Al llegar encontré varias notas en mi escritorio con frases dulces que no pude evitar sonrojarme de pensar que fueras tu el que las dejo, e inmediatamente las guarde en mi bolso.
Esa tarde al terminar el trabajo me dirigí a casa con una sonrisa boba en mi rostro y a la vez pensando y rogando de que aquellas frases hayan sido escritas por ti.
Mi celular comenzó a sonar así que lo saque del bolso y conteste la llamada. Colgué preocupada y temblando, no evite llorar al enterarme que mi hermano tuvo una recaída nuevamente debido a sus problemas de azúcar, me daba miedo imaginar que me dejaría sola, como lo hizo mamá. Decidí acelerar el paso y llegar lo mas rápido a casa, no me gustaba para nada tomar como atajo un callejón cercano pero lo hice para llegar lo mas pronto posible.
Al salir de este me sentí algo mas cómoda, me dirigí a abrir la puerta, pero antes de entrar me sentí observada así que me di vuelta y allí estabas mirándome algo sorprendido, sin pensarlo dos veces serré la puerta estando ya dentro.
Odio que me vean llorar, no me gusta mostrarme débil ante nadie, y mucho menos quiero que pienses que lo soy.
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¿Acaso Es Pecado Desearte?
RomanceEs extraño querer tenerte solo para mi pero no inevitable Continuación de -Te Deseo-