Capitulo 1

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Mie*rda, mie*rda, mie*rda, por la mie*rda. Listo, ya le dije a Diego que perdería la virginidad con el en la semana que viene. No es que el me haya obligado, solo que, necesito hacerlo, y no, por favor no me vean de pervertida. ¡Tengo 22 años! joder, igual tengo deseos sexuales, creo que ahora hasta las chicas de 14 años las tienen. Aaaaaah, estoy feliz pero a la vez nerviosa, feliz porque ya por fin podré decirle a mis amigas "no soy virgen", pero nerviosa porque lo haremos sin preservativo. Y no, no quiero quedar embarazada, así que saqué hora al ginecólogo hoy, para que me de unas pastillas. No, no tomo pastillas, a pesar de tener 22 años. Es que nunca me habían dado tantas ganas de tener sexo, entonces, ¿para que tomarlas? sería una molestia tener que tomarla todos los días. Tengo un poco de miedo, también. Tengo miedo de que el ginecólogo sea un viejo asqueroso pervertido el que me esté revisando mi feminidad para saber que tipo de pastillas necesito. Pero bueno, si es así, tendré que aguantarme, ¿que más podré hacer?.
Tengo que salir de mi casa a las dos de la tarde para llegar a el doctor a las tres. Son las 1. Joder, aún ni almuerzo. Iré a comer comida rápida, no me alcanza el tiempo, llevaré mi cepillo de dientes, y de ahí, me iré al doctor, será lo mejor.
Me fui a comer, terminé a las dos con diez minutos, mie*rda, mie*rda, mie*rda, diez minutos de retraso, espero llegar. Corrí a la consulta médica, por suerte llegué a la hora, tenía que ir a consultar con la secretaría algo. Era una rubia, de ojos azules, muy apuesta.

-¿La puedo ayudar en algo? -preguntó la rubia mirándome fijamente, sus ojos intimidaban.
-No.. osea sí -me corregí- vengo a ver al doctor Bieber, Justin Bieber, ¿llegué bien en la hora? -pregunté asustada.
-Sí, llegó bien -dijo al rubia riendo- ahora el Doctor esta terminando con una paciente, por favor, tome asiento y espere, yo le avisaré -apuntó unas sillas que estaban frente a ella.
-De acuerdo, es muy amable -sonreí.

Y me fui a sentar, joder, estaba muy nerviosa, jugando con mis dedos. Sentía el aire pesado, no podía respirar bien. Mie*rda, quien estaría relajada siendo que sabes que un tipo, va a revisarte tu entrepiernas. ¡Por que no saqué hora con una ginecóloga! -pensé enojada en mi cabeza- y bueno, sentí que una puerta se abría, y salió una mujer. Miré a la secretaria, le sonreí, pero por dentro estaba gritando.

-Ya puede pasar, el doctor ya está desocupado -sonrió.

Me paré, y me dirigí a la puerta, las piernas me temblaban, ash.

-Gracias -dije y sonreí.

Entré, y no pude ver al doctor, estaba de espalda, mirando por la ventana.

-Buenos días -dije temblorosa.

-Buenos días -respondió dándose vuelta, me quería morir.

Enamorada De Mi GinecologoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora