No voy aguantar(Shizaya) TERMINADA

Carreteras

Estaba al borde de la carretera fumando un cigarrillo, esperaba que algún carro de carga hiciera su aparición para que me jalara. Quería llegar hasta la ciudad mas cercana y de ahí tomar un autobus hasta la capital. Esa era mi idea y me tranquilizó que no se fuera al diablo, por que en verdad ya estaba muy cansado de caminar en pleno sol y se me había acabado el agua hace cinco horas.

Una camioneta pick up hizo su aparición a lo lejos. Hice una señal con la mano y esperé que se detuviera, el conductor obedeció a mi llamado y se detuvo. Lo saludé cordialmente antes de subir a la batea. Me tumbé cansando sobre el lugar y saqué otro cigarrillo antes de que avanzara.

_ ¡Espera! - escuché un grito y vi a lo lejos el reflejo al óleo de un delgado hippie corriendo

Cuando llegó hasta a mí, le alcancé la mano para ayudarlo a subir.

_ Gracias - me dijo con una sonrisa y creí ver un hermoso brillo en sus ojos. Su piel estaba tostada y sus labios estaban mojados a pesar del calor. Me dio sed.

_ ¿Tienes agua?

_ Sí, toma - me alcanzó una botella y noté todas las pulceras hechas a mano que llevaba en el brazo. De diferentes colores y diversos accesorios.

Detalle en una mirada toda su ropa y la diversidad de colores me dio mareos. Las plumas, conchas y cuencas abundaban en su traje. En la cabeza tenía un trapo amarrado de color rosa palido y en las orejas muchos aretes de diferentes tamaños.

_ Hace mucha calor - murmuró y vi que sacaba otra botella de agua para echársela en su pecho. El agua mojo la fina tela de su polo y resalto la textura de su pecho.

_ ¿Eres un hippie?

_ Sí ¿Acaso no se nota? - respondió de una manera ofensiva y burlona - ...mi nombre es Izaya, y voy a la ciudad ¿tú también vas allá?

_ Sí, pero no creo que vayamos por las mismas razones

_ ¿Apuestas?

_ ¿Qué?

_ Quiero que hagamos una apuesta - me pidió con una sonrisita malévola y sus ojos volvieron a brillar

_ ¿Cuál es la suma?

_ 600 si aciertas tú y 500 si yo lo hago

_ Tienes un exceso de confianza

_ Tengo mucha suerte...verás, el juego es muy simple, escribirás lo que apuestas en esta carta - me alcanzó un pedazo de cartón blanco - y yo escribiré mi apuesta en esta otra, las veremos al final del viaje y veremos quién gano

_ Pero eso no tiene sentido

_ Solo hazlo, será divertido, escribe tu razón para ir a la ciudad y lo que planeas hacer durante el viaje, yo haré lo mismo de ti; pueden haber hasta seis opciones y es suficiente con que aciertes en una

Su propuesta no tenía sentido, pero sería muy aburrido ir sin hacer nada en todo el camino. Por eso acepte aquel absurdo juego que olvidé dos días después.

A medio camino y a eso de las ocho de la mañana el hombre cambió su rumbó y tuvimos que bajar en espera de otra camioneta. Empezamos a caminar y cuando nos cansamos nos sentamos debajo de un arbol en una granja cercana. El dueño nos dio agua y compramos algunas frutas.
Izaya saltaba y bailaba al compás del sonido de una flauta que salía de su pequeña radio, yo me estresaba con sus movimientos; pero cuando empezó a bailar un sonido más exotico comenzó a embrujarme con su mirada. Sus manos me llamaban y sus piernas expulsaban sensualidad, su cintura era muy delgada y aquella flexibilidad despertaba curiosidad.