Desenlace

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Desenlace: La dulce nota de la venganza sumado con una pizca de verde y otra de morado.

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— ¿Y hasta cuando tengo que fingir ser tu novio?— preguntó Mark Nott.

Rose se detuvo para dirigirle una mirada de advertencia, y siguió caminando hacia su propósito.

—Un, dos o a lo sumo tres días ¿Por qué lo dices? ¡Y habla en voz baja!

—Curiosidad— mintió el castaño. Aquello le daba mala espina. Podía sentirlo.

Rose siguió caminando y se detuvo cuando las puertas de la biblioteca estaban ante ella. Abrió la puerta y asomó la cabeza con cuidado. Estaba casi vacía, como siempre. Perfecto. Sabía que a estas horas Scorpius estaría haciendo sus deberes en su mesa favorita. La última mesa que se encontraba en la sección de pociones y que tenía una ventana a su lado y que daba una visión del campo de quidditch. El lugar perfecto para estudiar y que fue de ellos dos por tres años.

Caminó con decisión hacia donde estaría el rubio estudiando

— ¡No hagas ruido!— susurró entre dientes al escuchar como Nott arrastraba los pies.

Llegó a la sección de pociones, y para su horror, Scorpius estaba acompañado. La tonta, hueca y oxigenada de Ashley Flint estaba a su lado y apoyaba su cabeza en el hombro de su chico.

Apretó los dientes con fuerza y contuvo las ganas de gritar al ver que se susurraban cosas. Lanzó una mirada a Nott, que obviamente decía que se preparara y corrió en dirección al estante más cercano.

Amor ¿seguro que el libro está aquí?— preguntó con un tono falsamente dulce.

—Por supuesto que si mi amor— contestó el castaño con el mismo tono empalagoso, provocando un leve estremecimiento en la pelirroja.

Evitando mirar atrás buscó con la mirada un libro cualquiera, deteniéndose solo para escuchar las risitas provenientes de aquella mesa.

— ¡Aquí está!— exclamó en voz alta, con la clara intención de hacer notar su presencia. Echó una mirada fugaz hacia atrás y si, Scorpius mantenía la mirada fija en ella, esperando a que hiciera algún movimiento. Bien, ya es hora, pensó virando hacia Nott —Gracias por ayudarme. Has sido de gran ayuda mi amor— suspiró agradecida, siempre manteniendo ese tono dulzón en su voz. 

Y antes de que Nott dijera algo, estampo sus labios contra los suyos en un beso largo y brusco. 

Observó por el rabillo del ojo como Scorpius rompió la pluma que sostenía, su favorita, por la mitad. También vio como la oxigenada esa trataba de llamar su atención.

Bien. Su plan funcionó a la perfección.

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—Tú. Ven conmigo— sintió que alguien la agarraba con fuerza y la arrastraba hacia un pasillo vacío.

—Oye ¿qué diablos te pasa?— gruñó soltándose del agarre de Dominique.

— ¿Que qué me pasa?— Rose observó con asombro como las mejillas de la rubia se coloreaban del enojo —¡Que por tu culpa él tiene un ojo morado!— chilló.

Rose frunció el ceño ¿Quién? Y después se dio cuenta de quien Dominique se estaba refiriendo. 

Detrás de ella se encontraba Mark Nott, con la cabeza gacha sumido en sus pensamientos, y cuando al fin alzo el rostro Rose pudo contemplar con claridad el color morado que resaltaba en su rostro pálido y que rodeaba a su ojo izquierdo. Soltó un jadeo de sorpresa y se acercó con rapidez hacia él, con la preocupación palpable en sus facciones.

A lo WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora