Habían pasado algunas horas de viaje y yo me sentía tan cansada que me quedé profundamente dormida en el camino. Una piedra pegó en la llanta haciendo que el auto se moviera bruscamente. Me desperté de golpe y gruñí, odiaba con todo mi ser que interrumpieran mi descanso. Abrí los ojos y me di cuenta que habíamos llegado a la nueva ciudad, así que me asomé por la ventanilla para mirar mejor. Todo era demasiado ordenado comparado con el lugar del que yo venía. Las personas que se veían caminando por las calles se sonreían unas con otras y paseaban como si no existieran problemas de los cuales preocuparse. Jaaaa, ingenuos. Sinceramente se veía todo muy agradable, pero era lo mínimo que podía pedir. "Ok, basta Jessica, deja de ser tan pesimista y contrólate."
-¿Ya viste como no es tan malo como creíste?- Decía mi papá mirándome de reojo. Enarqué una ceja y negué levemente.
-Si estuvieran mis amigos sería mejor.
-Jess, yo sé que no te gusta esta idea, pero yo lo estoy viendo como una oportunidad, para que tú y yo podamos ser igual de unidos que antes. Extraño cuando veníamos en el auto y no te podía parar la boca porque siempre tenías algo que platicarme... ahora siempre que nos vemos estás en silencio o con tu celular.- Solté un largo suspiro.
-Las cosas cambiaron cuando comenzaste a hacerle más caso a Stephanie que a mí. Tú realmente ya no sabes nada de mi vida.
-Eso no es verdad... - Inquirió mi padre.
- ¿Ah no? cuando comencé a estar con Erik, creíste que era mi amigo gay y que por eso pasábamos tanto tiempo juntos... Ni si quiera te interesas en saber cómo me va en la escuela... sigues creyendo que Melanie es mi mejor amiga cuando dejó de serlo incluso desde antes que tú y mamá se divorciaran. ¿Debo continuar?- Mi padre negó.
-De acuerdo, tienes razón... hay cosas de ti que no sé, pero eso no indica que no me importes y que no te ame. Siempre estoy buscando lo mejor para ti, y también es por eso que nos estamos mudando, porque quiero que sigas teniendo las cosas que mereces.- ¿Las cosas que merezco? Mi padre sólo se preocupaba por lo material y no pensaba en lo que realmente me importaba. Estuve a punto de decirle lo que estaba pensando pero me mordí la lengua. Discutir era algo cansado y no estaba de humor.
-Sólo espero que estar aquí no sea tan malo como se escucha- Miré por la ventana suspirando.
-Te va a gustar, ya lo verás.
Después de un rato de seguir recorriendo la ciudad, llegamos a la que sería mi nueva casa. No se veía mal, de hecho ahora que lo pensaba, se parecía a una que había visto en una película de pequeña y que soñaba con tener una igual cuando fuera grande. Bueno, sueño cumplido. Me bajé del auto y saqué mi valija y algunas cajas que había guardado en la parte trasera del auto. Mi padre me ayudó a cargarlas hasta la que iba a ser mi habitación.
-La mudanza de adelantó y quise acomodar los muebles de tu habitación. Intenté hacer que se viera similar a la de la otra casa- Dijo mi madre a mis espaldas. Ella había llegado antes que nosotros para comenzar a ordenar todo. Me volví para mirarla y corrí a abrazarla.
-Gracias. Sí se parece...- Recorrí el cuarto con la mirada. Era más amplio que el anterior y le entraba más luz porque el ventanal que daba hacia la calle era mucho más grande que mi balcón.
-Bueno... gracias por traerla Logan. - Mi madre se despidió de mi padre y él se acercó para besar mi frente. Traté a toda costa de no hacer ningún gesto de desaprobación.
-Mañana te llamo para ver cómo te fue en tu nueva escuela.- Se dio la vuelta y se fue. Yo solté un suspiro y me senté en la orilla de mi cama.
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La ironía de lo inesperado [Editando]
Teen FictionLas cosas empeoran para Jessica Adkins cuando tiene que abandonarlo todo. Su casa, escuela, a sus dos mejores amigos y peor aún... al amor de su vida. Llegar a una nueva ciudad no es nada fácil y menos con la especial forma de ser que ella tiene. A...