Demonios internos

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Hoy no me sentía de lo mejor, como ya era costumbre. Mi ánimo estaba en el suelo; llegué a casa y subí directo a mi habitación, vi uno de los peluches de Cla y una lágrima rodó por mi mejilla... la extrañaba tanto, día por día pensaba en ella, extrañaba jugar con ella sólo para hacerla feliz y que no viera mi tristeza. Recuerdo cuando la llevaba al parque mientras mamá se maquillaba los golpes, o cuando le preguntaba a mamá  por sus moretones, ella sólo sonreía y yo le respondía que se había golpeado con alguna esquina o algún otro tipo de excusa estúpida, hacíamos todo para mantenerla lejos del sufrimiento, lejos de nuestra realidad. comencé a lanzar todo lo  que había a mi alcance, estaba frustrada, yo era la culpable de su muerte no me esforse lo suficiente como para que no cayera, yo la deje ir. Yo tengo la culpa. Yo debería estar muerta, no ella... Ella era demasiado inocente y linda. No es justo que los ángeles mueran.

Tomé nuevamente la navaja y al poco tiempo vi fluir mi sangre y con ella los demonios que encierro en mi cuerpo, me sentía libre cuando me cortaba, era mi salida de la realidad. Quedaban cicatrices, pero éstas sanaban, sin embargo las cicatrices del corazón y el alma no se curan.

<<Nuevamente quiero volver a casa>>

Mi SuicidioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora