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Después de estar midiendo ropa seminueva que le pudiera quedar a Saotome, quedó genial la camisa abotonada verde menta y pantalones negros, el azabache se acercó lo suficiente y desabrochó los dos primeros tres botones en de la camisa, Saotome se sintió incómodo y se ruborizó

—Y-Yuu-Kun! ¡¿Que estas haciendo?!— El castaño se ruborizó de la pena, ya que era la primera vez que el azabache desabrochara algo que el tuviese puesto.

—Tranquilízate, solo no quiero que vayas como vas luego a fiestas.

El azabache rió divertido, al ver la cara de Saotome, poco tiempo de haber estado hablando, los celulares de ambos sonaron, ambos mensajes de Shinoa, diciendo que la fiesta iba a ser hoy a la misma hora, el azabache sobresaltó y corrió de nuevo al armario.

Saotome le ayudó a buscar la ropa, encontró la playera blanca con detalles rojos, y los pantalones azul cenizo de mezclilla rotos por las rodillas, ambos salieron corriendo de la casa de Yūichirō, al poco tiempo encontraron el "Squad" esperando en un parque a ambos muchachos, el azabache miro entusiasmado al Rubio que se encontraba sentado en una banca, no esperó más y se abalanzó a abrazarlo, mientras Saotome miró a Shihō, se veía lindo, se detuvo frente al mayor, el pelirosa se dio cuenta, doblando un poco las piernas para alcanzar a su "enano", impulsando ambas cabezas como un beso, Shinoa, Makoto, Mitsuba, Yūichirō y Mika parecían sirenas de ambulancia mientras observaban que ambos chicos se besaban, molesto, Shihō frunció el ceño y repeló.

—¿Quieren callarse?

—Deja de ser tan aguafiestas, poste de teléfono.— Yūichirō decía burlón mientras entrelazaba sus manos con el rubio.

—A quien le dices poste de teléfono, ¿Imbécil?

—Te lo digo a ti, pendejo.

Al poco tiempo ellos comenzaron a jalonearse de las camisas como amenaza, gruñían como perros con rabia, el rubio y el castaño abrazaron por detrás a Yūichirō y a Kimizuki, Sangū se acercó y les pegó una bofetada a ambos.



La sala de la casa de Mina era el triple de un departamento normal, la mayor parte del grupo estaba ahí, bailando, bebiendo y fumando hierba o tabaco, todos decidieron separarse a ver que podía hacer, el pelirosa y el castaño fueron al jardín que había en la parte trasera, había parejas en el centro, bailando o besándose, decididos, fueron a las esquinas menos alumbradas, ya que a los que casi nadie sabía sobre la relación entre ambos, sentados en una banca, Shihō acariciaba la mejilla de Saotome con ternura, aquel se estremecía y se ruborizaba, sus narices estaban juntas, la tentación era inaguantable para ellos, Saotome jaló la camisa negra de Shihō besando sus labios, aquel le correspondía juntando más el delgado cuerpo del menor hacia el, las pocisiones de sus labios cambiaban constantemente, Kimizuki se separó del beso para morder el cuello y clavículas de Saotome, al menor se le solían gemidos y jadeos, el lo sentía bien, el pelirosa miraba pícaro a Saotome, ambos se levantaron y se metieron al salón, una pareja había salido de un cuarto que subía las escaleras hasta el fondo, una chica se veía adolorida, mientras que su novio la ayudaba a caminar, Saotome y Shihō subieron las escaleras y entraron al cuarto, era bastante obvio que era un simple cuarto de huéspedes, pero al parecer que las parejas lo ocupaban para otra cosa, el castaño se sentó en la cama algo desconcertado, Kimizuki se percató de ello y también se sentó sobre la cama.

—Estas bien, ¿Yoichi?

—Por supuesto que lo estoy, lo seré si estas conmigo.

—Yoi, lo sabes bien, nunca te dejaré, mucho menos cuando más me necesitas. — El mayor habló serio, ruborizándose, sonrió levemente— Te amo, Saotome Yoichi, te amo demasiado.

—Yo te amo mucho más, Kimizuki Shihō, me gustas demasiado.

Kimizuki se acercó a Yoichi y lo besó rápidamente, mirando sus ojos oliva levemente cristalizados, al sentir de manera rápida los suaves y ligeramente carnosos labios del menor, volvió a besarlo lentamente, mientras desabrochaba los demás botones de la camisa, el también hacía lo mismo con la camisa negra de Shihō, los hombros de Saotome estaban enrojecidos por el sonrojo demasiado notorio, esas caricias del mayor excitaban al menor, la erección de Saotome se veia mucho sobre su boxer de color negro, se tapó con las sábanas de la cama, haciéndose bolita.

—N-No me mires!

Shihō miró a Saotome, rió divertido y besó la mejilla de Saotome tiernamente

—Que no te de pena, es normal que ocurra eso.

El pelirosa quitó las sábanas del cuerpo de su novio, sonrió ante Saotome diciendo "No va a pasar nada" Jaló de un tirón los boxers de Saotome, dejando su miembro desnudo y erecto, el menor se tornó rojo como un tomatito.
El mayor desabrochó sus pantalones y se sacó el boxer, mirando maliciosamente a Saotome, le dio un beso apasionante, ambos lo disfrutaban, aquellas respiraciones comenzaban a estar agitadas, en el pequeño cuarto encerrado, los gemidos se quedaban ahí, parecían gritos, Kimizuki metió el primer dedo sobre la entrada de Yoichi.

Los gritos ahogados del menor excitaban a Shihō, aquella piel de Saotome era muy suave y clara, ambos no aguantaban, el mayor masturbaba el miembro de Saotome, mientras el sudaba y jadeaba, dolía, pero el lo sentía bien, Kimizuki sin preguntar, metió el miembro sobre la entrada de Saotome, por varias embestidas, jadeos, gemidos y respiraciones agitadas, se corrieron, no llegaron al orgasmo, pero el correrse en ellos se sintió genial entre ellos, ambos se miraron, el sudor, los rostros enrojecidos, Kimizuki besó los labios de Saotome con ternura, estaban felices por haber tenido relaciones sexuales, ellos lo disfrutaron, estuvieron felices, ellos se amaban tanto.

El reloj marcaba casi media noche, la pareja de novios salió de aquel cuarto de huéspedes y de casa de Satoshi, los demás compañeros se quedaron a disfrutar más de la fiestaca, Kimizuki prendió la motocicleta, ambos, dirigiéndose a casa del mayor, ya que no había tanto tráfico, llegaron en menos de la mitad del tiempo, ya que Saotome no podía caminar, Shihō lo cargo hasta su cuarto, ambos quedaron abrazados, por unas veces más, el mayor volvió volver los labios de Saotome, el calor y los mimitos que se daban uno a otro, hizo que ambos cayeran en un profundo sueño.

Achis achis los mariachis 7u7
¿Esta no se la esperaban, verdad? Quería ponerle un poquito de salseo que le faltan a las historias Yaoi, weno, por ahora me despido, Chao!

Sayduck over and out.

After Love You (KimiYoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora