Capitulo 4

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Justin dejó el bolígrafo a un lado y se echó para atrás. Alzó la barbilla y la miró de una forma que colocó a Alex incómoda.

- Eres fascinante.- dijo sin dejar de mirarla a los ojos.

- La mayoría de los hombres no piensan igual que tú.

- ¿Por qué lo dices?

- Todos se aburren escuchándome hablar.

- Pues yo no. Es fascinante escucharte hablar con tanta pasión un tema del que se nota que te interesa. Tal vez no te des cuenta, pero tus ojos brillan y sonríes de una manera que es muy agradable presenciar.

Las mejillas de Alex ardieron y Justin sonrió, complacido al saber que sus palabras tenían gran efecto en ella.

- Es una lástima que no todas las personas muestren el mismo interés que tú por la campaña.

- Oh, no. Creo que no me expliqué bien. Yo no estoy interesado en la campaña, bueno, en cierto modo sí, pero no tanto.

- ¿Ah, no?- dijo alzando las cejas.- ¿Y por qué me dejaste pasar a tu casa, entonces?

- Porque quería conocerte. La que me interesa eres tú.

Sin saber qué más decir, ella sólo le sonrió con timidez. Justin tomó su silencio como algo bueno pues si bien Alex podría haberle dejado claro que no lo veía de la misma forma como él a ella, no lo hizo. Eso era algo bueno. Le sonrió una vez más y cogió el bolígrafo para terminar de completar el formulario.

Alex lo observó mientras escribía. Disimuladamente miró la hoja y gracias a la pregunta donde pedían que escribiera su nombre completo, supo que se llamaba Justin Bieber. Era zurdo y examinó sus manos para ver si encontraba algún anillo que indicara que estaba casado, pero para su sorpresa no vio ninguno. Recordó entonces que él había mencionado que pasaría año nuevo junto a sus hijas y le pareció extraño que hasta el momento no haya parecido ninguna persona salvo ellos dentro de la casa. Estaban completamente solos. Dudó en preguntarle, pero su curiosidad fue más grande que su timidez y finalmente habló:

- ¿Estamos solos aquí?

Él asintió sin levantar la vista de la hoja mientras continuaba escribiendo.

- ¿Y tus hijas dónde están?

- Con su madre junto a su novio en Ottawa. Quedamos en que las niñas pasarían navidad con ella y para año nuevo lo celebrarían conmigo. El domingo viajarán para acá.

Justin terminó de escribir y le pasó el bolígrafo junto a la hoja. Alex los guardó dentro de su carpeta y lo cerró, luego, al momento en que se disponía a levantarse de su asiento, Justin la retuvo colocando una mano encima de la de ella. Ella se mordió el labio y su mirada viajó por todo su musculoso brazo, hasta llegar a parar en esos ojos mieles que parecían pedirle algo. Muy lentamente, fue sentándose otra vez en la silla.

- Alex .- Justin carraspeó y a Alex le encantó saber que así como él podía colocarla nerviosa, ella también tenía el mismo efecto en él.- me estaba preguntando si podrías dejarme tu número de teléfono. Es para contactarme contigo en caso de que quiera saber más de la campaña.- se apresuró a explicar al ver la expresión de sorpresa en la cara de Alex.- una de mis hijas ama mucho a los animales, ¿Sabes? Dice que quiere ser veterinaria cuando grande y, uhmm... estoy seguro que le gustaría cooperar con la campaña sea como sea.

- De acuerdo.- arrancó un trozo de papel dentro de la carpeta y anotó su número.- aquí tienes.- deslizó el papel por encima de la mesa hasta que estuvo en las manos de Justin y éste le sonrió en forma de agradecimiento.- ¿Cómo se llama tu hija?

- Amaia.

- Bueno, si gustas, puedo venir algún día en que tus hijas estén aquí y les puedo hablar respecto a la ecología.

- ¿Hablas enserio?- dijo sonriendo.

Alex le sonrió y se inclinó hacia adelante, sus pechos se aplastaron en la mesa. Justin bajó la mirada a su escote y tragó saliva. Joder, es una mujer tan excitante...

- Claro... si no te molesta.

- S-Sería estupendo.- tartamudeó subiendo la mirada hacia su cara. Luego se sonrojó.- ven el domingo por la tarde. Ese día llegarán mis hijas, yo te estaré llamando.

- Vale.

Alex no pudo evitar sentirse poderosa por todo el efecto que tenía sobre él. ¿A caso ella lo había hecho sonrojar? Lo miró, viendo como Justin se hundía en su asiento en señal clara de timidez. ¡Por supuesto que se había sonrojado! Vaya... ¿Tanto era el poder que tenía sobre los hombres con solo un cambio de imagen?

Finalmente Alex se levantó y Justin la acompañó hacia la salida. Se despidió de él con un suave beso en la mejilla que provocó un leve rubor en sus mejillas y acarició a Freeway antes de irse. Se cubrió con su abrigo y salió por la puerta, partiendo rumbo hacia la siguiente casa, consciente de que Justin seguía viéndola desde la ventana de su casa.

Dios mío... ¡Qué hombre!

Happy new year.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora