Desconocido

Veintidós

Katherine y May llegaron a la plaza central, en dónde May y Alex habían acordado verse. El tiempo pasaba y el chico no se aparecía. Ambas ya le habían llamado unas cuantas veces, también a Mark, a Luke y a su madre, pero nadie contestaba.

—¿Escucharon acerca del accidente en la calle 36? Pobre chico —comentó una chica cerca de May y Katherine.

—Katy, la calle que conduce de la casa de Alex a la plaza es la calle 36 —dijo asustada.

Rápidamente Katherine buscó información en su teléfono móvil.

—May, no quiero que te asustes, pero... El chico que fue atropellado en la calle 36 se llama Alex Miller.

—¿Qué? —May tomó a Katherine de los hombros, pidiéndole, indirectamente, que continuara.

—L-Lo internaron en el Saint Moonroe.

Las palabras se escaparon de los labios de May, no podía hablar, ni siquiera podía pensar en lo que realmente sucedía.

—Katherine, llévame ahí —le pidió May a su amiga, en un murmullo.

Ambas se subieron al automóvil, en el camino lo único que se escuchaba eran los sollozos de May.

Llegaron y May preguntó por Alex Miller en la recepción. Ahí una enfermera la llevó junto a la madre de Alex.

—¿Cómo está? ¿Cómo está él? —preguntó May.

—¡May! Querida, siento no haberte avisado —contestó la mujer—. Él... Él está con vida, pero está muy grave.

—Él lo superará todo, yo lo sé.

—Eso espero... —la mujer suspiró, se veía agotada, las cuencas de sus ojos estaban sumidas y algo oscuras, May se dio cuenta de que las cosas no iban por un buen camino—. ¿Podrías hablar con Mark mientras yo voy por un café? No ha dicho nada desde que llegamos.

La pelirroja asintió y se acercó a Mark.

—May, estás aquí... —dijo el chico mientras le ofrecía el asiento a su lado, ella se sentó.

—Así es —suspiró—. ¿Cómo estás tú?

—Yo estoy bien.

—Él lo va a superar todo.

—Lo sé —contestó en medio de un suspiro mientras tomaba la mano de May.