La Academia II (Grelliam)

Capítulo V

Una nueva historia - Una nueva realidad

(1/?)

El típico sonido de pasos apresurados por el pasillo de las oficinas se hizo presente, el jadeo del esfuerzo se hacía más pesado pero sin parar siguió corriendo

Pooog

El fuerte golpe de la puerta se escuchó cuando entró en la oficina del Shinigami Legendario

-No está- la voz preocupada de Ayu alarmó a más de uno de los presentes, esa mañana al alba, la pelinegra había madrugado para poder averiguar algunos detalles en el cuerpo de Grell, sin que nadie se enterara, y su sorpresa fue mucha, la preocupación es sus ojos limón no tenía crédito, William había desaparecido.

Adrian Crevans, se levantó de su asiento y con paso firme y expresión severa se dirigió hasta la sala de enfermería, apenas el abrir la puerta el aroma ligero de un demonio relució en aquella habitación, por suerte Grell estaba bien, pero el suelo cerca de la cama donde había yacido William anteriormente estaba lleno de sangre y al lado de la camilla estaba lo que impregnaba el ambiente

-Señor!!- por la puerta se asomaron algunos maestros y subordinados de último semestre, el peliplata se agachó para tomar en manos la sangre que yacía regada en el mármol

-Búsquenlo- mencionó con autoridad- no lo dejen salir, no quiero que nadie afuera de este terreno sepa nada de lo que está pasando

-Si Señor!!- y tomando caminos distintos los Shinigamis se separaron en su búsqueda, Mary se acercó a Adrian mirando con el ceño fruncido hacia la puerta donde sus subordinados habían salido corriendo

-No creo que sea tan imbécil para que haya salido de aquí- le miró- pero si lo hace...- cerró los ojos dando una honda respiración botando el aire con un suspiro intranquilo, Adrian se hincó frente al cuerpo inerte de lo que parecía un demonio, aquellos que se alimentan de la sangre y veneno de quien lo porta, un bicho rastrero.

-No creo que fuera lejos, no por ahora- y dejando a Mary atrás tomó rumbo a buscarlo, la castaña solo miró a Grell tumbado en aquella camilla ya con un color más vivo en su rostro, le acaricio su cabellera carmín y avisando a una enfermera le dio una orden que la muchacha obedeció sin chistar.

-Ahora donde estarás William- y mirando a lo más alto de las instalaciones de La Academia dejo volar sus preocupaciones y con paso seguro fue tras el azabache.

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El aviso corrió por cielo y tierra entre los mayores, quienes cerraron las puertas del lugar sin levantar sospechas, el disimular que no pasaba nada era increíble, era un sigilo impresionante como pasos de gato por la noche, la búsqueda seguía desde hace unos veinte minutos, con ojos bien abiertos como halcones buscando a su presa pero nada encontraban, en cambio una persona que subía con total calma aquellos escalones desgastados, se tomaba su tiempo, con un rostro serio y perfecta figura pasaba por aquel pasillo de la ultima torre donde se encontraba una puerta de madera maciza que podría pesar más de diez hombres. El conocido chirrido de la puerta se escuchó en el umbral, dejando un eco en la habitación revelando al intruso, que entró como si de su casa se tratara.

El lugar era espacioso no se usaba mucho, solo era para guardar objetos sin función alguna, pero se debía admitir que era un lugar en donde nadie vendría, los rayos del sol de aquella mañana dejaban una completa iluminación por todo el lugar y el calor era palpable con solo entrar a este, Mary se acercó con mucho cuidado por detrás de algunos muebles viejos que yacían cubiertos por mantas blancas y se recargó en uno de estos con los brazos cruzados.