Capítulo I; Mahiru Shirota

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Muchas personas creen en el amor. ¿Tiene sentido algo como eso? Porque con él sufres, y mucho. ¿Vale la pena algo como eso? ¿Sentir dolor por una persona? Simplemente no lo entiendo. Porque si yo amara a alguien, definitivamente debería ser alguien demasiado especial. No le entregaría mi corazón a alguien que no lo valorara.

Pero no amaré a nadie. Si lo hago sufriría mucho, y no quiero eso. No de nuevo.

Definitivamente yo jamás amaré a nadie.

Shirota Mahiru.

[...]

Los rayos del sol molestaban un poco los ojos. El verano no llegaba todavía y Mahiru se sentía morir en calor, era extraño, pero no podía quejarse.

Shirota Mahiru, un simple chico de quince años, iba camino a su nueva preparatoria para comenzar un nuevo ciclo escolar. Aquellos días tuvo la obligación de mudarse y ahora no conocía absolutamente nada de Tokio.

¿La razón?

Hace cuatro meses, su único familiar, Tooru, falleció en un catastrófico accidente de avión. Debido a ello el castaño recibió dinero de algunos familiares lejanos para mantenerse en aquella enorme ciudad. Con eso comienza su nueva vida.

Frente a él, una enorme edificación se presentaba como su nuevo lugar de estudio, claramente asombroso. Avanzó unos pasos hasta la entrada y observó a los demás estudiantes, que aparentemente ya se conocían y eran amigos.

—Esto será difícil... — Porque Shirota nunca fue muy bueno comenzando una relación, al menos no cuando estaba tan nervioso que temblaba como un cachorro.

Realmente amaba hacer amigos, conocer gente nueva podía llegar a ser asombroso en su momento, pero, cuando se es nuevo y el ambiente no es familiar, si es difícil.

¿Podría hacer amigos?

No podía rendirse a intentarlo, así que con una fingida calma, va por los pasillos y busca su nueva aula de clase, lo más sencillo es hacer amigos del salón, así que comenzaría por ahí.

Al encontrarla, los estudiantes ya se encontraban en sus asientos, aunque otros en grupos. Sin saber dónde sentarse, se queda pasmado en la puerta buscando algún lugar solitario. Qué mala suerte la de Shirota cuando la campana suena y todos vuelven a sus puestos, tarde se dio cuenta que sí había un pupitre esperándolo, pues su maestro entró al aula antes de poder ir.

—Debes ser Shirota, el nuevo alumno.— Asiente y mira al resto de alumnos, que lo observan curiosos—. Bien, preséntate ante la clase, por favor.

Algo típico en cada nuevo estudiante, y en realidad no quería hacerlo, pero, ¿qué otra oportunidad tenía para presentarse y que los demás no lo ignoraran?

—Me llamo Shirota Mahiru. Acabo de mudarme, pero espero poder llevarme bien con todos. ¡Un gusto conocerlos! — dijo sonriendo.

—Gracias, Shirota. Puedes sentarte al lado de Sleepy Ash Servamp.— Señaló a un chico que aparentemente estaba... ¿dormido? — Dormilón, despierta.

Uno de los compañeros al lado del chico le movió el hombro, éste apenas levantó la mirada. Mahiru no pudo evitar reír interiormente por lo vago que era él, tanto que daba gracia.

¡Vaya flojo que es este chico!

Con ello en mente, se sienta en su respectivo lugar y mira a Ash, estaba a su lado así que podría tratar de llevarse bien con él. Por alguna razón, le atraía la idea.

El Origen de Todo [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora