Happy new year.

Capitulo 6

Una hora después de haber realizado la llamada, Alex estaba a una cuadra de llegar a la casa de Justin. Caminaba a paso lento, todavía tratando de hacerse la idea de que iba a pasar año nuevo junto a Justin Bieber, pero cada vez que pensaba en él, inevitablemente, su cuerpo reaccionaba acelerando su ritmo cardiaco. Durante el trayecto desde la cabaña hacia el vecindario donde Justin se estaba hospedando, al bajarse del autobús, se  encontró con varios grupos de adolescentes que caminaban en dirección opuesta a ella. Iban bien vestidos y daba la sensación que irían a alguna fiesta. Melancólicamente recordó su adolescencia, en donde asistía a cada fiesta que se realizaba a fin de año. Pero las cosas cambiaron al pasar los años y ahora tenía que vivir con la consecuencia de que no podía ir a cada fiesta que se le presentara al frente a menos que no interfiriera en su trabajo. Ya a sus veintiséis años de edad tenía bien claro que no podía faltar al trabajo cada vez que se le plazca ni mucho menos negarse a hacer las cosas que le pedía su jefe. Pero por lo menos las cosas esta vez serían distintas. Tenía a Justin, un guapísimo hombre divorciado que admitió tener deseos de pasar año nuevo en compañía de ella. Alguien con quien pudiese charlar hasta las tantas de la madrugada.

¿Charlar? ¿Realmente era lo único que tenía planeado hacer con él esa noche?

Frunció el ceño mientras se adentraba a la propiedad de Justin. Se detuvo frente al auto que estaba aparcado dentro del estacionamiento el cual intuía que le pertenecía a Justin. Un BMW de color gris. La mandíbula se le descolgó mientras rodeaba el auto para mirarlo mejor. Era un vehículo bastante caro y masculino. Seguramente se vería mucho mejor con Justin montándolo ahí dentro, con la ventana abierta y utilizando unas gafas de aviador. Se lo imaginó durante los días calurosos de verano manejando a cien kilómetros por hora en una carretera despejada, el viento despeinaría su cabello y le daría un aspecto despreocupado. Extremadamente sexy.

El calor quemó sus mejillas y tuvo que abanicarse con la mano para refrescarse, ¿Cómo era posible que Justin hiciera que su calor corporal subiera hasta las nubes aún así estando en invierno y con una temperatura bajo cero que helaba hasta los huesos?

Alejando los pensamientos eróticos de su mente, miró su reflejo en la ventana del auto y se acomodó el gorro de lana. Esta vez iba con el pelo suelto pero sin alisar, su maquillaje era ligero, su cuerpo estaba cubierto por su abrigo y unos jeans celestes. En sus pies, las botas UGG le proporcionaban la comodidad que tanto extrañaba sentir al caminar. Había escogido en ir a la casa de Justin con una vestimenta bastante peculiar. En parte, iba con las botas UGG y su abrigo común y corriente que diferenciaban de alguna forma su modo de vida: sencillo. Pero también había elegido ir maquillada por más incómodo que le pareciera e ir con el pelo suelto, porque de igual forma quería tener la misma atención de él que recibió hace días cuando fue a su casa, y temía que nada más la quisiera por su apariencia y no por cómo es realmente.

Soltando un largo suspiro para ahorrarse de valor, se acercó hacia la puerta y estiró la mano para tocar el timbre. Cinco segundos después se abrió y Justin apareció. Una vez más, Alex tuvo que alzar la vista para verlo a los ojos.

- Hola.- él sonrió.- me alegra que vinieras.

- Hola.

Alex se colocó en puntitas y lo besó en la mejilla. Éste cerró los ojos y suspiró, luego los volvió a abrir al sentir que el suave contacto de sus labios sobre su piel se alejaba. Una reluciente sonrisa apareció en el rostro de Alex y él se la devolvió.

Abrió un poco más la puerta y se hizo a un lado para dejarla pasar.

Alex entró y se desabrochó el abrigo, sonriendo al sentir como, al igual que el otro día, Justin se colocaba detrás de ella y la ayudaba a quitárselo. Lo colgó en el perchero y la guió hacia la sala principal.

- ¿Cocinas?- preguntó ella al ver que la mesa estaba puesta.

- Sí, espero que te guste el pavo, ¿O eres vegetariana?

- No, aunque sea defensora de los animales, irónicamente, me encanta la carne.

- Genial, ya que mis hijas no vienen tengo mucha carne de sobra.

Freeway hizo aparición más tarde bajando por las escaleras al momento que Justin sirvió los platos y se sentaron a comer. Primero se acercó hacia Alex y ella lo saludó acariciándolo. Después se colocó al frente de ellos y se sentó, mirándolos en la espera de que alguien le convidara un bocado de comida, suplicándoles con una tierna mirada que finalmente conmovió a Alex y le preguntó a Justin si podía darle algo de comer.

Justin, quien ya se sabía esa táctica de su mascota para enternecer a las personas y lograr obtener lo que quería, decidió complacer a Alex y fue hacia la cocina en busca de un plato para compartirle un poco de comida a Freeway.

Ahora los dos estaban terminando de cenar mientras mantenían una agradable conversación. Freeway estaba tendido en el suelo a un lado, masticando una pata de pavo que Justin le convidó.

- ¿Tu trabajo te mantiene muy ocupado?- preguntó Alex después de tragar. Él le había dicho que trabajaba como dueño de una empresa constructora junto a su padre, lo que explicaba por qué tenía un auto de lujo.

- No, de lunes a viernes hasta las siete. Lo normal, supongo. ¿Y en tu trabajo qué haces?

- Realizamos diferentes campañas e incentivamos a los niños a tomar conciencia respecto a lo importante que es cuidar el medio ambiente. Lo que más me gusta de mi trabajo es que estamos viajando constantemente, ya sea yendo a diferentes ciudades o a otros países. Ahora posiblemente viaje a Brasil.- dijo emocionada.

- ¿Ah, sí?- sonrió.

- Sí, bueno... si es que llego a tener primer lugar en ésta campaña. Es que si logro obtener la mayor cantidad de firmas posibles me premian con un viaje a Brasil.- explicó al ver la expresión confundida en la cara de Justin.

- Ah, ¿Y te ha sido muy difícil poder conseguir todas esas firmas?

- Al principio sí, pero después me di cuenta de algo que me ayudó mucho a llamar la atención de las personas, en especialmente de los hombres.- la sonrisa traviesa que se instaló en su cara despertó curiosidad en Justin.