Paper Umbrella

Parte única

                 

El viento soplaba fuertemente, anunciando la gigantesca lluvia que se veía próxima.

"Hoy martes 24 de junio, el reporte del clima no se ve muy favorecedor..."

"Según informa el centro climatológico de la Universidad de Seúl, se avecina una gran tormenta con agresivas ventiscas y fuertes lluvias... De ser posible evite salir de casa..."

Un pequeño y menudo cuerpo corría de un lado a otro por el pasillo cercano a la cocina, donde se encontraba una mujer madura, pero de apariencia juvenil junto a un hombre alto de cuerpo esbelto de rasgos levemente parecidos a los del pequeño cuerpo que seguía alborotando todo a su paso, estos se encontraban desayunando mientras veían las noticias informándose de la tormenta que según el reporte del clima se avecinaba.

-¡Jiminnie!, cariño si ya te quedaste dormido, ¡no salgas!- Hablo elevando la voz la joven mujer para que su querido hijo le escuchase.- ¡Además anuncian una tormenta y dicen que es mejor evitar salir de casa! – Camino asomándose por el pasillo para ver a su adoración tiernamente agitado, con mejillas sonrojadas por correr por toda la casa y colocándose una chaqueta delgada sobre su delgado cuerpo.

-¡Park JiMin! ¡¿Me escuchaste?! Habrá una tormenta allí afuera, el día no está como para andar en esas condiciones- señalando el vestuario del menor- por las calles.- evitando demostrar total molestia, debía regañar a su niño por lo despreocupado que era.

-¡Mamá!, si te he escuchado... ¡es solo que hoy debía ir por un importante examen!... No puedo no ir hoy a clases...- El menor formo un pequeño puchero en sus abultados labios, esperando convencer a su madre de dar el brazo a torcer además... ¿Qué madre en su sano juicio quiere que su hijo no vaya a clases? No lograba comprender esa actitud liberal de su adorada madre, pero no discutiría. El examen debía ser rendido hoy, de lo contrario el profesor le reprobaría esa materia, y no podía permitírselo.

-Prometo abrigarme, ¿sí? - Junto sus manitos en modo de súplica hasta que observo como su madre relajo su ceño fruncido y se acercó hasta el para besar su frente, luego de eso el pelinegro solo pudo sonreír por lo comprensiva que era siempre la actitud de su progenitora.-

-De acuerdo bebé, solo cuídate y abrígate que no quiero verte en cama por una fea gripe, ¿de acuerdo? - Sonriendo de la misma forma que su pequeño hijo, desapareciendo sus ojos dejando en su lugar a dos pequeñas medialunas. Luego se va caminando hasta donde está su esposo esperándole para seguir desayunando.

El pelinegro busca el reloj que se encuentra colgado en la pared junto a las escaleras, observando que el tiempo no había dejado de correr y que no tenía tiempo para abrigarse, saliendo rápidamente de la puerta central, despidiéndose de sus padres, sin prestar atención a nada más que a su próxima maratón para entrar al colegio que desafortunadamente a pie le llevaría 30 min llegar e incluso así se pasaría por 10 minutos de la hora de entrada.

Dando fuertes respiraciones se prepara para comenzar su recorrido y parte corriendo sin importarle el cómo es visto por las pocas personas que se encontraban allí en ese momento.

Cada cierto tiempo iba revisando la hora en su móvil, pensando que el tiempo transcurría demasiado rápido y que su cuerpo iba demasiado lento.

En eso cae en cuenta de que tan concentrado iba en el tiempo, que se había perdido y el viento había comenzado a soplar fuertemente, además de que sintió como pequeñas gotitas comenzaban a caer en su naricita de botón.