METRO [En edición]

Capítulo 6

Abro los ojos pues es hora ya todos estamos preparados para llevar a cabo el plan, en los últimos días habíamos estado preparándonos para que el escape fuera de la forma menos predecible posible, las luces han sido apagadas ya hace varias horas, cada cierto tiempo pasa a inspeccionar un grupo de guardias nocturnos eran aproximadamente las dos de la mañana, la guardia paso y teníamos exactamente treinta minutos antes de que pasara otra, al igual que la primera vez hicimos los maniquís y los escondimos bajo las sábanas simulando estar dormidos, abrimos las celdas y nos encontramos al final del pasillo, las cámaras se apagaban y volvían a prender a nuestro paso y las alarmas comenzaban a sonar, llegamos rápido al estudio de mi padre y lo sacamos con nosotros pero en la puerta ya estaba un grupo de guardias dispuestos a detenernos, teníamos prevista una situación así, les dije que siguieran que yo me encargaría, jale la venda y quite mi anillo el arma roja y que parecía fluir como corrientes de agua se formó y me abalance sobre ellos, atravesando y cortando con sus vidas, por unos momentos titubee y me sentí mal, pensando en si ellos tendrían familias, si en verdad no eran malos y sólo seguían órdenes para sobrevivir, la impotencia me invadió, pero corrí y seguí adelante tratando de olvidar esos pensamientos, pues no me dejarían concentrarme en la misión, cuando Niko vio que los alcance suspiro aliviado, y continuamente inmovilizamos a los guardias, pocos eran los que teníamos que matar, llegamos a las puertas de acero que daban a la salida y estaban cubiertas por guardias y al frente de ellos el líder, nos detuvimos en seco y comenzaron a rodearnos, el silencio se hizo absoluto tanto que resonaba el eco de las pisadas de aquel hombre que nos veía con desprecio y odio, se detuvo frente a mí, su mirada cargada de odio y rabia me carcomía hasta lo profundo de mi alma, colocó el cañón de su pistola en mi frente, estaba helado, pero a pesar de todo no sentía miedo, nunca temí a mi muerte propia, sólo la de mis seres queridos, lo mire directo a los ojos retándolo a que lo hiciera, que no me importaba, vi como quito el seguro del arma, y ahora si cerré mis ojos esperando mi final, cuando escuche el sonido del cañón, sentí como caí al piso de lado, pero no sentía absolutamente nada, si esa era la muerte, entonces no era como lo esperaba, pero pude abrir mis ojos y vi.... vi a mi padre en el suelo, con una bala en el pecho, mis ojos se cristalizaron y un sentimiento de odio puro me embriago, los guardias me miraron llenos de temor, vi mi reflejo tenue en el acero y parecía como si un aura negra me cubriera.

—Niko, Jobs, Elizabeth, salgan de aquí, y ustedes abrirán esas puertas—Los guardias miraron por un momento a su líder pero luego volvieron a mirarme invadidos de temor y obedecieron, Niko me miró y se quedó parado donde estaba mientras Jobs y Elizabeth corrían a la salida.

—No te dejaré sola... Yuno, te sacaré de aquí no estás bien, y sólo harás algo de lo que te arrepentirás—Me dijo Niko abrazándome y tratado de sacarme pero esta vez mi fuerza era más que la suya.

— ¡No!, Déjame y sal de aquí, ellos se lo merecen—Golpeo con mi espada el suelo y la tierra tiembla derribando a todos, Niko se abalanza sobre mí y me derriba, queda encima de mí y no me permite moverme, inmoviliza mis manos, la espada se deshace y lo miró con rabia— ¿Qué haces? —Gritó furiosa.

—Impidiendo que hagas algo de lo que te arrepentirás y nunca podrás olvidar, ni un sólo detalle de esto, ya cargas con mucho Yuno, ¿Acaso quieres más recuerdos trágicos? —Lo miró con ojos como platos, por la forma en que lo dice sé que sabe acerca de mi Hipermnesia pero... ¿Cómo?

Los guardias se levantan y toman sus armas haciendo el círculo más pequeño y apuntándonos.

— ¡Que historia de amor más trágica, los dos mueren unidos por escaparse de los malos! ¡Hasta parece una novela! —Comenta sarcástico él líder y lo miró furiosa, me quito a Niko de encima y me levanto, cuando ellos disparan, todas las balas se detienen en el aire y caen al suelo.