bueno...-Suspire- Nada.

-¿Segura?

-Sí. Solo se me calló el pañuelo y lo fui a buscar- Trate de sonar lo más convincente posible. Aunque, eso es lo que paso. 

-Bien- Se giró para seguir caminando y esta vez yo me puse a su lado. Note que Melina me miraba como si no me creyera de lo que estaba diciendo, pero aun así me sonrió y volvió su mirada al camino.- Ya casi llegamos al parque.- Caminamos unas cuadras más hasta que llegamos a la entrada-salida del parque. James bajó a Melina y ella sin pensarlo dos veces se fue corriendo a los columpios.-Iré con ella. ¿Me acompañas?

-No, iré a sentarme.- Le sonreí amablemente. 

-¿Estas bien?- La expresión de su rostro era seria

-Claro.-Mire hacia todos lados para no verlo a los ojos- Ve con Melina, yo me sentaré, cuando termines ven.- Le sonreí y me aleje de él antes de que diga algo. Busqué con la mirada un banco hasta que encontré uno un poco alejado del resto. Camine sin prisa hacia él y me senté. No dejaba de pensar en aquel hombre. ¿Quién era? No lo sabía, pero de seguro no estaba ahí de casualidad. No es normal que un hombre esté detrás de un arbusto mirando a un par de personas. Menos si tiene esa cara. No me malinterpreten. Puede que una persona con esa cara sea buena. Pero en sus ojos no se veía lo mismo. Es más, reflejaba odio y rencor. Con su mirada podía intimidar a toda a un grupo de personas. Su expresión, su rostro, todo había quedado en mí. El pensarlo me causó un escalofrió. Pero quería dejar de pensar en ello. Mire para todos lados hasta que encontré a James hamacando a Melina, quien reía y decía cosas que no podía llegar a escuchar desde donde me encontraba. Mire el cielo y me di cuenta que estaba más oscuro que nunca, ya todo estaba cubierto por nubes que más que grises, eran negras. No era de esperarse que lloviera, ero al parecer, eso no le importaba a la gente ya que había mucha en el parque. Baje mi mirada al suelo lleno de papeles y desechos plásticos. Jugué unos minutos con mis pies y hasta que alguien se sentó a mi lado. 

-¿Qué haces?- Su voz se me hizo conocida al instante, así que no era necesario levantar la vista para saber quién era.

-Nada interesante- Levante la mirada y me encontré con sus ojos marrones mirándome fijamente.

-¿Te parece si vamos con Meli?- Note cierto brillo en sus ojos al pronunciar al nombre de la niña. 

-Claro- Me levanté del banco seguido por James. Camine un poco más rápido que James y me acerqué a Melina. Ella me miro con una gran sonrisa y pude notar en sus ojos que estaba feliz. Esa niña era muy dulce.

-Ten.- Me pasó una palita de color azul y la mire con el ceño fruncido.- Hagamos castillos de arena.- Asentí con motivo de respuesta hacia ella, que se había ido a la arena. La seguí y me senté con ella para empezar hacer castillos. 

-¿Puedo ayudar?- James estaba parado atrás de mi mientras miraba lo que hacíamos. 

-Claro- Melina contestó antes de que yo pudiera hacerlo. Le di lugar a James para sentase y me ayudara hacer los castillos. Cuando terminamos jugamos con Melina a las escondidas, en el tobogán y a todo lo que se le ocurriera. Comimos en un restaurante, al que James nos llevó y al que no tuvimos que pagar porque él era amigo del dueño. Tomamos un helado y caminamos, mientras James me explicaba sobre las calles y las personas que vivían ahí. Ya estábamos volviendo a la casa, se suponía que esta noche vendría la mamá de Melina a buscarla. Mientras caminábamos iba mirando el suelo, hasta que pude ver el arbusto de hacia unas horas. Recordé a aquel hombre, su rostro, sus ojos, su manera de mirar, el solo recordarlo me provocó un escalofrió, que por suerte, no se dieron cuenta. Me detuve unos segundos y seguí mirando el arbusto, la imagen de ese hombre seguía ahí. Pestañeé varias veces y volví a caminar, a paso acelerado para poder alcanzar a James y a Melina, que no se habían dado cuenta de que me había quedado atrás. 

Don't Cry (James Maslow)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora