Carmen Lane era un niño con dificultades que vivía en su nuevo entorno hasta que se encuentra con un duendecillo llamado Moona y descubre el mítico Anillo Soleado, y se une a él como el justiciero Sol en una misión para proteger un artefacto legenda...
(La luna creciente, escondida detrás de nubes oscuras en el cielo nocturno, es visible a través de las persianas de la ventana de Carmen. En el escritorio, Moona observa al joven para asegurarse de que esté dormido).
Moona: [mira el reloj por encima de él] Es la hora. [comprueba una vez más; luego asiente asegurando] *susurra* "Lunaris Illuminata". [Su sombrilla golpea la cerradura de la ventana de Carmen, lo que le permite salir volando.]
(Escapando por la ventana, Moona vuela a través del cielo estrellado en una especie de misión que lo lleva a las profundidades de un ámbito desconocido: la Plaza Estelada, una sala de juegos típica con todo tipo de juegos.)
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(Moona se acerca a una de las máquinas de pinball, presiona el lanzamiento de la bola que gira la estrella central en el piso hacia el oeste y se dirige hacia una cabina fotográfica aparentemente normal decorado con una decoración galáctica. Cierra las cortinas impresas con constelaciones y se enfrenta a una pequeña pantalla que proyecta una figura pixelada.)
Moona: ¿Estás aquí... mi lumbrera?
Luz: Es un placer verte de nuevo, mi lunita. ¿Se ha cumplido el presagio?
* * *
Moona: No puedo mentirte, mi lumbrera. Mi encuentro con la Orden de la Necromancia me distrajo por completo, y bueno en otras palabras, el destino del universo está ahora en manos de un niño insignificante.
Luz: Ah, y ¿cómo se involucró este niño con nosotros?
Moona: Yo también tengo la culpa de eso, mi lumbrera. Había perdido el anillo durante el accidente y terminó encontrando durante nuestro primer encuentro. Traté de recuperarlo pero no pude y ahora estoy seguro de que el universo está condenado por completo.
Luz: No seas modesto, mi lunita. Has encontrado a nuestro elegido.
Moona: No lo entiendes, mi lumbrera. Las expectativas de esta misión son muy exigentes, Carmen, un simple niño no podría---
Luz: Por eso lo guiarás hacia el éxito. Estas cosas deben seguir su propio curso.
Moona: ¡Pero--!
Luz: Nuestra búsqueda no puede esperar más. Las impurezas en las estrellas en este momento solo empeorarán la división existente en nuestro universo una vez unido si no se hace algo. No debemos impacientarnos ahora. Y lo que es más importante, que el enemigo está en la Tierra, es posible que ya tengan una ventaja. No tenemos otra opción.
Moona: [con desgana] Tienes razón, mi lumbrera. Debemos trabajar dentro de nuestras posibilidades lo que es más importante en este preciso momento.
Luz: Mucha suerte, mi lunita.
(La proyección termina cuando Moona sale volando de la cabina fotográfica, que de repente desaparece como si no estuviera allí.)