C i n c o

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No sé en qué momento Damien se pegó a mi como chicle al zapato

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No sé en qué momento Damien se pegó a mi como chicle al zapato. En todos los lugares está, ¿me incomoda? Por supuesto. Pero en verdad me alegró la cara que puso Fred después de ese discurso en la cafetería.

No fue el mejor discurso ya que dejo en duda a la mitad de la Universidad sobre mi estado sexual, además de hablar de mis piernas y su "caballerosidad" inexistente.

Pero supongo que por esta ocasión se puede dejar pasar.

- ¿Gagnon? ¿El jugador de fútbol? ¿El de él entrenador? - Cuando Morgan preguntó sobre el entrenador sus ojos sacaron chispas, demonios, esos son unos enamorados

La miro y me doy cuenta que en verdad parece ilusionada.

- Por alguna razón exigió una alumna que correspondiera a su clase profesora, ¿hay algo que deba saber? - Eso la hace suspirar pero recupera su postura en un segundo

- Es de los jugadores estrella Davis, sé de antemano que eres buena, pero quiero un reporte demasiado completo. Quiero que me enseñes de qué estás hecha, tienes que lucirte esta vez - Inflo mi pecho con orgullo y asiento con mi cabeza

- Lo haré

Podría jurar que cuando me di la vuelta para retirarme de clase e irme a casa, Morgan bailó de felicidad, supongo que al menos a alguien le iba bien mi situación con mi compañero de prueba.

Tener auto era un sueño inalcanzable para una chica que trabaja las noches de los fines de semana como mesera en Jugt's, así que estoy de nuevo caminando en dirección al departamento, he decidido caminar ya que prefiero gastar mi último billete en un bebida que en un boleto del autobús. Si, así de pobre soy.

Cuando llegó al parque central que indica que estoy a la mitad de camino logró ver pequeños grupos de niños jugando.

Con pensar en niños es suficiente para que mi energía baje al mínimo. No soy la chica que quiere tener decenas de hijos, pero tampoco soy la que se abstiene a la idea de unos cuantos. Me gusta pensar que terminaré mi carrera, disfrutare y posiblemente después tenga una vida más albergando en mi cuerpo.

Es alucinante pensar que tú puedes ayudar a dar vida.

- ¿Estás hablando sola?, deberías ir a un psicólogo - En realidad su comentario me da risa, pero no voy a reírme. Es Damien, el enemigo

No puede reírme de los chistes del enemigo.

Me doy cuenta que estoy viendo fijamente mi vientre, casi esperando a verlo abultado. Me causa escalofríos.

- ¿Vas a tu departamento? - Me giro a verlo de pie con unas llaves en sus manos - Estaba en camino para allá, hoy toca sesión - Oh demonios, ya fue suficiente con el tiempo en la Universidad - ¿Quieres qué te lleve?

Observo las llaves en sus manos y declaró que tiene un auto y eso es genial. Agua y viaje, chupate está pobreza. Pero... pensándolo mejor hoy no quiero ver más a Damien, lo he visto todo el tiempo en la Universidad.

- ¿Qué tal si quedamos el Viernes? - Eso lo toma por sorpresa, puesto que abre los ojos a tope

- ¿Estás pidiéndome una cita? - Voy a negarme pero él no me deja hablar - Va a estar la película de Spiderman, podríamos ir a verla

Niego con la cabeza mientras intento decirle amablemente que no es una cita, bueno, si, pero una cita con el psicólogo, ósea yo.

- ¿No te gusta?, podíamos entrar a ver una infantil, sé que te gustan los dibujos animados. A mi casi no me gustan pero podría entrar contigo y verla, podría cancelar mis pla...

- NO ES UNA CITA - No lo grito, pero tampoco lo digo en voz baja, lo digo lo suficiente alto para detener sus palabras - Me refería a la cita psicológica, pasarla de hoy para el Viernes

Su cara se deforma y parece avergonzado, incluso creo que se sonroja. Así que es tímido sin alcohol en su sistema.

- Oh, por supuesto - Se pasa la mano por la nuca y sonríe

Está incómodo y por lo tanto yo también estoy incomoda, ambos irradiamos incomodidad.

- Igual, ¿quieres que te lleve? - Parece tan raro que él esté comportándose como alguien tímido justo ahora, que estiro mi mano y pellizco mi pierna. Es real, Damien es tímido cuando quiere.

No me niego a su oferta, no estoy dispuesta a caer de nuevo en las manos de mi pobreza e ir andando si tengo la oportunidad de ir en un cómodo auto.

- Por favor - Eso pareció alivianar la timidez del chico y comenzó a recuperarse

Su auto no es demasiado grande, es de tamaño mediano y color azul cielo. No soy muy amante de los autos convertibles, pero este me gusta.

- Quiero que te prepares - Señalo cuando aparcó frente a mi edificio - El viernes vamos a hablar de tu familia, quiero que estés preparado y no te alteres, tienes que tener confianza en mi - Con eso último use una sonrisa para que fuera más emotivo

- Voy a intentarlo

Sabía a qué iban esas palabras, tenía que salir del auto. Quito mi cinturón y abro la puerta.

- Igual podríamos salir algún día - Eso me toma por sorpresa

Me giro hacia él y lo veo sonreír - Ya quisieras Gagnon, eso nunca va a pasar

- Tu no sabes el futuro - Oh ¿en serio? - Quizá yo sea presidente del país y tú una maestra, ya sabes lo que dicen: "enseñar lo que estudiaste es caer en lo más bajo" - Él ríe y yo me mantengo sería

- O tú podrías ser un entrenador frustrado que jamás tocó un balón en su vida por un trauma enorme que le diagnosticaron - Su cara se deforma y yo río - Nos vemos el Viernes, presidente.

Bajo del auto y sin mirar atrás subo al departamento que parece más un basurero que un hogar debido a que nadie a levantado ni un solo plato en dos días. A limpiar, de nuevo.

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⏰ Última actualización: Jun 15, 2022 ⏰

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