Sleipnir, el caballo de ocho patas

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El resonante grito de horror se escuchó incluso hasta la sala donde él estaba descansando bebiendo un buen vino.

Sif apareció con pasos de tacón, enfadados y resonantes, él se quedó boquiabierto al ver aquella melena castaña.

-¡Él me hizo esto!- Gritó con una mirada enloquecida de furia – ¡Voy a matarlo!- Chilló colérica dando fuertes pisotones mientras se jalaba los cabellos marrones, y comenzaba a llorar de pura frustración.

Tan pronto como la vio supo que había sido trabajo de Loki, y también que ciertamente, Sif se lo merecía.

La brillante cabellera rubia de Sif, había sido la envidia de todas las mujeres de Asgard, suavidad, peso, cuerpo, brillantez, y demás adjetivos halagadores rodeaban al cabello de la mujer.

Pero Thor sabía que simplemente Sif había demasiado lejos....

....

Todo había comenzado con su padre queriendo comprometer a Loki, las pláticas persuasivas de Thor (por no decir berrinches), habían retrasado lo inevitable, y pese a que Loki se había entrevistado con dos mujeres ninguna de ellas había sido la elegida, (para placer suyo).

Además, Asgard enfrentaba problemas aún más graves de inmediata solución, el muro que rodeaba y protegía a la ciudad había sido destruido por los Gigantes de Hielo, la guerra había dejado en decadencia al poblado y los habitantes luchaban por salir adelante, eran un pueblo fuerte de guerreros, pero no tenían los recursos para solventar el gasto que sería construir el muro de nueva cuenta.

Odín, padre de todo, pasaba horas con sus cuervos sin hablar con nadie, hugin y munin, susurraban palabras a su oído tratando de encontrar el mejor camino a elegir, incluso su madre Frigga estaba angustiada ante el panorama desolador que la guerra había acarreado, en batalla Loki había luchado junto a Thor, pero el que se había lucido inevitablemente había sido el rubio.

Furioso por quedar en segundo plano y no haber sido capaz de empuñar espada, Loki se había entrevistado con su padre y animándole, le había propuesto buscar a un constructor. Lanzar una "convocatoria" y recurrir a aquel que tuviera las mejores habilidades y conocimiento para negociar con él.

El trato se había dado y pronto llegó un hombre montado en el caballo más veloz que se había visto hasta entonces.

Era un hombre extraño y extranjero pero prometía levantar una muralla impenetrable en tan solo un año y cuatro meses, pero lo que pedía el constructor no quería dárselo Odín, deseaba a Freya, aquella diosa del amor, la belleza y la fertilidad, y no conforme con ello también demandaba el sol y la luna para sí, el trato era insolvente.

Los dioses nórdicos se reunieron para discutirlo, Freya se había negado absolutamente sin importarle si el reino corría peligro.

Entonces Loki habló.

-Padre, le diremos que queremos que termine la muralla en 6 meses -dijo y dio un paso al frente donde todos observaran su figura - No podrá terminarla, pero lo que tenga listo para entonces no tendremos que pagarlo, y el resto que falte buscaremos a un constructor que podamos costear- Loki, el dios del engaño tenía todo aquel plan tejido, Odín le observó desde su asiento y aprobó el hecho

-Está bien, Loki, pero si fallas, tu tendrás la responsabilidad de pagar y no Freya –dijo él y con esto, el muro comenzó a construirse.

Loki cerró el trato y el constructor sólo hizo una petición, que terminaría el trabajo si podía utilizar su caballo, confiado, Loki accedió, y para su horror, el trabajo inicio a una velocidad sorprendente, el caballo era más fuerte que 50 hombres. En poco tiempo todas las piedras para construir fueron acarreadas y la mitad de la muralla se alzó en tan solo dos meses y medio.

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