DICIEMBRE
El día que me dieron el alta también recibimos una de las mejores noticias del universo: Hunter había mejorado muchísimo y existía una gran posibilidad de que saliera bien de todo esto. Visitamos terapia intensiva neonatal con más esperanza que nunca e incluso más felicidad cuando vimos que estaba despierto y emitiendo pequeños sonidos tan hermosos que me largué a llorar.
Me costó mucho dejar la clínica para tomar un baño y comer otra cosa que no fuera la comida de allí, pero Harry estaba tan feliz de verme y Lana había cocinado algo tan rico que ni siquiera pude ponerme triste. Cuando escucharon las noticias de que Hunter estaba progresando no me sentí tan mal por haber llorado; Elena y Rebecca lloraron abrazadas, y hasta David, Stefan y Gregory se veían emocionados.
Christopher y yo nos la pasábamos en el hospital, dando vueltas por la clínica y visitando a Hunter siempre que podíamos. Kate estaba con nosotros siempre que tenía la oportunidad y aprovechaba que Christopher parecía ser el único que lograba mantener a Emily de un humor calmo.
Cuatro días después de su nacimiento, Hunter podía ser retirado de su incubadora de a ratos, así que pudimos sostenerlo al fin. Ya, en realidad esa primera vez solo pude tenerlo yo.
Estábamos observándolo dormir cuando Debby apareció sonriendo, con Nancy detrás.
—¿Cómo están los padres? ¿Cómo te sientes Irene? En algunos días te quitaremos los puntos.
Le sonreí agradecida.
—Estoy bien. La herida ya no me duele tanto y puedo sentarme y levantarme sin hacer muecas.
—Ese es un gran avance. Nancy quiere preguntarte algo.
Nancy nos mostró sus hermosos dientes blancos en una gran sonrisa.
—Bueno, bebé Hunter se ha estado portando muy bien y Debby y yo pensamos que ya es momento de que reciba una recompensa por su tiempo en la incubadora. ¿Estás lista para cargarlo?
Parpadeé.
—¿Qué? —susurré—. ¿Ya puedo cargarlo?
Debby solo sonrió mientras Nancy reía en voz baja y entre las dos desconectaban a Hunter de la incubadora (excepto del pequeño respirador que llevaba en la nariz) y lo envolvían en una manta.
Mis manos se levantaron solas hacia mi boca al verlo fuera en los brazos grandes de Nancy y cómo se estiraba apenas un poco. Debby me indicó una silla que habían colocado cerca, pero estaba tan estática y pasmada observando a Hunter que no conseguí moverme hasta que Christopher me impulsó.
Tomé asiento y sentí que el corazón se me iba a salir por la boca cuando Nancy se agachó con él. Un segundo después, Hunter estaba contra mí.
Finalmente, tenía a mi bebé en brazos.
Su cuerpo se sentía aún más pequeño ahora que lo podía sentir; podía sujetarlo con un solo brazo sin problemas y creo que su cabeza era casi del mismo tamaño que mi mano, y era tan hermoso y perfecto.
Su cabello lucía oscuro como el de Christopher y Harry, y esperaba que sus ojos fueran igual de hermosos. No podía esperar a ver cómo evolucionaría, cómo terminaría siendo su personalidad, sus gustos, sus miedos, sus deseos. Me moría por conocerlo.
Al mismo tiempo me resultaba extraño estar tan enamorada de quien no conocía como conocía a las demás personas en mi vida. Era raro amar tanto a alguien sin saber cómo terminaría siendo. Para mí era como si la palabra Amor realmente cobrara sentido y dejara de ser algo abstracto. El amor, para mí, lucía y se sentía como este único y preciado momento.
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Lazos irreversibles (Lazos I)
ChickLitSu único sueño era ser madre y esposa, tener una casa llena de hijos y vivir feliz para siempre. Pero Irene no puede tener hijos, su prometido la ha dejado y sigue viviendo en un apartamento pagado por sus padres. La vida parece dar un giro inesper...