Un mal inicio

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Tengo más de tres años con este fic, espero les guste.

Academia de magia: Teikō.

Academia de gran prestigio en Japón. La mejor escuela de magia para adolescentes de entre 16 y 19 años. Afiliación directa a la universidad mágica Teikō. Ambas dirigidas por la familia Nijimura.

Todas las familias mágicas más importantes de Japón se unieron a la propuesta de Nijimura Kaito: fundar un lugar seguro donde sus hijos y descendientes aprenderán a controlar su magia.

En Japón, los magos dominaban el 40% de la población. Aunque una familia hubiese tenido parientes mágicos, no todos nacian con el don, a dicho don lo denominan Kei.

Kei se presenta desde la niñez a algunos jóvenes magos, pero a otros hasta que cumplían los 16 años.

Por ello, Teikō lanzaba pruebas mágicas en cada escuela de Japón. El examen era relativamente fácil. Una vez que lo aprobado, los estudiantes iban directo a academia al primer curso y no importaba su sexo: varones, mujeres y donceles.

Para los magos novatos existía una ceremonia donde se leía su poder y eran repartidos de acuerdo al nivel de poder. A para el más alto nivel hasta la F para el peor.

Y allí comienza la historia, con un novato de la clase F.

Llevaban medio año en clases de magia y tenían que demostrar en un combate cuánto habían mejorado

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Llevaban medio año en clases de magia y tenían que demostrar en un combate cuánto habían mejorado. El auditorio de práctica estaba concurrido por estudiantes de los tres cursos. Pero en vez de estar optimistas o celebrando, todo mundo reía.

—Eres demasiado débil. No te puedes ni levantar. Eres una desgracia para un mago, ni tu herramienta puedes sacar— habló el mejor estudiante del primer curso. Un joven mago de cabello y de ojos rojos y piel tan blanca como la nieve —¿De verdad tienes magia?

Las risas se escuchaban  por todo el lugar.

Furi...— un pequeño pelo celeste veía todo aquello con rabia. Puede que fuese débil pero Furi era un ángel en toda la extensión de la palabra.

Largo.

Fuera.

Débil.

Quería que todos se callaran.

No quería escucharlos más.

Sabía que era débil. Nunca pudo controlar su magia.

—Deberías desistir.

—¡Cállate! ¡Cállate!

Todo mundo guardó silencio... Lo que vieron los dejó mudos.

Frente al castaño, una luz había aparecido y con ella una herramienta...

Sin saber qué hacer y con deseos de ir a resguardarse, sujetó la herramienta apuntado al joven pelirrojo y el hechizo qué lanzo lo envió volando haciendo que golpeara  contra la barrera mágica.

Un desastroso doncel mágicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora