Interpretando el papel

4.8K 214 51
                                    

Capítulo 2: Interpretando el papel

— Así que este es el famoso mestizo de los suburbios convertido en mascota de élite... — dijo Diman mientras se acomodaba en el amplio sofá blanco frente al sillón a juego donde se encontraba Iason. — ¿Y cuántos años tiene?

— Veinte. — Contestaba el anfitrión mientras aceptaba la bebida que le ofrecía Cal y observaba a su mascota, encaramada al brazo de su silla. — ¿Quieres un trago, Riki?

Riki negó con la cabeza. Sólo quería que ésto se terminara.

El Blondie invitado no era tan alto como Iason, tal vez sólo un par de pulgadas menos, pero lo suficiente para que se notara. A diferencia del tono insípido de burla que Raoul usaba, o el aburrido y pomposo timbre de los otros Blondies que Riki había conocido, Diman parecía genuinamente agradable y más curioso en sus preguntas que condenatorio.

— ¿Tan viejo? — Diman sonrió a Riki. — Bueno, no parece que tengas más de diecisiete, querido, así que los mestizos deben tener buenos genes.

Riki tuvo que luchar para no poner los ojos en blanco

— Mi dulce Aleia tiene casi quince, ¿verdad mascota?

— Sí Amo.

Quitando el hecho de que tenía pechos grandes, la niña apenas aparentaba doce años. Su cabello era un interesante tono de amarillo - no rubio o dorado, sino amarillo - y sus ojos estaban más cerca del violeta que del azul, ligeramente rasgados y alejándose del habitual aspecto perfecto de la mayoría de las mascotas. Su atuendo era casi modesto comparado con la moda pet típica, con una camiseta a rayas, una blusa ligera y una mini falda negra. Riki había aceptado ponerse la media camiseta y los pantalones negros que a Iason le gustaba que llevara cuando salían, por lo que se sentía menos expuesto que con lo que se había visto obligado a ponerse en las fiestas de mascotas.

— ¿La encuentras atractiva, Riki? — Preguntó Diman suavemente, notando como los oscuros ojos del mestizo se posaban en su mascota.

Inmediatamente Riki apartó la mirada y sintió que la mano en su cintura se apretaba ligeramente. No, nunca volvería a cometer ese error.

— Responde a Diman, Riki.

¿Cómo responder? Si decía que sí, Iason se cabrearía. Si decía que no, ofendería a su huésped y entonces los dos Blondies estarían cabreados. Cualquier respuesta auguraba un castigo para él.

Por suerte Cal llegó y anunció que la cena estaba lista. El cuerpo de Riki casi se derrite del alivio.

— Excelente, por favor lleva a nuestros invitados a la mesa, Cal. Riki y yo iremos en breve.

Mierda. Riki empezó a levantarse pero el brazo de Iason serpenteó alrededor de él y lo atrajo hacia su regazo.


— Responde a la pregunta, Riki.

El mestizo comenzó inmediatamente a luchar, pero esos lívidos ojos azules se estrecharon sobre él reflejando unos celos tan intensos que le robaron el aliento. ¡Mierda!

— No volveré a preguntar.

— ¡Es una niña! — Gruñó. — No, no la encuentro atractiva. Es sólo una cría.

Contuvo el aliento hasta que vio la expresión de Iason suavizarse. Cuando el Blondie aplastó sus labios contra su boca, Riki pudo sentir la rabia detrás de ellos y se estremeció.

— Eso está bien. — Iason se levantó, tirando del tembloroso mestizo. — Vamos a comer, mascota.

Entraron al comedor y vieron a Diman acomodarse en la mesa, con Aleia detrás de él. Riki se dejo caer en su silla habitual a la derecha de Iason y vio los ojos de Diman y de su mascota ensancharse de sorpresa.

Ser o No Ser (Una Mascota)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora