El ambiente de aquel día era especialmente extraño. Se respiraba ese aire de tormenta que es capaz de asfixiar a cualquiera, pero también había un calor que se adhería a la piel. Casi parecía que el mundo quería advertir a alguno de sus habitantes de una tragedia inminente.
A pesar del curioso tiempo que hacía, era impensable para la legión de reconocimiento interrumpir sus actividades. Un mensajero había llegado apenas una hora antes, trayendo con él una advertencia nefasta para la humanidad: los titanes habían penetrado el muro Rose.
Las calles cercanas al lugar donde se alojaba en ese momento el comandante Erwin Smith eran un completo caos. La noticia del avistamiento de los titanes había llegado en seguida a todos dentro de la muralla, así que los soldados de la legión de reconocimiento se daban prisa para preparar su uniforme y sus caballos, además de su imprescindible 3DMG.
Levi no era una excepción. En cuanto el aviso llegó a sus oídos, él se preparó para ir al encuentro con aquellos monstruosos seres de, normalmente, más de 10 metros de altura. Tras esto, callejeó por la pequeña villa que ocupaba la legión, buscando a los miembros de su escuadrón. Maldijo en su mente la falta de organización que no por primera vez reinaba a los soldados que estaban a su cargo.
—¡Capitán! –exclamó una conocida voz detrás de él, jadeando– El escuadrón ya está reunido a las puertas del poblado.
La ya mencionada villa se encontraba amurallada del mismo modo en el que lo estaba el distrito de Shigansina. Era un territorio completamente llano, habitado por no más de un centenar de aldeanos. Pese a estar en el muro Rose, su proximidad con el terreno del muro María había provocado una mezcla entre culturas, otorgándole al lugar las características de ambos. Tenía una estética bastante común, estando edificada en piedra en su totalidad, y todos los pasadizos, avenidas y demás vías de tránsito se dirigían a la plaza que ocupaba el centro del pequeño pueblo.
—Gracias, Eren –el capitán de escuadrón Levi Ackerman sonrió levemente al castaño. El menor apartó la mirada, avergonzado, y comenzó a caminar apresuradamente delante del otro, quien le siguió al mismo ritmo.
Todos aquellos que habían visto a Levi jamás creerían que él era capaz de sonreír o incluso de hablar con tranquilidad, si bien solo actuaba así delante del adolescente que le guiaba en ese momento. Desde que el muchacho empezó a estar a su cargo, Ackerman se sintió más cómodo estando cerca de él, algo que no le había ocurrido desde la época en la que vivía en el subterráneo, con Isabel y Farlan. De hecho, poco a poco fue abriéndose al de ojos verdes, y, cuando se quiso dar cuenta, un sentimiento se había desarrollado en él.
Un sentimiento confuso, tan doloroso como placentero, que bien era incómodo, bien era agradable. Y lo único que sabía Levi es que esa sensación solo estaba presente cuando Eren estaba cerca de él.
No tardaron en llegar a la puerta de las altas murallas, una puerta innecesariamente grande, de la que se podría afirmar que medía siete veces la altura de una persona común.
—¿Te molesta que incluso la puerta sea más alta que tú? –se dirigió a él la molesta voz de Hanji.
—Cállate, ¿quieres? –suspiró él, mirándole amenazante.
—Ya quisiera yo que me trataras a mí como tratas al chico-alemán-enfadado. Cualquiera diría que estás enamorado de él.
—Idiota –un nuevo suspiro escapó de sus labios, secos por el calor–. ¿Están todos aquí?
Hanji hizo un recuento rápido, murmurando los nombres de todos mientras les contaba con los dedos.
—Eren, Armin, Mikasa, bueno, muchos de la 104; Erwin dirige otro grupo así que nada; Thomas; Nanaba; Mike; tú y yo... Y unos cuantos más, pero los que falten, ya es problema suyo.
—Vamos entonces. Iremos -innecesariamente- por el exterior de Rose, buscando la apertura en la muralla y matando algún que otro titán. Si vemos algún anormal peligroso, abandonamos a los caballos y subimos al muro –habló sin gritar, pero proyectando la voz de forma que todos los soldados pudieran oírle con claridad.
El enorme portón de madera se abrió con el sonido de los engranajes de fondo. Levi tomó aire, y se encaminó al frente de la procesión para dirigir al resto. Solo Hanji y Mike estaban detrás de él, ya que el resto de la expedición se desplegó unos metros para tener más margen de maniobras. Los cascos de los caballos era lo único que se oía, junto con el viento que les golpeaba de frente.
—Me pregunto cuántos de nosotros llegaremos vivos de vuelta –murmuró Levi, rezando en su interior para que al menos Eren pudiera volver a salvo.
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Con dos pares de cojones, un fanfic a medio terminar y otro abandonado desde enero, pero aquí estoy yo empezando otro c: Esta vez me estoy centrando en practicar el lenguaje y la descripción más que alguna nueva forma de narrativa (aunque prefiero escribir en primera persona xD).Este fanfic va a ser el más corto de los que tengo ahora, supongo que tendrá unos cuatro o cinco capítulos. Y mi objetivo es meter un drama intenso (?
Aviso de que voy a intentar tener a Hanji como en el manga, con posibilidad de ser tanto hombre como mujer (ESTÁS ASUMIENDO MI GÉNERO!? >:v (?).
La verdad es que llevo siglos con ganas de escribir este fanfic, pero tengo tantos pendientes... Y además, tengo que seguir con los otros (aunque el de Alliance tira para largo, teniendo en cuenta que no lo seguiré hasta dentro de unos meses mínimo). Este es el proyecto que escribo con más ganas, así que, por favor, os ruego que tenga una buena acogida y lo demostreis con algunos comentarios de apoyo ^^ Espero que disfrutéis tanto leyéndolo como yo escribiéndolo.
Bueno, esto es todo por ahora. Seguiré lo antes posible :) Votad y comentad~
Xauu!~
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The afterworld [Riren, Ereri]
FanfictionEn aquel momento, lo peor que podía hacer la humanidad era enamorarse. Para bien o para mal, eso es exactamente lo que hizo Levi. (Todos los personajes que aparecen aquí, al igual que Shingeki no Kyojin, pertenecen a Hajime Isayama.) [Finalizado el...