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Estaba enfrente del instituto. Su nombre estaba en la entrada de él. I N S T I T U T O W A S F O R D.

Miles de personas entraban, algunos sonriendo otros... Simplemente, no.

Deje estacionado el coche en el 'estacionamiento'.

Acomode un poco mi cabello y camine.

Todo era, totalmente diferente.

En la entrada, había una fotocopia en donde estaba literalmente las aulas para cada área asignada.

Suspiré aliviada, no sabía ni donde estaba parada.

-¿Necesita ayuda señorita?- pregunto un señor.

Negué mientras miraba cual me tocaba. Papá esta mañana me envió el número de aula y el nombre del profesor, mire mis mensajes y tenia todo.

Le sonreí y seguí el camino.

Miraba cada segundo hallar dónde era. Minutos después dándome cuenta que el salón estaba a 10 pasos de donde estaba, corrí. Me sentía inútil.

Golpee suavemente dos veces. Estaba nerviosa. Obvio, mi primer día de clases y ya la había cagado.

Pensé que abrirían en algunos segundos pero no conseguí éxito.
No dude ni un segundo más, así que mitad decidida y mitad para nada decidida abrí la puerta. Todos estaban atentos a mi dirección. El profesor estaba viendo a través de sus lentes. Se acercó a mí, yo de estúpida aún con la mano en la manija de la puerta, seguía paralizada. Sus pasos parecían de asesino cuando quiere cobrar venganza.

Al estar cerca de mí, suspiró, viéndome de arriba hacia abajo trato de abrir la boca.

-¿Eres tú la chica nueva de mi clase?- sonrió.

Frunciendo mi seño, asentí.

-¡Bien!, Adelante pasa.- me cedió el paso.

(...)

El profesor Miller había explicado la primera tarea. Dios, jamás había asistido a un instituto que fuera como este, en sentido de los profesores y sus estúpidas tareas.

Estaba empacando todo, no sabía dónde quedaba el salón de mi siguiente clase. Miraba que todos reían con sus amigos mientras salían, algunos chicos de novios y otros; como yo, saliendo común y corriente.

Aún faltaba un chico por salir, lo miré atenta, era demasiado guapo, su cabello rubio era perfecto, mientras sus ojos claros y su barbilla fina se daban a notar. Sentí su mirada, me miro tensando su mandíbula, yo no podía apartar la vista de él. Segundos después de sonrió, dios, es la sonrisa más hermosa que había visto, incluyendo la de aquel misterioso chico.

-¿De dónde vienes?- pregunto mientras se acercaba.

Abría y cerraba la boca mientras seguía guardando, no sabía ni abrirla para responderle.

—Vivía en la 90, después de un tiempo mis padres, decidieron vivir aquí en Wastford.—sonreí sin mostrar mis dientes.

—Oye.. tenemos que ir a química. ¿Vienes? Creo que no querrás llegar 10 minutos después a esta siguiente. Créeme, Lydia no es la mejor profesora.—hablo casi susurrando lo último.

Asentí, camino hasta la puerta y me espero. Todo bien, por el momento.

—Soy Cam, es un gusto de mi parte conocerte.— sonrió. Me embobaba esa sonrisa.

—Me llamo Lauren, también es mío. Fui afortunada de verte, ya sabes, no sabía donde teníamos la siguiente clase. Un chico guapo con sonrisa hermosa es una linda solución.—le sonreí.

Se quedó por un momento callado, sus ojos se tornaron más claros debido al sol. Se veía, jodidamente sexy. Se estaba acercando hacia mí. Sus labios al igual que los míos estaban entrecerrados y tragando saliva al tiempo. Lo miré por un momento a los ojos, veía felicidad en ellos. Sólo basto un centímetro y un buen beso había surgido, pero una voz algo delicada llamo tras él diciendo su nombre. Volvimos a la realidad.

—¿Cam?, Pensé que estabas en la dirección o algo así.— hablo la chica angustiada. Al notar mi presencia, suspiró, le sonreí amablemente al igual que ella a mí.

—Lo siento, pensé que era otra de sus conquistas.— río mientras se acercaba.— Mucho gusto linda, soy Danielle. ¿Eres nueva no?— sonrió saludando de beso en la mejilla.

Suspiré, yo y mis suspiros antes de hablar.

—¡Sí!, Hasta que Cam aprecio y me ayudó. Los ángeles si existen.— reí, ellos también lo hicieron.

—¡Ven, vamos!. La siguiente clase es libre, Lydia no vino debido a otro de sus ataques sobre rupturas en el amor.—hizo una mueca graciosa.

Cam me miro, puso su brazo en forma de gancho y me invitó a ir con ellos. Acepte, se veían buena onda.

Estábamos sentados en el estadio del instituto. Danielle y yo íbamos a los lados de Cam.

—¿Vienes de algún lugar en específico o eres de este asqueroso pueblo?— hablo Danielle.

Mire a Cam, él respondió por mí.

—¡No!, También vivía aquí, sólo que cambiaron de opinión sus padres y ahora viven aquí. No sé exactamente dónde o en qué calle, pero si es aquí. En el asqueroso pueblo.— reímos.

—Oye, deberíamos invitar a Lauren a la fiesta de bienvenida en mi casa.— se acercó a mí—Cariño, es gratis.—me guiño un ojo.

—¿Cuándo es?— les pregunte.

—Esta noche, a las 9 en el conjunto High meadows, casa 7.—sonrieron.

Quede un poco sorprendida. Vivía allí mismo y no los recuerdo haber visto. Pero a ella creo que si, tantas cosas de Jackson y Theo me han llevado a pensar menos.

—Vivo hay mismo, casa 5. No quedará lejos.- sonreí.- hay estaré. Gracias por tu invitación. Eres muy linda.— le sonreí.

Cam, atento nos veía. Cada que Danielle me miraba, él trataba de que me quitara la mirada. Era extraño. No imaginé que fueran novios, pues en ningún momento de la conversación se dijeron cariños o se dieron besos.

Quería divertirme, no como aquel baile al que Theo me pidió que fuera. Ellos se veían muy simpáticos, Danielle era algo risueña, mientras que Cam era más que solo miradas. Nos levantamos y fuimos de nuevo al instituto.

—¿Entonces si nos acompañaras en la fiesta esta noche?— me pregunto Cam.

Sus ojos azules me veían de una manera diferente, pero era sexy.

—Claro— mordí mi labio viendo a Cam.— hay estaré, espero sea una fiesta inolvidable.

Y si ellos conocían al chico que no pude ver hace más de cuatro semanas? Y si él asiste hay? Voy o no?

Siempre contigo.| mb.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora