Luego de poder levantarme, agradecí no tener ninguna fractura o algún músculo golpeado, y miré a mi alrededor, noté que la calle estaba vacía, me extrañó lo silenciosa que estaba la calle, nadie salió a mirar por curiosidad que pudiese causar el estruendoso ruido del arma, entonces comenze a juntar los plásticos de la moto ajena esparcidas por el asfalto, las puse en mi mochila y al ver que la moto no sufrió más que las roturas de los plásticos, la volví a montar, le di una patada al pedal de arranque, y arrancó, noté que el sonido del motor seguía igual, lo que me dio un alivio de esos que te llenan de paz por unos instantes, porque sabía que sólo debía preocuparme por conseguir unos plásticos idénticos antes de devolverle el vehículo a mi primo, y inventarme una excusa, como que un perro se me atravesó en el camino, o que perdí el control, sonaría tonto pero sería mejor que meterle a el en un lío que sería sólo mío.
Fuí a casa con mucha prisa, llegué y guardé la moto en el fondo, sin estacionar bien entré a mirar mis heridas, no eran graves, me tomé una ducha rápida para limpiar las raspaduras, Y me abrigue, porque no tenía intenciones de volver a la casa de mi tía Karen, pero si tenía intenciones de ir a una fiesta tradicional de mi colegio, que sería por la noche, una fiesta que consiste en pasar tiempo con la familia, jugando juegos que nosotros los alumnos mismos preparamos para el público, también se preparan comidas típicas de mi país, que olvidé decirlo, soy Paraguayo, en fin, yo sólo quería estar ahí para verla a ella, la chica que había admirado desde el primer año que había asistido a ese colegio, Sofía, era tan hermosa, y sencilla a la vez que yo no podía evitar quedar contemplandola cada vez que estaba cerca, así que unos meses atrás, decidí escribirle por Facebook, ella me respondió, tuvimos una conversación bastante normal, y ella contestaba como cada dos días, yo era tímido ante ella, no sabía que me pasaba, yo hablaba con varias chicas, aunque todas fáciles, hablaba con muchas, entendía a las mujeres, (o pensaba hacerlo) pero con ella era diferente, noté que yo no era el mismo al hablar con ella, parecía que era la primera vez que hablaba con una chica, recuerdo la primera vez que hable con Sofía, me crucé con ella en medio del receso, yo estaba con mi mejor amigo, y ella con una amiga, no pude evitarlo y fui directo a ella, estaba dispuesto a saludarla en persona por primera vez, quería escuchar su voz, e hice eso, la salude con besos en ambas mejillas y pude sentir lo suave que eran estas, le pregunté como estaba, me dijo que bien, entonces nos despedimos, se veía apurada, entonces fue ahí que le dije lo hermosa que era, y fue la primera vez que le decía eso a una chica, y sin plantearlo, sólo lo dije, recuerdo verla sonrojarse.
Y esa fue la primera vez que la vi, y aunque fuese muy poco tiempo, empecé a decirle lo que sentía por mensajes, y yo ya me sentia lo suficientemente valiente para decírselo de nuevo, pero esta vez en persona, en esa fiesta tradicional, creía ver la ocasión perfecta.
Entonces les llamé a dos amigos míos, Ariel y Alex, con los que iba a todas partes, además me servirían de protección ante Jorge o sus amigos drogadictos, que ya se habrían enterado de lo sucedido, bueno, llegaron y nos fuimos al colegio, estuvimos dando vueltas y vueltas, ellos pensaban que era para ver todo lo que teníamos a nuestro alrededor, pero yo sólo tenía algo en mente, y era encontrarla a ella. Hasta que de repente, me quedé boquiabierto, la vi, y estaba tan hermosa, agarré a Ariel y le dije:
-Sólo quiero hablar un segundo con ella
-No te preocupes, estaremos cerca cuidandolos
-No quiero que se vayan (le dije sonriendo)Entonces ella me vio también y nos acercamos mutuamente, la salude a ella y a sus amigas que estaban detrás, agarrandola de la mano la estire suavemente hacia otro lugar para apartarla de ellas, comenze a caminar con ella, hablamos por un rato hasta que nos encariñamos, me encantaba la manera en que sus ojos brillaban y como se sonrojaba cada vez que le admitía lo hermosa que se veía, entonces la agarré de la mano, si, no se de donde carajos saque tantas agallas, pero lo hice, y fue en realidad mágico estar así con alguien, hasta que esa magia desapareció, vi que Robert me miró fijamente a los ojos, Robert era uno de los mejores amigos de Jorge, entonces le conté una parte a Sofía de lo que había pasado, le dije la verdad, No le contaba a nadie la verdad y a ella, sin conocerla bien, le conté parte de lo que me habia pasado, y la llevé hacia un sector con media luz, un pasillo por donde nadie pasaba, pense que sería un lugar seguro, y discreto, detrás de nosotros llegaron Ariel y Alex, comenzamos a hablar los cuatro, bromeando y jugando, hasta que empecé a hablar sólo con Ella, y, poco a poco, nos fuimos acercando más, primero nos abrazamos lentamente, luego.. Tuve el valor y lo hice, sin pensarlo dos veces estaba sintiendo sus labios con los míos, nos estábamos besando, y seguido de eso, no sé que me pasó, sigo sin creer lo que hice aquella noche, tal vez porque fue la primera vez que me ilusionaba tanto con una chica, pero.. me arrodillé frente a ella y le pedí que fuese mi novia, a lo que me respondió con un si, y nos seguimos besando, las heridas no las sentía, ni aquel frío que se sentia aquella noche, yo estaba feliz, realmente estaba feliz.
Pasó el tiempo, ella tenía que irse, así que la acompañe hacia la multitud, ya agarrados de la mano, sin miedo a nada fuí, sabía que tenía que protegerla, no me importaba si me veían, yo la protegeria. Pero no llegó a ser así, nadie nos vio, nos despedimos y me quedé con Alex y Ariel unos momentos más hasta que me fue inmensamente aburrido estar sin ella, acababa de marcharse y ya la extrañaba, fue raro esa sensación en mi, así que nos fuimos, me dejaron en casa y entre, fuí directamente a mi habitación. Me saque los calzados y me acosté tal como estaba vestido, mirando el techo, sin dejar de sonreír, sin creer lo que acababa de ocurrir.
ESTÁS LEYENDO
La chica del medio.
Teen FictionDios nos ama tanto que nos manda ángeles para amarnos y cuidarnos mediante ellos, nosotros decidimos si aceptar ese amor o ignorarlo. En este caso yo lo ignoré sin darme cuenta, y hoy sufro esa condena que me arreglé para hacermelas a mi mismo. Esta...