*¿estás libre?*
Cuando me di cuenta que estaba dormida le acaricié su brazo, me encantaba la textura de su piel; suave, tersa, delicada, la acaricié con el dorso de mi mano, con las yemas de mis dedos, ella no se inmutó así que me atreví a pegarme a su cuerpo y la abracé por la cintura, enterrando mi cabeza entre su espeso cabello y me perdí en su olor.
– No me dejes sola esta noche.
La escuché decir y me separé de ella, pero seguía profundamente dormida, entonces puse mi cabeza sobre mi mano para mirarla, velando su sueño mientras la lluvia continuaba cayendo.
– Te necesito… no te vayas… las reglas, sí las reglas.
Ahí me di cuenta que estaba soñando conmigo, ¿acaso ella también quería romper las reglas y no se atrevía?, tenía que encontrar la manera de hacerlo fortuitamente, al parecer, ninguno de los dos era capaz de quebrantarlas frente al otro.
No me di cuenta cuando me quedé dormido hasta que sentí los tibios rayos del sol sobre mi piel, abrí los ojos y vi que ella seguía durmiendo, miré mi reloj y eran las diez de la mañana, me levanté con cuidado para evitar despertarla y nuevamente decidí dejarle una nota, así que bajé otra vez a la oficina del gerente, tenía que seguir con mi teatro de desconocido para sorprenderla cuando nos viéramos en la calle.
Escribí varias cosas y las borré hasta que encontré la frase que quería decirle: “Recuerda que después de la tempestad viene la calma, la vida es un equilibrio y no podemos ir en contra de eso”, yo iba a darle el equilibrio que ella necesitaba, ese que Brandon no le daba. Regresé a la habitación y le dejé la nota sobre la mesa, la miré unos instantes y después me fui.
Por la tarde llegó Julieta a mi departamento y me propuso que fuéramos al juego de los Gigantes, que era el siguiente lunes. Ella era gran fan de ese equipo, así que la abracé y le di un beso en la frente, sin querer me dio la idea perfecta para propiciar el encuentro casual con __, recordé que Brandon me había mencionado que él jugaba futbol americano en el insituto, así que seguro iría si lo invitaba, sólo esperaba que esta vez sí fuera con ella.
Llegué a un pequeño y discreto hotel del centro de la ciudad, la chica me esperaba en el lobby, era un verdadero monumento; alta, rubia, con una potente delantera y unas piernas de ensueño. Le sonreí, ella me devolvió la sonrisa y se levantó del sillón, caminamos a los elevadores sin decir nada, siguiendo fielmente las reglas de la sociedad, entramos a la habitación y nos besamos acaloradamente mientras le acariciaba sus grandes senos por encima del vestido y ella me frotaba mi miembro sobre el pantalón.
Rompimos el beso para tomar aire, ella me miró con un aire perverso y me tumbó sobre la cama, se hinco sobre mí con sus piernas a los costados y se quitó el vestido y a mí, el pantalón y los bóxers, después fue subiendo mi suéter en tanto lamía mi abdomen, yo me levanté un poco para que me lo quitara, volvió a darme un beso furioso en la boca y luego pasó a mi cuello que succionó y mordió, yo tenía mis manos sobre su contorno acariciando su tersa piel y, entonces, caí en la cuenta de algo que jamás me había ocurrido, mi cuerpo no estaba reaccionando a sus caricias, no me sentía nada excitado pese a tenerla desnuda sobre mí, una especie de culpa me carcomía por dentro, un sentimiento de traición nuevamente, así que la obligué a bajarse y me senté.
– ¿Qué pasa? – preguntó acostándose de lado con una mano sobre su cabeza.
– No sé – me quedé pensativo – no puedo – añadí confundido.
– ¿No puedes?, ¿tienes problemas?, me habían dicho que eras de lo mejor.
– Nunca me había pasado, quizá sea estrés.
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Harry y tu (perver) Tentadores 1º y 2º temporada
Novela JuvenilTres simples reglas a seguir: #1 No nombres, #2 No preguntas personales, #3 No lazos afectivos. Son las indicaciones que el desconocido da a ____ en su primer encuentro, pero ¿Para ambos será igual de simple seguirlas al pie de la letra?