Casillero #312

CAPÍTULO 3

Desperté sudada y agitada, ese sueño había sido bastante real, era como si de echo lo estuviera viviendo, aún podía sentir a mi corazón ir al máximo por el terror que sentí, era como si todo hubiera pasado de verdad.

Me levante despacio y me mire al espejo, estaba echa un asco era mejor que me diera una ducha antes de ir a cenar con Adam, no quería que todos en la cafetería dijeran que estoy apestosa algo así.

Me levante de la cama y camine unos pasos asta llegar a mis maletas, las tome y las puse en la cama para después abrirla. Saque un pantalón color azul casi negro de tiro alto, una blusa blanca de manga larga que iría fajada para que luciera el pantalón, mi ropa interior y deje a un lado unos tenis blancos, algo sencilla solo iría a la cafetería a cenar algo.

Después de arreglar lo que me pondría me dirigí al baño y me adentre en el, después de una ducha de solo diez minutos salir ya cambiada, tome el cepillo que estaba en una de mis maletas y fui hacia el espejo, me desenrede mi cabello y lo deje suelto jamas e sido muy fanática de peinarme. Me puse solo poco polvo, me delinee solo lo de arriba del ojo en una fina linea y mascara de pestañas, los labios no me puse nada siempre han tenido un color un poco rojos y eso me gusta mucho.

Cuando iba a bajar las escaleras me entro la curiosidad de fisgonear un poco en el pasillo de los chicos, era probable que todos estuvieran en la cafetería, llegue a su piso pero todo estaba un poco oscuro a diferencia del color de las paredes del piso de las chicas este tenia un color azúl oscuro, después de solo un minuto decidí regresar por que no había nada interesante iba a dar la vuelta en el pasillo para ir hacia la cafetería pero al escuchar un estruendo junto a unos quejidos me detuve.

A la izquierda y derecha habían otros pasillos que llevaban a más habitaciones, mire a de la izquierda pero no se miraba nada, el de la derecha se miraba un bulto algo ancho y grande, como siempre la curiosidad me mataba por dentro y mis piernas de movieron solas asta llegar a la mitad de pasillo. Había una pequeña luz que salia de una puerta que estaba un poco abierta y de nuevo mi curiosidad subió, me acerque con cuidado de que mis pasos no sonaran cuando llegue a la puerta me asome un poco pero no había nadie y caí en cuenta de que me había olvidado del culto que se encontraba a unos cinco metros de distancia. Eso hizo que me alarmara pero no podía subir la mirada estaba estática viendo hacia mis pies lo cual fue una mala idea por que mire una mancha roja casi manchando mis tenis, por instinto seguí la mancha asta el otro lado del pasillo sabía que venia de ahí, eso era de seguro por eso se escuchaban esos golpes y quejidos me había metido en una grande.

El reflejo de la luz de la luna entraba solo un pequeño rayo por la ventana, mire a donde estaba aún el culto viendo hacia donde yo me encontraba lo único que si podía ver del rostro era los ojos, un extraño par de lejos grises muy claros me observaban, de mi boca salio un suspiro o mejor dicho fue algo más llamado miedo. Seguía sin ver más que solo sus ojos y me aterraba.

- Largo de aquí. -Hablo quien sea que se escondía entre las sombras, su voz gruesa y rasposa me hizo pegar un inesperado brinco.

- Has matado a alguien. - Salio de me boca sin pensarlo, muy bien ahora sabría sobre su crimen y no solo la mancha de quien sea que este más allá adornaría el piso de madera.

- Podrías ser tu en un segundo si no te vas en este mismo instante. - Gruño y podría jurar que la voz salio más rasposa y gruesa de la que ya sonaba.

No se quien sea ni por que hizo lo que hizo, solo se que es alguien malvado y aterrador.

Bien ahora quería decir que no le temía y que lo demandaría o algo por el estilo pero como soy una completa cobarde mi voz no salia, me quise acercar por que quería saber por más que estaba aterrada.