Capítulo 4: Miradas compartidas.

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OMNISCIENTE

Will se dirigía hacia el nuevo club nocturno clandestino, los fundadores eran muy cuidadosos en que no lo descubrieran. Él se encontraba confundido y extraño, la escena pasada lo dejó perplejo pues ninguna chica se había negado antes a estar con él.

Sierra era especial para él, su sonrisa y sus ojos brillantes podían hacer mil cosas dentro de él y ella nunca lo detectaría. Logró darle sentido a esos sentimientos extraños cuando la besó, se excusó diciendo que huía de una chica pero pudo simplemente decirle que se fuera y Becca se iría.

Ya se le habían acabado las ganas de visitar el club con sus amigos, al verla bajar por el muro de forma torpe, se le ocurrió presentarle sus amigos a ella y podrían salir mas veces.

"Me estoy volviendo loco" pensó cuando sacó su celular y llamo Dereck, uno de sus amigos que ya lo esperaba.

—Hey, ¿dónde andas? Ya preguntan por ti algunas chicas —le escuchó reír al otro lado de la línea, a todos les causaba gracia como las chicas revoloteaban alrededor de Will.

—Ya se me quitaron las ganas de ir —admitió sin reír, sólo quería estar recostado en su cama.

—Vamos, hombre, no me dejes aquí —intentó animarlo mientras sonaba música y risas de chicas al fondo.

—Acabo de ver a Marco y a Flynn en camino, hablamos mañana —colgó rápidamente y camino de vuelta a su casa.

Hacer que llegaran pensamientos de aquella chica a su mente era fácil, y se sentía confundido al no saber si ella estaría sintiendo lo mismo. Lo que no sabe es que ella piensa más en él de lo que piensa.

Cuando llega al condominio escaló las cercas de la comunidad, le creció la duda de cómo Sierra hubo cruzado ya que ella podía tropezar con sus propios pies.

La noche seguía siendo tan fría como siempre y las palabras de aquella chica seguían intactas en su mente, era increíblemente bipolar y su paciencia totalmente inestable, él hubiera preferido no haberle hablado tan mal. Ahora, cada vez que salía de su casa, no podía evitar husmear las ventanas de la casa y saber si ella se encontraba ahí.

"Estoy mal" pensaba él, ya no lograba evitar que sus pensamientos terminaran dirigidos hacia aquella chica tan peculiar.

Mientras se dirigía a su casa y caminaba tranquilamente por la calle, aun veía la casa de Sierra, ¿era posible dirigir toda su atención a una sola cosa?, ¿dejar de interesarle todo lo que alguna vez prefirió hacer antes que sentir amor por alguien?, ahora sabía que estaba completamente jodido.

Cuando llegó a su casa empezó a escalar por los barrotes que sobresalían de las ventanas de esta, lo único negativo de su habitación era que quedaba en la segunda planta y tenia que hacer mas esfuerzo que solo escabullirse a través de la ventana.

Cuando logró entrar sintió que lo observaran, no volteó y fingió no darse cuenta. "No les quiero quitar la buena vista" pensó demostrando su arrogancia, la que no podía expresar con aquella chica, que destruía por completo la máscara que lo cubría.

Se quitó la camisa y la tiró a algún lugar de la habitación y decidió por fin voltearse para reconocer a la persona que lo miraba. Al voltear se llevó una sorpresa, pues la que lo observaba era la misma chica en la que pensaba de vuelta a casa.

Ella se sorprendió al igual que él lo había estado cuando volteo, ella infló sus cachetes y se volteó rápidamente mientras él soltaba carcajadas silenciosas, se volteó de nuevo y terminó de desvestirse hasta quedar sólo en bóxers, se frotó la cara con las dos manos y se lanzó a su cama. Se abrazó a la almohada aún con su vista a la ventana de Sierra, donde se le veía a ella a la perfección.

Sierra decidió dejar de acosarlo luego de que ya la hubiera descubierto, prefirió quitarse la ropa para dormir, esta vez se sentía más cómoda semidesnuda que con su pijama habitual, se sentía sofocada por todo lo que había sucedido en el día.

Empezó por quitarse la camisa, que seguía siendo aquella que se había puesto para dormir; Will seguía observando, y se le dificultaba apartar la mirada. Ya había observado varios cuerpos, pero este era una belleza distinta. Pudo apartar la mirada cuando empezó a desabrocharse el Jean que la vestía, y ahí empezó a respirar normalmente.

Lo que acababa de hacer hizo que se sorprendiera a sí mismo, husmeó por la ventana su cuerpo, se sentía un poco culpable por haber echado a un lado su privacidad. Mientras, ella seguía en lo suyo y cuando terminó, miró por última vez la ventana del Adonis y se fue a dormir a las 3:30 am.

(... )

Oie papeh vos si estais bueno, ahr.
Yo estoy enamorada de mi propio personaje aiuda xdxd.

Espero que les haya gustado aunque sea un poco corto, pero
no quise alargar más el narrador omnisciente.

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⏰ Última actualización: Mar 11, 2018 ⏰

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