Presentación.

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Hola!

No... No así no...
Me llamo Paulina, ¿Qué tal?
No...
¿Cómo puedo presentarme?... Tal vez nadie lo haga... Después de todo no es la escuela cuando llegas en medio ciclo...
Tal vez sólo deba de ir a la dirección y presentarme...
Si, después de todo, no es que alguien quiera conocerme, como si no tuvieran mejores cosas de hacer.

Bueno! Sólo falta despedirme de mis padres.

Narrador.

La chica que acaba de practicar torpemente frente al espejo, Paulina, es una chica de 16 años adelantada en estudios gracias a su capacidad y con ayuda del estudio con sus padres desde niña, pues éstos son dueños de un psiquiátrico, en el cual hay unido un manicomio que pertenece a unos amigos suyos.

A pesar de que es verdad que la chica había querido ser psicóloga, su hermana menor, Alex, fue admitida como psiquiatra, por lo que trabaja en el manicomio.

El detalle es, que la gente que trabaja ahí LITERALMENTE vive ahí, y no digo que es que se centren mucho en su trabajo, sino que AHÍ duermen, desayunan, y ''viven'' (si es que eso es vivir).
A veces yo mism@ siento que la gente que trabaja ahí, en vez de ayudar, ella misma se está volviendo igual de loca que las personas a quienes tratan. Y, ¿Por qué ella quería estar en psiquiatra entonces? ¿Por qué quería estar encerrada casi siempre? ¿Por qué quería tratar con personas con trastornos GRAVES?...
Pues, una simple razón.

Como ya saben, su hermana menor se especializó en la psiquiatría ya que siempre quiso ayudar a aquellos que tienen problemas mentales, pero desde que ella había sido eso, no la había vuelto a ver, y tres semanas después de que ella entrara, le había dejado de enviar mensajes o cosas así.

Su hermana desde que la conocía, siempre había sido seria, muy seria. Pero ella sabía que no iban a romper el contacto así porque si, a parte de que sus padres no le dejaban entrar al manicomio, si no iba a ayudar en algo así, era peligroso que entrara.

Volviendo con Paulina, ella perfectamente era psicóloga, atendía a chicos y chicas con depresión, alguno que otro síndrome o trastorno leve, como un paciente con quien ya estaba mejorando,(y hasta encariñando) que por desgracia, debía de dejar, pero ya se encargaría ella de estar como psicóloga y psiquiatra. 

Volviendo con el chico del síndrome a quien trataba, era Pablo Cruz Tapia, quien sufría del Trastorno Antisocial de la Personalidad, y, como fresa en el pastel, depresión. Pero gracias la habilidad social de Paulina, ya había podido hacer que hablara con sus padres, dos o tres chicos de su escuela, y, obviamente ella (aun que al principio era incómodo hasta para mi, ya que ella sólo hablaba, pero él mantenía la mirada baja siempre)

Lo triste de esto, es que a veces Paulina no podía dormir, pues unas que otras veces, por lo que le decía Pablo, ella soñaba que él se suicidaba en el lugar donde lo trataba, recuerdo verla despertarse llorando varias veces por la madrugada, podríamos decir que ella se encariñó de él como si fuera su hermano, cosa que se le enseñó que no hiciera ante de todo, pero, supongo que es algo inevitable en los humanos con un corazón como el de esa chica, podríamos decir que es algo así como.. Cálido.


Narra Paulina.

Después de despedirme de mis padres salí con la maleta y pedí un taxi hacia el lugar donde iba a ser mi nuevo hogar, le llamaban a veces mis padres ''manicomio'', y, aun que fuera así, yo sabía que podía ayudar a quién tratara, cuando me propongo las cosas, las hago, incluso si tengo que sacrificar algo de suma importancia.

Cuando llegué y bajé del taxi, sólo pude mirar hacia atrás, ¿Estaba haciendo lo correcto?, ¿Iba a ver a mis padres a menudo? o ¿Ya no los iba a ver...?

Sin embargo, hice esto por Alex, no importa si ha cambiado como dicen algunos, yo la voy a seguir queriendo, incluso si ella ya no tiene ni una pizca de lo que era, estaré con ella y la ayudaré.
Después de todo, somos hermanas.

Mi TrastornoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora