Capítulo 9

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El desayuno del día siguiente estuvo incómodo debido a las insistentes miradas de rabia de Maggie, así que me apresuré y luego salí a dar la vuelta en el coche de mi padre, necesitaba aire fresco y estar alejado de esa niña caprichosa que francamente dudaba que fuera virgen, ¿quién en esta época lo era a los 23?.

Estacioné en un parque y me senté en una banca a mirar a la gente, como cuando lo hacía con Julieta hace bastantes años y me olvidé de todo. Regresé a la hora de la comida y pedí que la subieran a mi habitación, no quería otro episodio como el de la mañana, ya había tenido suficiente. Después me metí a bañar y me arreglé para la cena. Bajé y ya habían llegado los papás de Michael y Diana, los saludé y luego a mis tíos que también habían llegado recién, me puse a platicar con Jaxon, que estaba con sus bromas, como siempre.

Al cabo de un rato, mi padre llamó la atención de los presentes parándose en medio de la sala.

- Bueno, como todos ustedes saben, la razón de esta pequeña e intima reunión es para anunciar oficialmente el compromiso matrimonial de mi hija mayor Gemma con su prometido, la boda será en diciembre próximo en nuestra casa de Miami, les pido que levanten sus copas y brindemos por la felicidad de esta joven pareja que pronto iniciarán un camino juntos, no será fácil, pero sé que el inmenso amor que se tienen les ayudará a superar los pequeños obstáculos que se les presenten en el camino, por mi hija y mi futuro yerno, ¡salud!

Todos levantamos nuestras copas y brindamos por ellos,

- Quiero hacer un anuncio también, a decir verdad, es una petición - volteó a verme - Harry, me encantaría que tú fueras el padrino, ya mi amiga Renata ha aceptado ser la madrina.

- Claro que sí Gemma, nada me dará más gusto que ponerte la soga al cuello.

Nos reímos por mi comentario y Jaxon me dio una palmada en la espalda. Pasamos al comedor y mientras servían la cena, Renata le pidió a Gemma que relatara como Michael le había pedido ser su esposa. Mi hermana muy contenta lo contó a detalle, había sido en una cena romántica, con un pianista que amenizó con melodías de amor y después le pidió a ella que se sentará con él para tocarle una canción en exclusiva, luego le entregó una copa pidiéndole una propina pero lo que había al fondo era el anillo anudado a una nota que decía: Señorita Gemma, ¿te quieres casar conmigo?, te amo profundamente y nada me daría más gusto que pasar el resto de mi vida a tu lado, Michael.

Todos se emocionaron y le pidieron que mostrara el anillo, ella levantó su mano y se los enseñó, después le dio un beso a él que también estaba muy emocionado.

Comimos entre anécdotas y consejos que les daban mis padres y los de Michael, al término se hicieron grupitos para platicar. Yo me quedé en un rincón observando a mi familia, Jaxon y Diana estaban abrazados sonriendo al igual que mis padres, Gemma y Michael estaban en el sillón tomados de la mano, los padres de él estaban platicando animadamente con mi tío y su esposa. De pronto, una extraña sensación me recorrió y salí a la terraza con la copa en la mano.

La luna brillaba en todo lo alto iluminando parte del jardín y, entonces, me sentí solo, ¿qué estaba haciendo yo con mi vida?, acababa de cumplir 22 años y no tenía a nadie a mi lado, alguien digno que estuviera ahí conmigo compartiendo este gran día para la familia. Mi hermana de 26 años estaba próxima a casarse y yo estaba solo. De repente, la imagen de esa chica volvió a mi mente, ¿qué tenía de especial para pensar en ella?, era la primera vez, en el tiempo que llevaba en la sociedad, que pensaba en alguna, que deseaba que el tercer encuentro no llegara, no quería alejarla, quería seguirla viendo indefinidamente.

- ¿En qué piensas hermanito? - escuché la voz de Gemma y sentí su mano sobre mi hombro.

- En que no puedo creer que mi hermana se va a casar tan pronto... ¿no deberías estar allá dentro con los demás?

- Vi que saliste y me llamó la atención, te estaba observando a lo lejos y mi curiosidad aumentó, ¿qué te sucede Harry?

- Nada, ¿por qué lo preguntas?

- Te noto extraño, demasiado pensativo, sé que no son problemas en los negocios, esos marchan muy bien, ¿qué es Harry?, ¿se trata de alguna chica?

- ¿Tú como supiste que Michael era el indicado? - respondí evadiendo su pregunta.

- Fue amor a primera vista, desde el instante que nuestros ojos se cruzaron, hubo algo en su mirada que no había visto en nadie más, con el trato me sentí libre de ser yo misma, sin tener que posar para impresionarlo, y cuando más lo confirme fue aquella vez que chocó mamá, ¿te acuerdas?

- Como olvidarlo, estuvo cinco días en coma y mi papá no se despegó ni un solo segundo de ella, yo más que nadie lo comprendía.

- Yo estaba muy asustada Harry, pero cuando Michael me abrazaba el miedo se desvanecía por completo y me daba esperanzas de que todo iba a salir bien y, así podría enumerarte miles de cosas, la alegría que no cabe en el pecho, el regocijo del corazón, hablar sin palabras, mirarlo dormir, desearlo de tal manera que sientes que te quemas por dentro, pero todos percibimos el amor de diferente forma, lo único que te puedo decir es que cuando llegue, simplemente lo sabrás, con mínimos detalles te darás cuenta, cuando quieras reír y llorar, cantar y callar, volar y aterrizar, soñar y despertar, cuando sea la última persona en la que piensas antes de dormir y la primera cuando despiertas y la veas en todas partes aunque sepas bien que no está ahí, en fin hermanito, son tantas cosas.

- Sí ya lo veo, me había olvidado de todo eso.

- Pero, creo que finalmente, después de tantos años, estás listo para abrirte de nuevo al amor, definitivamente ella debe ser muy especial para haber logrado ese cambio en ti.

- ¿Ella?, no hay ninguna ella, Gemma, no he mencionado a nadie.

-Harry, soy mujer y además muy perceptiva, por supuesto que la hay, me di cuenta como mirabas al vacío con lo que yo te estaba diciendo, como analizando situaciones y me da muchísimo gusto, mereces a alguien en tu vida, no sólo en tu cama, no sé porque te empeñaste en volverte así, eres mucho mejor que eso y mereces conocer y disfrutar del amor verdadero, sólo espero que ella te valore, te corresponda y te haga muy feliz.

- Gracias Gemma, pero de verdad te aseguro que no hay nadie.

- No te creo, pero está bien, si insistes, quizá no haya nadie aún, pero existe el anhelo de que la haya y ese es ya un gran paso para conseguirlo.

- Te adoro duendecillo.

- Y yo a ti - me abrazó fuertemente - en serio que me encantaría verte tan enamorado como yo lo estoy.

No pude responderle nada, francamente no sabía si estaba preparado, había cerrado mi corazón en una caja fuerte y arrojado la llave al océano, no sabía si existiría alguien tan valiente como para buscarla, rescatarla y liberar mi frío corazón. Era sencillo conseguir a una chica, lo difícil era conservarla, alimentar la llama día con día para evitar que se extinga. Sonreí por mis pensamientos, ¿que sarta de cursilerías estaba pensando?, ¿desde cuándo el soltero más codiciado hacía ese tipo de analogías?, seguí sonriendo, ¿a quién rayos se le había ocurrido catalogarme de esa manera y ponerlo en el internet?, poco sabía de mi vida.

Gemma y yo entramos a la casa, estuvimos compartiendo con los invitados y de nuevo sentía las miradas aniquiladoras de Maggie, antes me hubieran halagado, hoy me molestaban. La reunión siguió un par de horas más y después se fueron yendo todos. Subí a mi habitación y le coloqué el seguro, esa niña no se daría por vencida tan fácil y yo no iba a permitir que quisiera perjudicarme ante mi familia.

A la mañana siguiente bajé a desayunar y me alegró ver únicamente a mi familia, ya que Gemma y sus amigas habían decidido ir a un restaurante. Le di un beso en la cabeza a mi madre y después una palmada en el hombro a mi padre y a Jaxon mientras que a Diana le di un beso en la mejilla y me senté frente a mi madre.

Harry y tu (perver) Tentadores 1º y 2º temporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora