CAPíTULO 2

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Comienzo a mover mis pies de un lado a otro, rápidamente los nervios están invadiéndome, observo el numero en la pantalla, piso 49, solo falta un piso más, elimino el aire de mis pulmones; mantengo una postura erguida. Cuando aceptaron mi llamada no pude evitar correr hasta aquí. Necesito esto, por el momento no pienso en las consecuencias; veré la forma de pagar y...

Las puertas de la caja metálica, me hacen salir de mis pensamientos, salgo y limpio el sudor en mi falda color verde, camino; tranquila evitando lastimarme con mis zapatillas o tropezar en el menor de los casos posibles. Me dirijo hasta la recepción donde una chica de unos 27 años se hace presente en mi campo de visión, observo su nombre en el gafete que cuelga de su pecho, descubierto por un profundo escote, el cual me parece inapropiado en un lugar así, pero recuerdo que el jefe es...

-Disculpe señorita Camila- carraspeo- -Buenos días ¿En qué le puedo ayudar? - Es la misma que me atendió ayer, olvidaba ese tono altanero y de superioridad. Hace un molesto ruido con la boca, el cual no esconde el fastidio en su voz.

-Buenos días- comento con la cabeza alzada- Tengo cita con el señor Adam Wilson a las 09:30, me llamaron ayer para decirme que tengo la cita hoy y

Deja de observarme y su vista se dirige hasta su computador donde teclea algo, puedo notar como me observa escaneando cada parte de mí, solo le dirijo una sonrisa hipócrita. Yo tambien puedo jugar así.

-Si hoy tiene esa cita con el señor Wilson, lamentablemente está en una junta que acaba de empezar, pero si quiere puede esperar en el sillón- comenta señalando el sillón color blanco, asiento y camino hasta sentarme. Y yo que ya quería irme de este lugar.

No se cuánto tiempo ha pasado, pero ya estoy impaciente, tomo una revista de negocios la abro y aparece abarcando toda la hoja la imagen de Adam Wilson.

-Es un placer hacer negocios con ustedes- escucho la voz varonil y gruesa, que provoca un orgasmo. ¿En que estoy pensando? Los hombres me hacen una pequeña reverencia, me pongo de pie y saludo a los hombres; observo al hombre que está enfrente de mí. Los hombres entran al elevador, Adam Wilson me observa con sus ojos azules sin ninguna expresión. Sus manos están ocultas en los bolsillos frontales de su traje negro que le queda a la perfección y remarca su cuerpo musculoso.

- ¿Qué haces aquí? - pregunta de manera burlona, al igual que en sus ojos hay una chispa de burla- No me digas que- se acerca a paso lento observándome con intriga- Querías agendar la cita solo para verme, después de...

-No te creas tan importante- espeto molesta, yo solo quiero irme de aquí lo antes posible- Ya te dije que solo vengo por negocios. - comento mientras arreglo mi falda color jade.

-Lo sé, solo estoy jugando contigo- comenta sin importancia- Pasemos a mi oficina- caminamos por el corredor siento la mirada de su asistente sobre mí; posa su mano en mi espalda baja y comienza a bajarla levemente, mi cuerpo se activa; rápidamente alejo su mano, y escucho desde el fondo de su garganta una risa burlona. Abre la enorme puerta después de poner el código de seguridad. Me deja pasar como todo un caballero.

-Gracias- acomodo mi falda antes de sentarme frente a la silla giratoria enorme, Adam también toma asiento en su trono, por así decirlo; típico de él sentirse el rey de todo.

-Bien tu convocaste- nos retamos con la mirada, aclaro mi garganta y enderezo mi espalda, siento su mirada penetrante sobre mí, suspiro y comienzo.

-De acuerdo, como sabres hace dos meses que tu hermano y Tania se casaron y...

-No me digas, gracias por avisarme- comenta de manera sarcástica mientras rueda sus ojos azules.

-Eres un imbécil- siseo- Ya que ellos están de luna de miel y no puedo comunicarme con ellos, no puedo recurrir a nadie más... yo necesito... necesito que me ayudes.

-De acuerdo- suspira- Pensé que me pedirías sexo- comenta desilusionado. Este hombre es o se hace idiota, mantengo mi expresión de mujer de negocios. Ignorando lo que me dijo.

-Entonces ¿Me ayudaras? - pregunto con cierta esperanza en mi voz, es la última opción que tengo, parece meditarlo o dudarlo por unos segundos, observa hacia un punto sin importancia.

-Te soy sincero y la verdad no me gustaría tener una pastelería- comenta, me siento mal por sus palabras, era lógico, pero al menos lo intente.

-Entonces le agradezco mucho señor Wilson, lamento quitarle su valioso tiempo- me levanto de la silla dispuesta a salir de esa oficina cuanto antes. Soy una tonta si creí que el me iba a apoyar en esto.

-Espera- me paro en seco, giro para observarlo, se encuentra parado, se acerca con pasos dignos de un modelo de pasarela y elegantes; lo observo seriamente- Alguien pasara por ti a las 08:00 pm a tu departamento, para que podamos hablar mejor de nuestro "negocio"- me dice seriamente.

-Está bien- comento fríamente, lo unció que quiero salvar es mi patrimonio-Gracias por su tiempo señor Wilson. Salgo de su oficina y camino por ese corredor, observo a la asistente quien me observa de mala manera, la ignoro y presiono el botón del elevador, cuando este llega, me meto rápidamente. Elimino el aire que tenia acumulado en mis pulmones. Una vez que el elevador llega hasta la planta baja, arreglo mi ropa y cabello y salgo hasta la salida, observo un taxi y le hago la parada me subo y le doy la dirección de mi departamento.

Solo espero no cometer ningún error, aunque algo dentro de mí me dice que ya lo cometí.

UN AMOR OSCURODonde viven las historias. Descúbrelo ahora