Baldosas Flojas

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La inestabilidad nunca fue parte de mi vida sentimental.
Siempre me autocaracterize y me caracterizaron como una mina segura,muy segura.
Siempre actuando impulsivamente y acertando.
Siempre con la cabeza alta y plantandome.
Pero hasta el ser humano más fuerte de todos en algún momento va a tener que pasar lo que me gusta llamar el síndrome de las baldosas flojas.
Yo lo estoy padeciendo,ahora.
Desde que me mudé a vivir a la plata una de mis molestias era que estaba lleno de baldosas flojas,por todas partes.
Venías caminando distraída y de golpe tenías que hacer una acrobacia para no perder el equilibrio. Ni hablar de los días de lluvia.
Esto llevado a un plano emocional puede resultar catastrófico. En mi caso resultó.
Empezó como una cosquilla,en el alma el corazón o como quieran llamarle,una pequeña incomodidad. La cosquilla se transformó en un pinchazo y a lo largo de dos meses fue creciendo y creciendo.
Sola,tan sola me sentía. No le encontraba sentido a nada de lo que estaba haciendo,era un reflejo producto de la rutina levantarme e ir a la Facultad,volver estudiar cenar y dormir,todos los días igual.
Empeze a llorar todas las noches y a susurrar una y otra vez "quiero ir a casa,quiero ir a casa" empeze a odiar lo que estaba haciendo con mi vida,a odiarme a mi por hacerme eso.
Todos los días a cada hora sentía que estaba caminando en baldosas flojas,creí que volver unos días a casa podía ayudar a aliviarme.
No fue así,después de dos días en casa me di cuenta que no quería volver a la plata,ni a la Facultad o a esa falsa vida adulta que me había autodiseñado.
Aprobé los tres primeros parciales pero no tenía a mi familia para festejarlo,aprendí a cocinar pero no lo hacía porque no le veía el sentido a cocinarme a mi misma,empeze a tapar todo con una falsa felicidad.
Durante el día sonreía y a la noche me acostaba a llorar.
Creo que se entiende la metáfora de las baldosas flojas,no?
Pero como toda represa que acumula agua era obvio que en algún momento iba a estallar,y estalle.
Ya no podía ni pensar,ni estudiar,ni salir a pasear. Lloré adelante de otras personas,pedí ayuda y la obtuve.
Tengo tanta suerte de que en mi residencia hice amigos que son más lindos y fieles que la mierda. De que en la Facultad encontré gente que se preocupa por mi y por mis delirios. La suerte de tener a una familia que me apoya mientras vuelo y me espera por si vuelvo.
Y lloré tanto que me ardieron los ojos,y pensé tanto que me dolió la cabeza.
Así estoy ahora,sentada en un micro tomando baggio de manzana,que por cierto odio,con los ojos hinchados y la cabeza hecha un lío escribiendo esto,porque siempre escribir ayuda.
Una semana me voy a dar,para mi,para mi cabeza,para decidir.
Y el micro pasa por la parte del centro donde cargaba todas las mañanas mi sube. Y el micro pasa por la parada del bondi en la que me iba a la Facultad. Y el micro pasa por aquella plaza en donde me besaron como nunca antes. Y el micro pasa por las calles de una ciudad que me volvió loca.
Espero con tantas ganas que está semana me aclare todo,espero con muchas ganas que mis baldosas no se aflojen tanto.
Sea lo que sea que decida va a cambiarlo todo,y que miedo la yuta madre. Por lo pronto me esperan en casa,mi lugar seguro. Para que analice todo en paz. Para que comprenda si es ahora o es más adelante,para que mi empiece a sellar mis baldosas flojas.

Las Migas De Mi CaminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora