5. Rumbo a Madrid

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Entramos cada uno en nuestro respectivo coche. Miro el suyo y me deprimo. ¡Ese coche me encanta!  Antes de salir del Parking, Aitor coloca su coche alado del mío.

-Gatita, vamos a tener que parar muchas veces con ese coche tuyo-Dice riéndose de mí.

¡Pero y este de qué va! Lo mato, aún no se ha enterado que no me cae bien y no me gusta que me llame así. Simplemente le estampaba el móvil en la cara para dejarle la marca así no tendría esa cara de guapo.

-Quieres dejar de llamarme gatita imbécil, sabes mi nombre- Le digo furiosa pero claro el se ríe.

-Bueno tranquila tranquila,-dice aún riéndose- creo que será mejor hacer una parada en una vía de servicio que conozco, siempre me paro allí para ir al norte, está a unas dos horas ¿crees que tu coche aguantará?-Me mira sabiendo perfectamente que no le pienso contestar.

Acelero y lo dejo ahí parado, aunque mi pequeñito como yo le digo tenga sus años nunca me ha dado ningún problema. Además me parece súper mono. Tan pequeño como yo, de ahí que le diga "mi pequeñito". Laura siempre que lo escucha se ríe, dice que es el coche más feo que puedo tener pero a mí me gusta. Gustos colores ¿no? 

Veo que está detrás de mí en la autovía y  me adelanta, normal. Cuando llevamos varias horas conduciendo o así me parece a mí. Odio conducir tanto, me gusta conducir pero sola en el coche me aburro. Pongo la radio ya que estoy tan cansada de las mismas canciones de siempre que he decidido poner la radio, me pongo a cantar como una loca, normal el aburrimiento. De pronto se escucha la canción nueva de Malú que me encanta y empiezo a ponerme feliz. Veo el coche de Aitor ya que él me ha adelantado hace mucho pero mucho rato pero lo veo que va lento. Eso quiere decir que la vía de servicio tiene que estar cerca. Cuando salimos de la autovía veo un hotel, bastante bonito, ¿No se suponía que era una vía de servicio? Me esperaba un restaurante pequeñito o algo. Cuando estaciono en el Parking, empieza a sonar en la radio "Nos fuimos pa Madrid" del Barrio, justo veo la mirada de Aitor en mí, y se acerca al coche. Al escuchar la canción se ríe.  Empieza a tararearla.

-Que canción más oportuna ¿no?- Me acaba de mirar de una forma muy extraña no solo tenía una sonrisa sino que encima estaba mirándome de una forma extraña. 

-Si- Me río, la verdad que estoy feliz. Solo he ido a Madrid dos veces y para coger un avión así que, no he visitado nada de allí. será bueno estar por allí conocer gente nueva. 

Se escucha el estribillo de la canción

"Sí, sí, Madriiid. Y sin remordimientoos. Como un deseo infantil. Búscame una pensión. Para unir nuestros cuerpooos"

Dirijo la mirada a Aitor y otra vez esa mirada pero esta vez veo que me mira el escote. No puede ser me digo a mi misma. ¡Me acaba de mirar el pecho!. Me pongo colorada. No sé porque he reaccionado así. Vuelvo a mirar a Aitor y empieza a cantar.

Definitivamente este hombre no está bien.

-¿Vamos o qué?- Tengo hambre. Son las 2 de la tarde, y yo a esa hora tengo un hambre atroz, luego le doy dos bocados a la comida y ya está, no soy de comer mucho. Pero al parecer todo lo que como va para mi cuerpo.

Me dedica una sonrisa me mira.- Si vamos, te invito a una comida.

-No hace falta. 

-Claro yo he dicho el lugar tu eres la invitada.- Me mira y me guiña un ojo.

Me paro de pronto. ¿Me ha guiñado un ojo? Y me vuelvo a poner colorada. Se puede saber qué me pasa, me regaño a mí misma. Nunca me he puesto así por nadie y no debo hacerlo por este.

-Vamos y no te pares. Que tenemos que llegar a Madrid antes de las 8 y mira qué hora es, a tu ritmo no llegamos ni para mañana.

Sigo andando y entro al hotel, simplemente es precioso. Veo que los recepcionistas miran a Aitor.

Mi peor pesadillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora