Capitulo 19

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Me hizo tan feliz ese comentario, era la confirmación de sus celos, entonces la acorralé y cuando me dijo que a Brandon también lo conocía de toda la vida no le agradó el comentario que le hice sobre el porqué me buscaba y quiso abofetearme, pero le atajé la mano y luego empecé a acariciarle su cuello y bajé hasta uno de sus senos, me pidió que me detuviera, pero, otra vez, no hacía nada para que en realidad eso sucediera.

Así que después acaricié su nalga y me pegué a su cuerpo que tanto deseaba, lamí sus labios y levanté su pierna para que el roce de nuestros sexos fuera más contundente, ella jadeó y eso fue mi pase para besarla con desesperación, la cargué y la dirigí hacia el cuarto de lavado para hacerla mía ahí mismo, no importaba cuántas veces lo hiciéramos, mi cuerpo no se cansaba de ella, por el contrario, con cada encuentro la deseaba con mayor fuerza y anhelaba con que llegara el día de que fuera mía y de nadie más, que durmiéramos y despertáramos juntos.

- Nadie te ha hecho vibrar como yo y nadie jamás podrá hacerlo, soy el único que conoce el mapa de tu cuerpo y sabe exactamente qué lugares tocar y cómo hacerlo - le aclaré cuando terminamos de hacerlo.

- Lo sé, lo sé y me asusta - aceptó haciéndome más feliz.

- No tienes nada que temer __ - le aseguré mirándola a los ojos.

- Esto es una locura Harry.

- Sí, la más maravillosa que he cometido en toda mi vida.

Me besó con dulzura hasta que nos hizo falta el aire y después nos vestimos en silencio, antes de que saliera de ahí volví a pedirle que no permitiera que él la tocara y me pidió que yo tampoco lo hiciera con Julieta así que le aclaré que no compartía la habitación con ella. Muy a mi pesar se marchó prometiéndome que sólo dormiría con él y me dio un pequeño beso en los labios.

Me quedé unos minutos recargado en la pared, reviviendo en mi mente lo que acababa de hacer con ella, en verdad me tenía loco como jamás lo había estado por nadie y me gustaba la sensación. No pude evitar sonreír, ella también estaba loca por mí, no le había importado que su novio estuviera en la misma casa y me entregó su cuerpo y algo más, en definitiva no era únicamente sexo lo que compartíamos, yo lo había tenido cientos de veces y jamás me había sentido así, entonces fue cuando comprendí lo que ya había escuchado, había una diferencia entre tener sexo y hacer el amor, ahora la reconocía de primera mano y por supuesto que era mucho más satisfactoria, ahí fue cuando me di cuenta que un gran sentimiento hacia ella estaba creciendo dentro de mí.

Apagué la luz y salí del cuarto, tiré el condón en el bote de basura, recogí el pañuelo del suelo, subí a mi habitación y la guardé en mi maleta. Entré al baño y después de lavarme las manos, pegué la oreja en la puerta que daba hacia la habitación de ellos tratando de escuchar algo, que conveniente me había resultado que eligieran esa recámara precisamente, que conectaba con la mía a través del baño. No escuché absolutamente nada, reinaba el silencio así que me fui a acostar, pero no podía dormir, me atormentaba la idea de tenerla tan cerca y que estuviera durmiendo con ese infeliz en lugar de hacerlo conmigo.

Me desperté muy temprano, había dormido pocas horas, vi un rato la televisión y después me levanté por un jugo, en la sala me topé con Brandon.

- Buenos días Harry.

- Buenos días, ¿vas a salir?

- Sí, voy a correr, lo hago todas las mañanas, ¿no quieres acompañarme?

- No, gracias, no dormí bien y estoy cansado.

- Bueno, nos vemos más tarde.

Entré a la cocina, saqué el zumo del frigorífico, lo serví en un vaso y me lo tomé. Debía reconocer que a veces le daba a Brandon las gracias por dejar sola a __, si no fuera así no la hubiera conocido, así que decidí ir a darle los buenos días.

Abrí lentamente la puerta de su habitación y la vi dormida boca abajo, con las sábanas cubriéndole medio cuerpo, cerré cuidadosamente y me acosté a su lado, empecé a acariciarla y me di cuenta cómo iba despertando poco a poco, así que bajé mi mano por debajo de su cintura y ella volteó, se levantó asustada de la cama cuando se dio cuenta que era yo, me cuestionó lo que hacía ahí, le aterraba la idea de que Brandon nos descubriera, así que le dije que no estaba y le reproché el hecho de que no me hubiera detenido mientras la tumbaba en la cama y me subía en ella que me aclaró que sabía bien que era yo, que su cuerpo me reconocía, yo le sonreí feliz y después de quitarle un mechón de la cara la besé.

- Buenos días __ - exclamé rozando su nariz con la mía.

- En serio que sí estás loco, ¿te caíste de niño y te golpeaste la cabeza?

- No, me la golpeó una hermosa desconocida la noche de un martes y ella fue la que me hizo enloquecer - le aclaré metafóricamente en tanto besaba su cuello.

- ¿Así que estás loco por una desconocida?

- Sí, no sé que me ha hecho, creo que me embrujó - respondí jugando.

- Deberías hacerte una limpia para librarte del hechizo - sugirió graciosamente.

- No se me había ocurrido, gracias por el consejo - le dije, pero yo no quería librarme de su hechizo.

Volví a besarla mientras nuestros sexos se rozaban, me fascinaba tenerla así y más que ella respondiera a mis juegos y a mis caricias, pues se movía suavemente provocando un delicioso roce, sabía bien que no podríamos culminar el acto en ese momento, pero mientras me conformaría con esas caricias y besos furtivos.

Me pidió que me detuviera y volvió a recordarme a su noviecito, así que un tanto enfadado me levanté de la cama y ella también para dirigirse al baño, no pude controlar el impulso y la besé una vez más, no tenía idea en qué momento podríamos estar a solas de nuevo y necesitaba un poco más de su elixir para poder sobrellevar el día alejado de ella.

Harry y tu (perver) Tentadores 1º y 2º temporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora