Hoy me levante temprano estaba emocionada hoy llegaba el, nunca lo había tratado directamente pero igual sentía que lo conocía desde hace años. Fui al colegio y salí temprano, él llegaba hasta las cuatro p.m. Pero el tiempo pasó volando.
Llegamos al aeropuerto y el estaba parado, esperando a que llegáramos y lo vi, ahí parado entre toda esa gente, y solo tuve ojos para el.
Durante todo el camino no lo pude dejar de ver, esa cara de niño, esa sonrisa inocente, el brillar de sus ojos al mirar todo lo nuevo. Lo miraba y mi bello se erizaba pero el no me veía.
Llegamos a casa y le cedí mi habitación, la había limpiado durante la tarde para que cuando llegara el, sintiera que todo estaba limpio y puesto a su disposición.
Pasaron dos días y mis abuelos nos invitaron a la playa. Yo realmente no tenía muchas ganas de ir pero la decisión estaba en él.
Fueron unos días muy aburridos en la playa, bajábamos a la piscina y subíamos para comer, así todos los días, y yo solo lo veía a el, lo veía y lo amaba, pero yo solo lo alejaba con mi actitud agresiva.
No soy buena demostrando mis sentimientos
Los juegos en la piscina se quedaban ahí, al subir cada quien se iba por su lado mis hermanas y yo a nuestra habitación y el a la suya y luego nos reuníamos para cenar, pero cada quien en su mundo.
Yo nunca me he ido a dormir temprano en la playa y este viaje no fue la excepción.
Un día el se quedó a dormir en la sala y yo estaba ahí, hablamos y yo entré en un estado de escepticismo como cada madrugada y hablaba con el sin prestar mucha atención.
Acostada en el sofá gire mi cabeza un poco para poder verlo mejor y el estaba sentado, y me miraba fijamente, yo no sabía lo que ocurría y me reí nerviosa mente, y el agrando su sonrisa. Una guerra de cosquillas comenzó instantes después. El mejor momento de mi vida.
Cosquillas, roces, sonrisas, la noche, sin duda era un sueño, un sueño que he deseado tener durante toda su estadía aquí, lo amaba y lo deseaba, pero era carne y sangre que no puedo poseer.
