Capítulo IV

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El recuerdo de una biblioteca oscura yacía a su alrededor, sus ojos verdes brillaban como pequeñas linternas, mirándose así mismo en el espejo de aquella sala, lugar donde bien sabía cuál era, sala donde había cometido su peor error y la más grande traición a su raza.

El aroma a humedad y el calor de aquel cuarto era evidente, los roces de pieles tocarse y gemidos impropios se hacían cada vez más frecuentes a su acercamiento, pensó si seguir caminando o alejarse del lugar, pero no, no iba a apartar la vista ahora, sabía que la aparición de Grell en un estado salvaje era precisamente porque algo estaba pasando, y de que lo llevara hasta allí era por una razón, un momento en el cual Grell claramente fue testigo y él ignoró. Su instinto de acercarse más a la cortina de la habitación no cedió, no estaba en su derecho de controlar aquella visión, era recuerdo de Grell así que no podía hacer nada más que mirarse así mismo de espaldas, uniéndose a la criatura que arruino sus vidas.

-Si...Will- la mirada sangre de la mujer se hizo más intensa al verle ahí, la burla y victoria se le notaba en los labios lo podía notar, pero antes de que sus ojos se nublaran pudo ver como su piel, bajo las garras de esa mujer, se deformaba. Se vio corriendo por los pasillos de la academia mientras su corazón se sumergía en un vacio y sus ojos derramaban lágrimas a montón

*Acaso...esto fue lo que sintió Grell?*

Después de recuperar la respiración y limpiar su rostro, sintió la lluvia en su piel, la fría y desgarrarte tormenta que hubo ese día...si, lo recordaba a flor de piel, cerró los ojos al escuchar lo que parecía los sollozos del carmín, de pronto, sintió la presencia de una persona en especial, alguien que hace ya tiempo habían encontrado muerto...

*Alberth?......*

-Hola... lindura- y acompañándole al hombre un rayo para tomar la escena más tétrica con aquella sonrisa.....todo se volvió negro

-WILLIAM!!......

*Lo siento*

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-Disculpen....con permiso, lo siento- una cabellera algo larga hacía una danza apresurada por el viento que pasaba entre ellos, el sonido de unos pasos precipitados y la voz de la chica disculpándose les seguían el juego. Ayu Zukamoto avanzaba con algo de prisa por los pasillos de la Academia.

-¿Llegará tarde a alguna lección? ¿Se le olvidó algo? ¿La habrán llamado con urgencia?- estás y varias preguntas más se hacían los estudiantes que pasaban a su lado o que le ayudaban a recoger lo que ella dejaba en su camino. La pelinegra había encontrado algo, algo que puede explicar el extraño comportamiento de Grell, algo en lo que debía asegurarse, porque sabía que el Grell de ahora... no era Grell.

Flas Back

-Sensei!! Sensei!!- llamó apresurada desde la puerta de la habitación de aquel hospital teniendo la atención de ambos maestros, un doctor y dos enfermeras. Al entrar al umbral, William había despertado, este tenía la sensación de haber despertado de una pesadilla, si, fue después de aquella visión, donde sintió a carne propia lo que Grell tuvo que pasar, aunque jamás se imaginaria lo que es vivirlo en realidad, viendo como tu carne se quema y te sientes como basura, William jamás lo comprendería.

Pero lo que a Ayu le urgía era a Grell, quien tenía los ojos perdidos como aquella noche que despertó por primera vez, con los ojos grisáceos como si estuviera cegado, perdido, sin fijar nada en específico, para Ayu aquello era aterrador, su corazón dio un brinco cuando se acerco a Grell y este le tomó con fuerza el brazo, jalándole con necesidad y a la vez temblando, quizás... por su mente pasaba algo.

La Academia II (Grelliam)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora