Durante la mañana siguiente me dediqué solamente a vaguear por las instalaciones, Mori había salido de la ciudad para cerrar algunos "tratos" con mafias de otras regiones. Para matar el tiempo me dirigí al cuarto en donde se torturaban a los enemigos, quizá alguien necesitaría mi ayuda o algo por el estilo. Sin embargo al abrir la puerta estaba mi querido nuevo compañero, sentado sobre una silla oxidada y entintada con sangre. Me di cuenta que al parecer estaba entreteniéndose jugando con ella o quizás imaginándose rodeado de un escenario de tortura, esto pude notar por el rubor y ese peculiar chillido al verme entrar. Hubo un silencio incómodo mientras mis ojos seguían en él.
-¿Qué es lo que tratas de hacer?- Le pregunté en seco.
-No creo que sea algo que te interese- Me contestó sin más y noté un tono de enojo.
Tomó el saco que se hallaba tendido sobre el suelo junto a su sombrero.
-¿Quieres saber lo que se siente estar sentado sobre esa silla?-
Pareció notar la poca expresión que tenían mis ojos, pero, por dentro estaba deseando atarlo en aquella silla y encender el switch que estaba en una esquina de la habitación. Eso fue por la expresión de sus ojos justo antes de que lo tomara por el brazo y lo sentara de golpe, tomé un bisturí y dibuje una curva invisible alrededor de su cuello mientras reprimía su pecho con mi palma.
-Dime ¿Cómo se siente? ¿Bien? aun puedes preguntarle a algún futuro estúpido que se atreva a apuntarme con un arma, tal vez si aun siga con vida-
Detrás de sus carnes su corazón latía con fuerza, quizás fuera miedo, adrenalina, enojo, la razón por la que el mío lo hacía no era ninguna de ellas. Se podría decir que era normal sentir nervios cuando alguien o algo esta tan cerca de ti, pero esta era la primera vez que me había acercado tanto a una cara como la de él y pude observar mejor sus rasgos faciales, su piel contra mi mejilla era tan suave, por un momento me pregunté si de verdad era un hombre pues sus cabellos largos adornando su cara de esa manera lo hacían lucir de una manera demasiado femenina, los lazos de los destinados suelen estar formados por un alfa y un omega, no sabía si esto era una ley natural o podrían sentirse sensaciones así sin ser necesariamente opuestos.
Debido a mis pensamientos tuvo una oportunidad para liberarse, torpemente.
-¡¡BASTARDO ¿QUÉ CREES QUE HACES?!!- Me gritó y justo después resonó el sonido de bisturí al caer al suelo, de nuevo levanto sus prendas violentamente y cerró la puerta provocando un sonido ensordecedor.
No sabía si era que mi celo estaba cerca o cualquier otra cosa, tampoco si sería por mostrar mi superioridad o no, yo iba a ser el único en poseer el cuerpo de Nakahara Chuuya fuera o no un alfa.
Aun me recuerdo esa noche, tal vez como la mayor parte de mis estros estaba sentado sobre la orilla de la cama masturbándome, normalmente no hacía esto cuando no estaba en condiciones, pero si, esa noche me masturbé con Chuuya en la cabeza.
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Gracias por leer :)
<3
♙☯♟Kah Ane